Lo único que Feijóo tiene para ofrecer a sus votantes es una identidad común basada en la membresía del temor.
Por Lucio Martínez Pereda | 17/08/2024
Lo que me pasa le sucede cada vez a más personas: Feijoo cada vez me recuerda más al constante pitido de un monitor de una habitación medicalizada. Cada vez que escucho a Feijóo no oigo nada. Desde que el poder bicéfalo Ayuso-Aznar lo llevó a la dirección del partido en el 2022 su discurso político es una refracción constante de un mismo discurso normalizado, ubicuo e inmutable: España se rompe. Eso si, unas veces declinado con un sustantivo, otras veces con otro, pero siempre pivotado por la idea de la destrucción de la nación. Lo único que Feijóo tiene para ofrecer a sus votantes es una identidad común basada en la membresía del temor.
Feijóo es el monaguillo del incendio permanente. Continuamente subiéndose al campanario para tocar “arrebato” se ha convertido en el Savonarola del púlpito de la derecha española, en el Profeta del Apocalipsis permanente, en el vocero de los Terrones del Año Mil. Alguien tendría que avisarle a este señor que se equivoca cuando piensa que la ciudadanía española es tan fácil de trastornar con terrores imaginarios como lo es la ciudadanía norteamericana. Pero creo que ese conocimiento no cambiaría mucho las cosas: Feijóo ha hecho del permanente subir y bajar del campanario su razón de ser en la política.
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