Rusia está creando un batallón de soldados ucranianos que han sido capturados o bien han desertado.
Por Redacción NR
El excomandante de tanques Andriy Tishchenko, que se desempeñó como sargento mayor en las fuerzas ucranianas, ahora ha sido designado como jefe de una de las unidades del batallón. Tishchenko aseguró durante una entrevista a la agencia RIA Novosti que tomó la decisión de pasarse al lado ruso tras ver como el gobierno de Kiev «abandonó a su gente».
El batallón «Bogdan Khmelnitsky», creado en la República Popular de Donetsk (RPD), cuenta actualmente con 70 personas. Las incorporaciones son voluntarias. Quienes optan por no sumarse esperan en prisión a la espera de un intercambio de prisioneros de guerra. Todos aquellos soldados que se incorporan al batallón son examinados para comprobar que no hayan cometido delitos contra población civil en la zona de guerra durante sus labores en las fuerzas armadas ucranianas. Una vez pasan ese filtro, se les tramita la ciudadanía rusa, renuncian a la ucraniana y son entrenados en un campamento.
Según informan los encargados del batallón, «muchos militares ucranianos, después de algún tiempo en cautiverio, cambiaron radicalmente su visión del mundo».
«Vale la pena sacar a la gente de la propaganda de Kiev, ya que comienzan a ver todo lo que ha sucedido en los últimos años bajo una luz completamente diferente», asegura uno de los instructores.
La cuestión más delicada, explican, tiene que ver con las familias de estos soldados que pasaron al lado ruso. Muchos familiares se encuentran todavía en la zona controlada por Kiev, por lo que pueden ser objeto de represión.
Otro punto tiene que ver con la posibilidad de que estos soldados terminen huyendo de nuevo al banco ucraniano en el transcurso de la batalla. «Cualquier persona en su sano juicio puede tener dudas sobre la fiabilidad de estos tipos en el frente», reconoce uno de los instructores, pero añade que los servicios especiales rusos realizan este trabajo preventivo y que es un riesgo que vale la pena correr.
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