Feijóo quiere luchar contra la pobreza, te tienes que reir

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La existencia de pobreza es consecuencia precisamente de la forma de actuar de quién controla la misma, de quién la acumula, de quién la administra y especula con ella, de quién la utiliza para poner y manejar gobiernos a lo largo y ancho del mundo.

Por Pedro Labrado

Escuchaba hace unos días a Alberto Núñez Feijóo en su intervención en el XXVI Congreso Nacional de la Empresa Familiar celebrado en Bilbao entre el 22 y el 24 de octubre pasados:

Lo importante en un país no es quien controla la riqueza sino acabar con la pobreza.

Y no deja de ser una rotunda y clarísima declaración de intenciones y el envío de dos mensajes inequívocos, uno a los poderosos que ostentan y amasan la riqueza de que con él sus intereses estarían a cubierto, estarían plenamente protegidos, y otro muy diferente para engañar a las mayorías sociales utilizando como cortina de humo la expresión “acabar con la pobreza”, objetivo que no está en su agenda más allá de expresarlo en este tipo de discursos y en campaña electoral.

Y hablar en un foro como el de la Empresa Familiar sobre pobreza es insultante, un foro en el que la inmensa mayoría de sus participantes son hijos de, nietos de, hermanos de, herederos de negocios y fortunas dónde la pobreza ni ha estado ni se ha aproximado nunca. Aquí me viene a la memoria la reacción del vicepresidente de la Comunidad de Madrid del Partido Popular Enrique Ossorio que, ante un informe sobre la pobreza elaborado por Cáritas (entidad poco sospechosa de comunista) decía que él no veía a esos pobres, de los que hablaba el informe, en las calles de Madrid. Y efectivamente, desde la ventana de un chalet en una zona de urbanizaciones residenciales con guardias de seguridad en el perímetro, no se ve la pobreza. Ni se ve ni preocupa, ni hay interés prioritario en erradicarla.

A nadie mínimamente inteligente y sensible se le escapa que la existencia de pobreza está íntimamente relacionada con precisamente las personas que ostentan, acumulan y administran la riqueza. Una no existiría sin la existencia de las otras.

La existencia de pobres y de pobreza no es sino el resultado de una deficiente distribución y redistribución justa de la riqueza creada. Y digo justa porque si aceptamos que la riqueza se crea fundamentalmente fruto del esfuerzo de trabajadores y trabajadoras, debiera haber una correlación entre el reparto de esfuerzo y el de la riqueza. Sin embargo, a los y las creadoras de riqueza les llega una parte menos que proporcional al esfuerzo aportado, yendo a parar el grueso de lo generado a manos de los que menos esfuerzo y sacrificio aportan. ¿A qué me suena a mí esto?, no estoy evidentemente descubriendo la pólvora, esto está descrito y desarrollado ampliamente por mentes preclaras del pasado que hoy siguen muy vigentes y a los que no creo que vaya a tomar nunca como referencia el sr. Feijóo para acabar con la pobreza.

Los datos para España son elocuentes, según el Informe “El Estado de la Pobreza 2023” del European Anti-Poverty Network (EAPN), la tasa de riesgo de pobreza durante los últimos catorce años desde la crisis económica de 2008 en España no sólo no se ha reducido sino que ha repuntado, y ha repuntado tanto en las regiones más ricas como en las regiones más pobres, pasando en estos catorce años del 14,4% al 15,3% en las regiones más ricas situadas en el norte del país, y del 26,9% al 27,1% en las regiones más pobres situadas en el sur del país. La media se situaba a finales del año 2022 en el 20,4%, una de cada cinco personas en España está en riesgo de pobreza.

Se pueden revisar todos estos datos y muchos más de este informe aquí.

Se estima que los ingresos del 95% de españoles y españolas no crecieron nada durante la última década, un 0%. Sin embargo, el 1% de las personas más ricas de la población española vio crecer sus ingresos un 10%. Igualmente se estima que el 10% de los españoles concentra más de la mitad de la riqueza, un 57% de la riqueza del país. Los datos que vierto en este párrafo no son datos publicados por organismos de inspiración marxista, no, son publicados por la prensa económica neoliberal tomando como fuentes centros de estudio poco sospechosos de elaborar planes quinquenales. En Europa la situación no es muy diferente dónde estas últimas cifras se estiman similares.

La gran conclusión que se puede sacar para eso que decía el sr. Feijóo de “acabar con la pobreza” es que no sólo es relevante quién controla la riqueza, sino que la existencia de pobreza es consecuencia precisamente de la forma de actuar de quién controla la misma, de quién la acumula, de quién la administra y especula con ella, de quién la utiliza para poner y manejar gobiernos a lo largo y ancho del mundo.

Por tanto, no es que no sea irrelevante quién controla la riqueza como afirma el Sr. Feijóo, es que precisamente para acabar con la pobreza, que es secular y que pareciera que nadie lucha por erradicarla, sino que es lo más relevante, quién la acumula y quién la administra. Y en este punto toma relevancia el hecho de que tampoco es irrelevante para esa lucha de la que es “adalid” Feijóo, quién legisla, quién gobierna, quién ostenta el poder de los Estados. Para luchar contra la pobreza hacen falta gobiernos y parlamentos valientes que tomen medidas estructurales transformadoras que pongan coto a esa acumulación de riqueza ilegítima e inmoral por parte de una minoría y cambien el rumbo en la distribución de la misma.

El gráfico de más arriba nos revela que si hay lucha contra la pobreza, lo es muy tibia y ciertamente muy desacertada porque en década y media no se ha avanzado nada.

Empresarios que acumulan cifras mil millonarias de patrimonio, que aparecen en la parte alta del vergonzoso ranking de las personas más ricas elaborado por la revista FORBES y que explotan a sus trabajadores a lo largo y ancho del planeta con salarios en algunos casos de miseria confeccionando camisas o zapatillas deportivas, aprovechando la desesperación y la necesidad de supervivencia en el llamado tercer mundo, son la prueba más evidente de que es muy relevante quién controla la riqueza. Estos mejor sería que no la controlaran, solo con que tuvieran un 10% más de humanidad y ética ya se estarían reduciendo los índices de pobreza. La inmoralidad de empresarios y multimillonarios es directamente proporcional con el nivel de pobreza en el mundo. ¿Hacen falta sesudos estudios? Yo creo que no, creo que es una evidencia.

El interés del Sr. Feijóo por luchar contra la pobreza es inversamente proporcional a su interés por complacer y gobernar a favor de la acumulación de riqueza.

Sus declaraciones son bromas de mal gusto, te tienes que reír.

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