Estado-Nación vs Multinacionales y Multiculturalismo

A principios de los años 90, cayó la URSS, y con la disolución de todo el bloque soviético, el trabajador se quedó huérfano de la potencia que lo defendía y se impuso sin ningún tipo de barreras el capitalismo.

Por Gabriel C.I | 8/01/2025

Un poco de historia: Introducción

Con la llegada de la Revolución Industrial y el abandono del campo y de los pueblos en favor de la fábrica y la ciudad, surgen dos grandes clases sociales (que en parte ya existían, pero que se hacen hegemónicas): los capitalistas del sector industrial y los trabajadores de la industria. Con esta nueva organización de la sociedad surgen también nuevas ideas que se van a plasmar en patronales, sindicatos, partidos políticos y otro tipo de organizaciones (fundaciones, entre otras).

De esta relación de producción también surge la lucha de clases. Algunos se dan cuenta de que tienen intereses enfrentados, que una clase domina a la otra y que no debería ser así, y nacen o toman fuerza las ideas socialistas, comunistas y anarquistas.

Las sociedades avanzan y se desarrollan, y tras las dos guerras mundiales, el mundo se divide en dos grandes potencias hegemónicas y contrapuestas: la URSS (socialista) y Estados Unidos (capitalista).

Hasta ese momento, el poder había estado en manos de los señores feudales, terratenientes, banqueros, y más recientemente, de los capitalistas.

Caída de la URSS, hegemonía capitalista

A principios de los años 90, cayó la URSS, y con la disolución de todo el bloque soviético, el trabajador se quedó huérfano de la potencia que lo defendía y se impuso sin ningún tipo de barreras el capitalismo.

Sin nada que se le oponga al capitalismo, y hegemonizándose sin ningún tipo de barreras, se imponen también unas ideas y una forma de entender y de vivir en el mundo.

Ya no es el capitalista o el banquero o el terrateniente el que domina y somete a la clase obrera; ahora es, principalmente, “el obrero de mono azul”.

Pero no sólo… si en otros siglos se buscaban excusas en el pensamiento o en las relaciones, aquí también lo harán.
Si hace años se perseguía unos determinados comportamientos o ideas, hoy se pueden perseguir las contrarias, pero con la misma motivación; imponer una serie de ideas o comportamientos a la sociedad.

Así, si hace años se perseguían políticas para aumentar la población, por lo que querían que hubiera matrimonios e hijos; hoy se persigue lo contrario, y parece que se promueven políticas para que disminuyamos drásticamente en número.

Pero son los intereses de los poderosos los que los introducen así. Además, lo aprovechan para señalar y criminalizar, al menos a los enemigos. Enemigos políticos, económicos, ideológicos, gentes con intereses contrapuestos.

El socialismo ha caído, el mundo está superpoblado y la creciente clase trabajadora europea, u occidental, está totalmente capacitada para asaltar el poder en cualquier momento.

La estrategia es evidente… tienen que menguar a la clase trabajadora europea, y no es ningún problema, en principio. Pues pueden deslocalizar industrias y personas a su antojo, prácticamente (aunque no tengan en cuenta otras circunstancias).
Entonces, ¿cómo acabar con una gran masa homogénea de trabajadores europeos? Mediante políticas que fomenten la heterogeneidad, obviamente. Que fragmenten la masa.
Así, han hecho de sus luchas nuestras luchas, y a veces, sólo las usan para dividirnos. Pero, diría que entienden que la gran clave para arrebatar el poder para siempre a la clase trabajadora autóctona es destruyéndola con multiculturalismo, feminismo liberal y con la desaparición de la herramienta que podía caer en manos de la clase trabajadora y que posee capacidades emancipadoras: el Estado-nación.
Aunque creo que es un gran error de base, pues han sembrado la semilla de nuestra destrucción (la de Occidente y su hegemonía sobre el resto).

¿Alianza EEUU-Israel?

Para entender un poco el proceso, voy a hablar de la relación entre EEUU, los judíos e Israel.

