Maia Kenworthy y Elena Sánchez Bellot dirigieron en 2021 el documental “Rebellion”, una mirada crítica hacia la corta historia de la Extinction Rebellion desde el interior de la organización ecologista y desde sus orígenes
Por Angelo Nero
La evidencia científica es clara, los hechos son irrefutables y para nosotros es intolerable que nuestros hijos y nietos tengan que sufrir las terribles consecuencias de un desastre sin precedentes que hemos creado nosotros mismos.[…] Nuestro gobierno es cómplice al ignorar el principio de precaución y al ser incapaz de reconocer que el crecimiento económico infinito en un planeta con recursos finitos es inviable. […] Cuando un gobierno deroga intencionadamente su responsabilidad de proteger a la ciudadanía contra cualquier daño y asegurar el futuro de las próximas generaciones, ha incumplido su deber de protección. El “contrato social” se ha roto y por ello no solo es nuestro derecho, sino también nuestro deber moral eludir la inacción del gobierno y su flagrante incumplimiento del deber y rebelarnos para defender la vida. Es por esto que declaramos nuestro apoyo a Extinction Rebellion que comienza el día 31 de octubre de 2018.
Este es un fragmento de la Declaración de Rebelión, firmado por un centenar de científicos, que dio a conocer a todo el mundo a Extinction Rebellion, una organización fundada en Londres, que, en principio, quería poner el foco ante la inanición del gobierno británico ante la alarma climática y la progresiva desaparición de especies, y que se convirtió en uno de los movimientos más importantes a nivel mundial, en la lucha a favor de la biodiversidad, la ecología y la justicia climática, utilizando métodos de resistencia pacífica. A principios de diciembre de ese mismo año, otro centenar de científicos suscribía un segundo manifiesto de Extinction Rebellion:
Los líderes políticos en todo el mundo no han logrado abordar la crisis medioambiental. Si el capitalismo corporativo continúa dirigiendo la economía internacional, la catástrofe global es inevitable. […] Pedimos también a los y las ciudadanas del mundo que se levanten y se organicen contra la complacencia actual en sus contextos particulares, incluyendo la defensa de los derechos de los pueblos indígenas, la descolonización y la justicia restaurativa, uniéndose al movimiento global que se está rebelando ahora mismo en contra de la extinción.
Maia Kenworthy y Elena Sánchez Bellot dirigieron en 2021 el documental “Rebellion”, una mirada crítica hacia la corta historia de la Extinction Rebellion desde el interior de la organización ecologista y desde sus orígenes, que tuvieron su punto álgido en las masivas protestas de abril de 2019, en el que activistas y simpatizantes del movimientos bloquearon durante una semana cinco lugares emblemáticos de la capital británica: el puente de Waterloo, Marble Arch, Oxford Circus, Piccadilly Circus y la Plaza del Parlamento, como una forma de alertar a la población de la gravedad de la alarma climática, y de sus consecuencias irreversibles para la vida en el planeta.
El documental pone el foco en las convicciones y en las contradicciones de los principales impulsores de Extinction Rebellion, y en las tensiones que vive el grupo por los distintos enfoques y tiempos que tiene la lucha ambientalista para los fundadores del grupo. Roger Hallam, un granjero orgánico de Gales, que perdió su empresa por el cambio climático, Entre 2017 y 2019 estudió un doctorado en desobediencia civil en el King College de Londres, investigando cómo conseguir cambio social a través de movimientos radicales, y lo puso en práctica, convirtiéndose en una de las caras más visibles y polémicas de XR, junto a Gail Bradbrook y Simon Bramwell. Su apasionada defensa de la causa climática, y la urgencia de poner en práctica mediadas que revierta la situación, impulsadora en un primer momento de la organización, hacen que esta se vea envuelta en turbulentas crisis internas, y se cuestione su papel en el movimiento. Hallan estuvo hasta 20 veces en prisión, en los últimos cuatro años, por su radical defensa de la justicia climática, y también es protagonista del documental “The Troublemaker”, dirigido en 2020 por el británico Sasha Snow.
La postura de Roger Hallan es radical, tal como exige la situación: no vale enredarse en pensamientos analíticos, ni sociales, sino actuar de inmediato de acuerdo al instinto de supervivencia, de las emociones más profundas a la hora de reaccionar frente a una previsible «extinción humana», como se ha hecho tradicionalmente frente a las situaciones de emergencia a lo largo de la historia.
Otra de las caras visibles de Extinction Rebellion y protagonistas del documental de Maia Kenworthy y Elena Sánchez Bellot, es Farhana Yamin, una abogada británica, arquitecta clave del acuerdo climático de París y participante en varias conferencias sobre el clima, trabajando para diversos organismos internacionales, como la Alliance of Small Island States (AOSIS) sobre los mercados internacionales de carbono y las normas relacionadas que tratan con el Protocolo de Kioto, la Children’s Investment Fund Foundation (CIFF), o asesorando a varios gobiernos, como los de Maldivas o Marshall Islands, en cuestiones climáticas. Farhana se convirtió una de las coordinadoras de su equipo de estrategia de Extinction Rebellion a principios de 2019 y también coordinadora del equipo político de XR hasta 2020, año el que abandonó la organización por desavenencias en la estrategia de la dirección. ¿Cuántas promesas y compromisos se han roto hasta ahora? No es una buena noticia ver que, año tras año, los pactos climáticos no se cumplen y nadie hace nada al respecto. Declaró la ambientalista en la última cumbre del Clima de Glasgow.
Especialmente tirante es la relación entre los creadores de XR y su rama juvenil Extinction Rebellion Young, focalizada en la hija de Roger Hallan, Savannah Lovelock, a los que acusan de no tomar en cuenta a los miembros más jóvenes del movimiento para las decisiones importantes, como la de promover una acción de protesta mediante vuelo de drones en el aeropuerto de Heathrow. Me gustaría, papá, si pudieras mirarme, dice Savannah, acusándole de negar voz dentro de esta organización. Si esta acción es anunciada y apoyada de alguna manera bajo el lema de Extinction Rebellion, comenzaremos el proceso de recorrer nuestro propio camino.
Otro de los jóvenes activistas de XR, Sam Knights, coeditor de “This Is Not a Drill: An Extinction Rebellion Handbook”, también acusó al fundador del movimiento de dirigirlo de forma poco democrática: Roger tiene una forma muy particular de ver el mundo y cualquier cosa que no encaje en eso es irrelevante para él. Lo que le importa a Roger son los arrestos.
El movimiento, que se extendió a más de ochenta países, sigue activo al margen de los conflictos de su núcleo fundacional, insistiendo en que, como decía uno de sus primeros manifiestos: El «seguir como si nada» que pretenden no es una opción. La ciudadanía global no consentirá más este fracaso de nuestro deber planetario. Cada uno de nosotros y nosotras, especialmente en el mundo materialmente privilegiado, debe comprometerse a aceptar la necesidad de dejar menos huella, consumir mucho menos y no solo salvaguardar los derechos humanos, sino también nuestra responsabilidad en la custodia de este planeta.
Se el primero en comentar