Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, aseguró que se encargará personalmente de demostrar al gobierno de Trump que no todos los españoles se identifican con los BRICS ni desean pertenecer a este grupo.
Por Isabel Ginés | 24/01/2025
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, afirmó estaba incluida en los BRICS, el bloque económico compuesto por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, al que recientemente se sumaron nuevos miembros como Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos e Irán. Esta declaración, completamente equivocada, ha generado un revuelo en España, donde el panorama político ha reaccionado con comentarios que van desde el oportunismo hasta el absurdo. Entre las respuestas más llamativas, Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, aseguró que se encargará personalmente de demostrar al gobierno de Trump que no todos los españoles se identifican con los BRICS ni desean pertenecer a este grupo, responsabilizando al Gobierno de España por un supuesto aislamiento internacional. Ayuso se nota que no sabe que son los BRICS y de geopolítica, roza lo absurdo siempre que habla y con desconocimiento, otra vergonzosa declaración de todas las que hace.
Lo que debería ser simplemente un error anecdótico de Trump ha escalado hasta convertirse en un debate político completamente infundado, donde no se está discutiendo la realidad geopolítica, sino un espejismo basado en un desconocimiento monumental tanto del papel de los BRICS como de la posición de España en el orden internacional.
Los BRICS son un foro político y económico que se presenta como alternativa al G7, el grupo que reúne a las principales economías industrializadas de Occidente. Formado inicialmente por cinco economías emergentes –Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica–, este bloque busca fortalecer la cooperación entre países en desarrollo, reducir la dependencia del dólar y de instituciones como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, y consolidar una visión multipolar del poder global.
En términos de influencia, los BRICS representan el 25 % del PIB mundial, el 16 % del comercio global, el 42 % de la población y una tercera parte del territorio del planeta. Además, han creado instituciones como el Nuevo Banco de Desarrollo (NBD), que busca financiar proyectos de infraestructura y desarrollo utilizando monedas locales, lo que refuerza su objetivo de desdolarización. Sin embargo, pese a su crecimiento e influencia, los BRICS no son un club abierto a cualquier país, ni mucho menos a economías desarrolladas como España.
España no es parte de los BRICS ni ha sido considerada como posible miembro. El bloque tiene un objetivo claro: representar a las economías emergentes que buscan una alternativa al sistema financiero occidental. España, por el contrario, es una economía consolidada y desarrollada, con un papel central en la Unión Europea y fuertes lazos con las instituciones tradicionales de Occidente.
Primero, los BRICS están diseñados para países en desarrollo con un alto potencial de crecimiento y economías en expansión, características que no definen a España, cuya economía, aunque importante, no es emergente. Segundo, España forma parte de bloques estratégicos como la UE y la OTAN, lo que la vincula al sistema político y económico liderado por Estados Unidos y Europa. Ser miembro de los BRICS sería incompatible con estas alianzas, que son el núcleo de la política exterior y económica española. Por último, ni España ha mostrado interés en unirse al bloque, ni los BRICS han expresado intención de invitarla.
A raíz de las declaraciones de Trump, Isabel Díaz Ayuso ha convertido el tema en una oportunidad para atacar al Gobierno español. Al culpar al Ejecutivo de un supuesto aislamiento internacional que habría empujado a España a los BRICS, Ayuso ha mostrado una preocupante desconexión con la realidad geopolítica.
Su comentario no solo es incorrecto, sino que también refleja una estrategia de alarmismo que busca obtener réditos políticos internos, aun a costa de ignorar la verdad.
Esta respuesta, que en principio busca desmarcarse de los BRICS y proyectar una imagen de liderazgo frente a Estados Unidos, en realidad expone la superficialidad del debate político español. Mientras Ayuso culpa al Gobierno por un aislamiento inexistente, ignora que España sigue siendo un actor clave dentro de la Unión Europea y que su papel está completamente alejado de los intereses y objetivos de los BRICS.
Los BRICS, como bloque, tienen una agenda clara que nada tiene que ver con España. Representan un espacio alternativo al sistema financiero tradicional, pero también un desafío al liderazgo occidental. Países como China y Rusia han encontrado en el foro una herramienta para fortalecer su influencia global, mientras que economías emergentes como Brasil, India o Sudáfrica buscan consolidar su desarrollo económico y político.
El Nuevo Banco de Desarrollo, con recursos que alcanzan los 100 mil millones de dólares, ha financiado importantes proyectos de infraestructura en monedas locales, reforzando la independencia financiera del bloque frente al dólar. Sin embargo, estos mecanismos están diseñados para países con economías en crecimiento, no para economías desarrolladas que, como España, ya están integradas en el sistema financiero occidental.
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