La alianza EEUU-Israel es autodestructiva por naturaleza. EEUU basa su poder en un Estado. Si le arrebatas el aparataje del Estado, se convierte en un elemento vulnerable en un mundo lleno de Estados e Imperios. Vamos, que EEUU sin su Estado desaparecería, obviamente. Y la hegemonía de sus capitalistas se basa, entre otras cosas, en “la seguridad” que le ofrecen sus bases militares. Ellos van a caer con EEUU. No lo comprenden, si lo comprendieran no estarían llevando a Occidente al abismo por “dar palos” a la clase trabajadora y acabar, en definitiva, con los Estados y las naciones, reemplazándolos por el poder empresarial y por una sola cultura “multicultural”. Es un suicidio económico, pero también cultural. Es un suicidio a todos los niveles. Es un suicidio civilizatorio. O eso podría parecer.

Los judíos, más bien cierta élite, mantienen su estatus, e incluso podrían deber su propia existencia a parasitar otros Estados. EEUU no exactamente adquiere su estatus parasitando otros Estados, pero también lo hace mediante sus multinacionales, por ejemplo.

EEUU tiene su propio Imperio independiente. Pero claro, sectores de judíos probablemente se hayan infiltrado en el poder estadounidense, y así han sido acusados atendiendo a la historia en otros momentos históricos, tomando el control de grandes sectores económicos como puede ser el bancario o, por ejemplo, Hollywood. Su influencia ha modificado así la política, a todos los niveles, estadounidense.

Las políticas wokes contra las naciones-Estado y pro multiculturalismo son las políticas podrían parecer ideales para un sector de los judíos. Encajan con su naturaleza, están en armonía. Son a su imagen y semejanza. Como del neoliberalismo. Así se han ido imponiendo en Europa y por eso mismo históricamente parece ser que se les ha expulsado. Las políticas wokes y neoliberales van en la dirección de acabar con los Estados para que se impongan directamente los capitalistas con sus multinacionales. Por otra parte, los judíos (no sionistas) entienden que no tienen Estado-nación y que nadie debe tenerla. Diría que están errando.

Imperialismo, liberalización del mercado laboral y deslocalizaciones

Para entender cómo la industria y el capitalismo se han impuesto, por un lado, podemos ver cómo Google, Microsoft, Nvidia u otras empresas del sector de la informática tienen su propia normativa y son los encargados de hacer las leyes dentro de su propio sector, arrebatándoles así todo el poder a los Estados.

Por otro lado, han creado una verdadera bomba imperialista en los países que están utilizando para obtener grandes beneficios temporales.

Me explico: De la misma forma que al deslocalizar industrias a otros Estados, han creado a sus mayores competidores a nivel industrial… De la misma forma, están incentivando que Pakistán o la India se hagan con el poder en Inglaterra, por ejemplo.

De la misma forma que han creado una clase industrial que les supera, van a crear redes clientelares en sus propios países, de burguesías extranjeras, que se van a hacer con el control. Muy probablemente.

Así es como los judíos u otros pueblos, muy probablemente, han llegado a controlar otros países. Introduciendo migrantes trabajadores que acaban siendo comerciantes o empresarios y terminan monopolizando sectores estratégicos de la economía (la banca), y así, acaban imponiendo su voluntad, sus intereses, y por ende, sus políticas.

Así otros Estados ganan poder e influencia en la administración española, por ejemplo, y podemos ver cómo han florecido como hongos mafias que claramente trabajan para otros Estados y están siempre centradas en ciertos sectores económicos. Podemos destacar el infame caso de los algunos pueblos en concreto con los timos, las armas y los robos, en los que han llegado a utilizar en sus tramas mafiosas incluso la imagen de famosos autóctonos, sin su consentimiento. Para dar un poco de visibilidad al nivel de impunidad al que han llegado.

Posiblemente, por estos motivos estén saltando las alarmas en Occidente con China en general, y su industria automotriz en particular. (Ver artículo “Tercermundismo y Tecnofeudalismo”)

Otras estrategias que han sido usadas por comunidades humanas para imponerse a otras son el matrimonio, espionaje y, especialmente, mediante la creación de redes clientelares, y, como hemos visto en los párrafos anteriores, monopolizando sectores económicos.

