Las derechas franquistas sabían desde antes de 1978 que si cambiaban algunas cosas su poder básico no estaría en peligro, aunque sí tuvieran que ceder algunas de sus prebendas.
«Puede que celebren elecciones, que establezcan un parlamento y nuevas leyes, pero siempre reforzando sus propias creencias: intentarán legitimar sus normas y la limitación de los derechos de las mujeres.»
A burguesía gañounos a partida no movemento veciñal, convertendo as AAVV en meros aprendices das institucións, xogando o mesmo papel que desempeñaban no franquismo as organizacións falanxistas