Hay una ultraderecha brutalizada -Abascal y sus hooligans- y otra ultraderecha que le gusta parecer civilizada sin serlo. La señora Olona se integra en la segunda tipología.
«Hoy, como hace 83 años, Vox convoca una algarada fascista en Bilbao y vienen a vomitar su discurso de odio», denunciaron entonces los convocantes de la concentración.
Sucedió en el año 1972. Unos mascaron y tragaron su rabia. Otros la expulsaron en la calle. Sus gritos desesperados rasgaron el silencio, que se impuso de nuevo.
Las derechas extremas crecen en oposición a la efectividad de las políticas de igualdad que pueden impulsar las izquierdas y progresismos gubernamentales.
las elecciones locales y autonómicas arrojaron un resultado agridulce para Vox. A pesar de que mejoró su representación parlamentaria y se convirtió en la llave de varios gobiernos regionales y municipales, perdió más de la mitad de su apoyo popular.