El fracaso del capitalismo frente a Estados e Imperios y la caída de EEUU

Los Estados-nación, que son el faro de Occidente y principalmente de Europa, parece que caerán, y con ellos la hegemonía occidental que se basa en la construcción de estos Estados-nación; y que no podría basarse, de ninguna manera, en una clase parasitaria que se aprovecha de otra clase. La hegemonía y el progreso que puedes sacar de esa libertad que da tener el poder se deben al desarrollo de las fuerzas productivas, y no a ninguna otra cosa. Son las fuerzas productivas, su desarrollo (mediante industrias) y su organización (empresarios-Estado) la clave, no ninguna clase. Sin embargo, algunos parecen comprender, o pensar, o tener la ilusión de que son más guapos y listos que el resto, y son los mismos que, a la vez que te venden lo woke, creen que se van a imponer per secula seculorum.

El Imperio Romano probablemente se autodestruyó de un modo similar al nuestro. Se impusieron gracias a ser capaces de organizarse de un modo más eficaz (desarrollo de las fuerzas productivas + uso de la fuerza para imponerse) y se disolvieron por una suerte de multiculturalismo derivado de sus políticas migratorias esclavistas. Los bárbaros que los conquistaron, ya eran, en parte, sus campesinos, sus criados y poblaban sus ejércitos, circos, juegos… Eran una parte fundamental de su sociedad. Conocían perfectamente cómo funcionaba el Imperio, cómo dominaban al resto, conocían el terreno, a la gente, su organización, su cultura y vivían entre ellos. En un momento dado se impusieron y adoptaron gran parte de su cultura y de su organización, pero basada en el nuevo orden de poder de los señores feudales.

Así pues, afirmaría sin miedo a equivocarme que, si EEUU cae a favor del multiculturalismo y las multinacionales, como consecuencia lógica van a caer: Sus multinacionales, su multiculturalismo, su hegemonía, muchos de sus empresarios locales, la clase que tiene el poder (o cae o será presa de la lumpenización y se convertirá en lumpenburguesía). Israel, que es una base militar estadounidense en mitad de potencias no muy amistosas y que culturalmente no encajan, ni quieren, ni lo van a hacer nunca, también caerá. Y más… Van a carecer de soldados, sólo dispondrán de mercenarios y terroristas. Y así no se puede controlar el mundo, diría.

¿Por qué si cae EEUU caerá la clase hegemónica? Porque la India, Pakistán, China o Rusia van a seguir existiendo y se van a imponer muy fácilmente sin tener a nadie a quien enfrentarse.

EEUU basa su poder en construir un Imperio capaz de imponerse al resto. Si suicidan la herramienta que les ha dado el poder, lo perderán, obviamente.

Si Elon Musk tiene poder, es porque China, Pakistán y Nigeria le dejan. Porque se impone la ley de las bombas nucleares y la fuerza de EEUU.

Es una mentira que el progreso se deba a un sistema liberal o democrático (es el desarrollo de las fuerzas productivas) y es igual de mentira que exista el libre mercado. Existe la ley del más fuerte que, en este caso, impone EEUU (u otros sistemas en los que todos se unen y ceden su poder al unísono en pro de un Estado de derecho real, etc.). Y no tienen por qué ser democracias; pueden ser dictaduras. De hecho, las democracias, como quieren que las entendamos, también parecen tener un gran componente de farsa. Podrían parecer, tal y como apuntó K.Marx, dictaduras del capital.

Así pues, EEUU no basa su poder en un sistema ideal liberal y democrático. Basa su poder en el desarrollo de las fuerzas productivas, por un lado, y por otro, en el uso de la fuerza y su imposición mediante ella. Y así tiene medio mundo colonizado con sus multinacionales (que podrían desaparecer con EEUU, por lo mencionado), con Hollywood y la cultura woke, y principalmente con bases militares. Bases militares y alianzas que, según apuntan algunos expertos, podrían ser las culpables de la guerra de Ucrania. La guerra de Ucrania, en la que el líder de las fuerzas ucranianas parece que no está dispuesto a llegar a la paz, ni a firmar ningún acuerdo, ni se ha visto ningún gesto en ese sentido… (Un año después de escribir este texto) Librando una batalla que tiene perdida de antemano. Muy raro. Es como si EEUU, o alguna élite relacionada con EEUU, estuviera utilizando a Ucrania y a los ucranianos como carne de cañón para debilitar a Rusia, en una misión suicida para los ucranianos y Ucrania.

