Este Tote King molesta

"La realidad de los barrios obreros no son chándales Gucci chillones y riñoneras de pasarela. Eso es turismo de clase. La realidad es otra"

Por Carmen Romero

Tote King estrena Carne Picá, un tema que, según él, la idea general “ronda el concepto de la competitividad: yo fui uno de esos críos que vivió la España en obras de la Burbuja. Yo fui testigo de cómo por ser más competitivos en los mercados, nos convirtieron en Carne Picá”.

Carne Picá es muchas cosas. Es hip hop por excelencia porque representa, te identificas. Pero sobre todo es uno de esos temas que te da una hostia bien dada a tiempo y te dice que te bajes, que el rap no puede ir de coches y “autotún”. Una hostia bien dada a tiempo para que más de un fan se baje del barco.

“… Mientras mis conciudadanos se reían con Los Morancos

Jose Mari y sus compadres se colaron, 

tomaron el mando.

Le dijeron a los bancos: todo vale”

Este tipo de barras de su nueva canción, acompañadas de fotos de dirigentes del PP, calles llenas de antidisturbios y fuego, han generado rechazo por parte de ciertos fans. Fans que arden en Twitter con el típico discurso de “no politicéis esto, no politicéis aquello”. Fans que, a veces, ven el rap únicamente como modita de zapas guapas y gorrita.

Mírame. Soy de barrio. Voy en chandal y me gusta el rap.

Hay fans que, cuando un rapero habla de política desde un eje progresista, se enfadan. Pero no se dan cuenta de que hablar de Gucci, de querer ser rico y llamar a las mujeres zorras, también es política. El problema es que la lucha de clases solo suele notarse cuando viene de abajo. Cuando los de arriba son los que dan las hostias a los pobres con su retórica, parece ser de orden natural. Esencialismo de cama: “eso siempre ha sido así”.

El rapero Ayax tiene el mismo problema. Chavales con banderita de España en sus perfiles se molestan si dice que la única forma de parar al fascismo es con antifascismo. Chavales que esperan que el rapero solo hable de mal de amores, como si fuera un popero.

«Lo popular es (la mayoría de veces) machista y reaccionario. El que no lo quiera ver así es que de Malasaña no pasa.» Carmen Romero

A ese tipo de fans solo les gusta el rap cuando es una especie de renovación del nuevo pop que nació en los 80’s con La Movida madrileña (individualismo, consumismo y color), pero añadiendo los tópicos de la vida de barrio: chandal, riñonera, prostitución, drogas y hasta una forma de habla vulgar. Y sobre todo, clase media disfrazada de barrio.

Como si el uniforme de barrio obrero fuera el chandal yonki y la litrona y no el mono azul de la obra. Una idea del barrio vista desde fuera. Desde la óptica de lo molón. Desde lo que llaman música urbana, colores chillones y gafas estrambóticas.

Porque claro, lo que llaman música urbana, mola. Dentro de lo que llaman música urbana no solo está el hip hop, sino que añaden cualquier cosa al término. Bad Bunny sería música urbana.

Cabe destacar que el hecho de llamar a algo música urbana no lo hace progresista porque supuestamente sea “del barrio”. A Bad Bunny lo colocan como un referente feminista por disfrazarse de mujer en un vídeoclip y parecer una persona transgénero. El mismo Bad Bunny cantó en una gala de los premios de Porn Hub, la mayor plataforma de porno (objetivización de la mujer) online. Cositas.

El infierno de lo popular 

La realidad de los barrios obreros no son chándales Gucci chillones y riñoneras de pasarela. Eso es turismo de clase. La realidad es otra. Volvemos al tema de Tote King: “… vuelve a tus putas gafas pasta y a tus 30 kg, no vayas de turista al guetto si no eres de allí primo”.

La idealización del barrio y de lo popular. La idea de que lo popular es bueno per se. Las cofradías también son algo popular, pero cuando tu colega el capillita te dice que está en Falange te llevas las manos a la cabeza. Las vaquillas, el silvar o piropear a una mujer desde la obra. Lo popular es (la mayoría de veces) machista y reaccionario. El que no lo quiera ver así es que de Malasaña no pasa.

«Tote King molesta porque no compite con los de su barrio/clase, sino con los poderosos.» Carmen Romero

Volviendo a la canción: “… Quiere convencernos de que el velo y el reggaeton empoderan, el reggaeton está perfecto pa’ follar y el trap está guapo hermano, pero no es PUNK”.

Me recuerda a la idealización de Operación Triunfo (OT). Como OT lo ve mucha gente, ya es algo popular de lo que estar orgullosos. No, popular y masivo no es lo mismo. Que un producto sea masivo solo indica su éxito en el mercado, no su categoría popular ni que sea necesariamente progresista.

El mensaje de OT es el mismo que cualquier libro de autoayuda o coaching; el valor principal de estos espacios neoliberales es aquel que viene a decir que el esfuerzo conduce al triunfo, obviando factores como la clase social y los accesos de oportunidades.

A Tote King tampoco se le olvida esto en su nuevo tema: “… lo digo por ti cobarde, tu no te rayes, sigue haciendo letras de coaching para llenar ciudades”.

Porque OT al final va de eso. De triunfar pisando a tus compañeros y de que el éxito significa que otros fracasan. Por eso este Tote King molesta. Porque no compite con los de su barrio/clase, sino con los poderosos. Porque es lucha de clases y porque le da una patada en el costado a los del barrio como mito.

4 Comments

  1. Resbala bastante cuando habla de política. A mi manera de ver es como si disparara hacia todos lados y sin apuntar, con la consecuencia de que da en el blanco alguna vez pero de casualidad… Pero bueno, al menos suena bien. Es como escuchar canciones en alemán, por como suenan y no por lo que dicen.

  2. Estoy bastante de acuerdo con todo el artículo. Todo muy bien explicado y desgranado.

    Lo único que me choca es que se llame a OT neoliberal, cuando ha hecho clara propaganda antiliberal en su programa.

    Lo dicho, muy bueno y a seguir asi!

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