Parece como poner a un niño de 10 años a luchar contra un luchador adulto de 30 y esperar que el niño le dé una paliza al adulto. No va a ocurrir. Es predecible. También que Palestina no pueda luchar contra Israel, va a pasar algo similar. No parecen luchas o guerras justas, parecen masacres.

Multiculturalismo, ¿una nueva cultura global?

EEUU reemplaza las culturas locales o autóctonas por multiculturalismo y posmodernismo. Frente al nacionalismo cultural de los fascistas y al internacionalismo de la URSS y China, que fomentaban y fomentan la unión entre culturas, pero no su disolución o su sustitución (dependiendo el caso, ya que en los países que dominaba la URSS intentaban eliminar la religión y parte de la cultura autóctona, pudiéndose ver el avance cultural de Afganistán en este sentido), aquí se va fomentando e imponiendo el multiculturalismo mediante la inmigración, principalmente. También extienden sus garras imperialistas por España y Europa mediante sus bases militares, e intentan reemplazar el poder estatal por el poder empresarial mediante fondos buitre, multinacionales, privatizaciones, y con el uso de redes clientelares y corrupción.

EEUU no tiene cultura propia, no tiene historia, su historia está marcada por una guerra constante. Carece de nación. Es un Imperio que carece de los pilares con los que contaban el Imperio Español, el Imperio Turco, el resto de Imperios europeos del siglo XIX, o el Imperio Romano, una cultura y un arraigo de unas poblaciones en concreto a la tierra. EEUU no tiene a grandes héroes históricos, por carecer de historia y de cultura común, y se los inventan en Hollywood. Si EEUU tuviera la historia que tiene España, probablemente no estarían tan necesitados de esos héroes de plástico. Resulta complicado convencer, en general, a la población de ir a la guerra… Resulta imposible creer que la gente va a ir a matarse por un salario de miseria y por la empresa de una persona en concreto, y no por el Estado y los intereses, de todos.

La guerra y la violencia son un horror, un error, y el peor método para arreglar los problemas, aunque sea muy efectiva. Es inmoral, nadie quiere la guerra, excepto las industrias que tienen intereses económicos en que las haya, y algunos que no van a matarse al campo de batalla. Es una barbaridad típica de sociedades poco evolucionadas. Habría que diferenciar el poder y el desarrollo industrial con el desarrollo filosófico de cada sociedad para medir el grado de desarrollo de estas sociedades o civilizaciones. EEUU, por ejemplo, y muy probablemente por carecer de los grandes pilares en los que se han basado otras grandes civilizaciones, es una auténtica potencia en el desarrollo industrial, pero es prematuro en humanismo y filosofía.

EEUU, a diferencia de Europa o las civilizaciones antiguas, no tiene una tradición histórica continua de milenios que le dé una base cultural sólida. Su historia moderna está marcada por la construcción de un imperio, la guerra constante y el consumismo, más que por una evolución orgánica de una identidad nacional basada en valores o tradiciones ancestrales.
Si EEUU en vez de colonizar y arrasar Europa, tras la caída de la URSS, se hubiera fundido con ella, probablemente hoy no estaríamos así. Europa tenía esa historia, esa cultura, esa filosofía y ese humanismo del que EEUU carece.

Modelo económico y político estadounidense: desde el modelo liberal hasta el tecnofeudalismo pasando por un modelo neoliberal

El modelo económico estadounidense ha experimentado varias transformaciones significativas a lo largo de los siglos. Inicialmente, bajo el liberalismo clásico, EEUU adoptó un sistema basado en la libre competencia, el mercado autorregulado y la mínima intervención estatal. Sin embargo, durante la Gran Depresión de 1929, el país transitó hacia un modelo intermedio entre la socialdemocracia y el capitalismo de Estado. El New Deal implementó políticas de bienestar social, la regulación financiera y la intervención del gobierno en la economía para paliar los efectos de la crisis.

En la segunda mitad del siglo XX, y especialmente tras la IIGM, EEUU adoptó un modelo de capitalismo altamente industrializado con un Estado de bienestar limitado. Modelos similares, o más cercanos al actual chino. Sin embargo, en los años 80, el neoliberalismo comenzó a prevalecer, con una fuerte apuesta por el libre mercado, la desregulación, y la privatización de servicios públicos, bajo la presidencia de Ronald Reagan. Este enfoque continuó con los gobiernos posteriores, llevando a una creciente desigualdad y concentración de la riqueza.

Siguiendo está lógica y desarrollándose durante décadas se aprecia una evolución hacia un modelo tecnofeudal, donde grandes corporaciones tecnológicas controlan vastas cantidades de datos, infraestructuras digitales y mercados, mientras que el papel del Estado se ha vuelto más difuso, priorizando intereses corporativos por encima de las personas. Este nuevo paradigma refleja una concentración de poder económico y social, con una creciente dependencia de plataformas digitales que reconfiguran las relaciones de producción de capital hacia este modelo tecnofeudal.

El modelo político estadounidense ha estado marcado por una serie de contradicciones y transiciones que, a lo largo del tiempo, han consolidado un sistema profundamente capitalista y neoliberal que con el transcurso del tiempo y siguiendo las lógicas de producción de este sistema ha surgido uno nuevo. A diferencia de la socialdemocracia y el fascismo, que son modelos intermedios con armonía entre clases, en las etapas liberales y neoliberales se impone una clase sobre otra, generando un sistema en el que la armonía entre las clases desaparece.

En Europa, existió una especie de armonía entre clases hasta la caída de la URSS, una estabilidad social que, probablemente, se buscaba para conservar la paz. Esta armonía estuvo sustentada en dos grandes ideologías: el fascismo y la socialdemocracia, que, aunque diferentes, compartían un compromiso de regulación y control de las clases en un equilibrio tenso. Sin embargo, el modelo político estadounidense, excepto tras el New Deal, nunca abrazó tal armonía. En su lugar, la vía estadounidense ha sido la del capitalismo liberal y neoliberal, en la que el capital se impone sobre el resto, y la posibilidad de una justicia social o una armonía entre clases parece una utopía.

Los líderes de este modelo podrían ser vistos como algo así como dictadores que ven al Estado no como una estructura pública, sino como una extensión de sus propios intereses empresariales, consolidando un poder económico que anula cualquier noción de justicia social, Estado del Bienestar, derechos laborales…

Así, parece que hoy la política estadounidense se divide entre los millonarios que quieren controlar los partidos y a los políticos de EEUU, representado en Kamala Harris, y los millonarios que quieren que el Estado sea algo así como una extensión de su propia empresa, o que quieren gobernar directamente EEUU como si fuera su propia empresa.

Unos quieren un Estado con cierta fuerza para proteger sus intereses y los de sus redes con él, y los otros quieren un Estado débil, pero a su servicio también. A un lado podría estar Soros y al otro Musk.

La realidad, es que el gran problema no parece radicar en si nos gobierna un millonario a través del Estado u otro millonario a través de su propia empresa. El verdadero problema es que lo público dejó de ser una opción viable después de la caída de la URSS. Desde entonces, las únicas alternativas viables son aquellas que giran en torno a los intereses de los millonarios, ya sea a través del poder estatal o el control de grandes corporaciones privadas. Probablemente esta falta de competencia a todos los niveles, también al industrial, entre empresas públicas y privadas dentro del Estado, también haya contribuido fuertemente en la pérdida de competitividad con respecto al resto del mundo, principalmente, con respecto a China. Un país en el que esta competitividad parece funcionar perfectamente en su modelo similar a un capitalismo de Estado o socialdemócrata.

Tras la caída de la URSS no solo cae el sector público, también los partidos socialdemócratas que lo sostenían, en pro de una izquierda que defiende postulados neoliberales.

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