Entrevistamos a uno de los detenidos en la contracumbre del G7: «El chico de al lado de mi celda llevaba tres días totalmente incomunicado sin saber nada de abogados ni de su familia»

Por Daniel Seixo

Entre el 23 y el 26 de agosto la ciudad de Biarritz se convirtió en un búnker en el que los dirigentes de las principales poetencias industriales de occidente se reunierón para decidir los próximos pasos a seguir en la dinámica neoliberal de nuestra existencia. En medio de esas fuertes medidas de seguridad y ante un desigual movimiento contestatario, Alfonso Martínez un jóven militante anticapitalista del País Valencià resultó detenido por supuestamente llevar piedras en una mochila. En Nueva Revolución charlamos con él para conocer su versión de lo sucedido aquel día en medio del impresionante despliegue policial francés.

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¿Cuándo decide acudir a la contracumbre del G7?

No es fruto de una decisión tomada en un momento concreto, sabía de la existencia de estas cumbres desde hace años, aunque tampoco le preste demasiada atención hasta hace bien poco. La primera vez que tengo constancia de estas cumbres es con el asesinato de Carlo Giuliani y las imágenes que todas conocemos en Genova.

¿Qué lo lleva a tomar esta decisión?

Todos estos años de socavamiento generalizado de la clase trabajadora hacia una miseria normalizada e institucionalizada, de comprender porque todo sucede de la forma en la que lo hace y dando respuesta a preguntas que en el ámbito académico se ven de pasada o dándoles explicaciones que no van ni mucho menos a la raíz del problema.

¿Dónde se encontraba usted durante el transcurso de la manifestación?

En la manifestación o más bien concentración que se hizo en Bayona para pedir la libertad de las represaliadas, me mantengo escasos minutos en ella ya que decido irme por la tensión que se respiraba además de las identificaciones a las pocas personas concentradas que habían –en torno a 50 personas-, la gendarmería francesa corría de lado a lado sin estar sucediendo nada.

¿Qué pasó aquel 25 de agosto y cómo termina detenido?

Cuando nos alejamos de la concentración, nos quedamos a beber y charlar en un bar no muy lejos, donde todo parecía calmado. En un momento dado al escucharse escandalo fuera, todos salen bar hacia una plaza para poder ver de lejos el ayuntamiento, donde se estaba presuntamente haciendo la concentración, cuando me disponía a entrar junto con otro compañero, nos identifican y entran una cantidad de efectivos en la calle donde nos encontrábamos que cualquiera hubiera pensado que se estaba produciendo una batalla campal cuando es la propia policía la que arrolla con moto a una persona y arrasa con todo. En ese momento mi compañero y yo desconocemos que estamos detenidos, no nos informan de nada.

La sociedad en buena parte está muy en desacuerdo con las decisiones de la clase política, banqueros, empresarios y altos directivos capitalistas

¿Cómo es el proceso de su detención?

En primer lugar, nos identifican durante 45 minutos para luego meternos en un furgón donde sin saber dónde nos llevaban ni porque te detienen, entramos en un cubículo de metal de 1×1. Al llegar a dependencias judiciales, fichan a las detenidas durante unas horas muy largas con toda especie de preguntas sin la presencia de un abogado y enviado al calabozo sin saber poco más que el lugar donde te retienen, en mi caso Hendaya.

¿Cuántas personas terminan detenidas en ese operativo?

Si no recuerdo mal, mi abogado citó en el juicio que tuve este 25 de septiembre que hubo más de 80 personas detenidas esa jornada.

Asegura usted que minutos antes de la detención un compañero había visto como la policía metía tres piedras grandes dentro de la mochila, por tanto, ¿podemos hablar de un montaje policial según su versión de los hechos?

Yo vi como colocaban una mochila con los adoquines a nuestro lado y como la señal de donde las sacan se movía, pero mi compañero y bastante gente que había en la calle en ese momento lo vieron.

Le acusan de pertenecer a un grupo violento y de degradación vial, ¿existen motivos para ello? ¿se considera usted violento?

En ese momento estaba tomando una cerveza y la sostenía en la mano, creo en la autodefensa. No soy una persona violenta, considero que la violencia es la última vía o herramienta de cualquier lucha, pero la autodefensa está más que justificada cuando señalan, persiguen y se criminaliza a los sectores más críticos de la sociedad. Como antifascistas tenemos el deber de no tolerar que el monopolio de la violencia recaiga sobre una elite económica y sobre ningún estado capitalista.

¿Cómo fue el trato durante su detención?

El trato es vejatorio y en el furgón nos ahogaron con la calefacción durante 1 hora de trayecto respirando por agujeros que apenas había aire, todo el rato esposado y con burlas. Una de las agentes me dijo explícitamente que por la noche lo pasarían genial haciendo el gesto de esnifar cocaína como dos veces delante de mi cara. Dentro del calabozo a penas te hacían caso, yo solo pedía un abogado o una llamada –que se negaron en todo momento a que pudiera hacerla cualquier detenido-.

¿A qué cargos se enfrenta en estos momentos?

En el momento en que entré a dependencias policiales solo me imputaban degradación vial, tuve el juicio el 25 de septiembre y me enteré que además era por querer tirar piedras o tener la intención. Aún en dependencias policiales, en mi detención me dicen que se añade el de pertenencia a grupo violento dentro de una manifestación no autorizada. El tercer cargo es una infracción por negarme a dar mis huellas y ADN, sin la presencia de ningún abogado, no iba a mover ni una pestaña porque así me lo expresa mi primer abogado.

¿Qué penas significarían estos cargos?

Sólo la infracción de las huellas y ADN podía significar penas de prisión de entre 1 y 2 años de cárcel, aunque era un pequeño riesgo ya que en algunas regiones de Francia la jurisdicción dicta que no es obligatorio hacer esta prueba.

Las demás penas no me dijeron nada sobre ellas hasta que el 25 de septiembre me dijeron que eran ínfimas, fiscalía del Estado francés pidió para mí; 1 mes de cárcel, 350€ de multa y 5 años sin entrar a territorio francés.

¿Se garantiza su derecho a contar con la presencia de un abogado?

En un primer momento no, ese 25 de agosto me dejan en dependencias judiciales y sin poder llamar a nadie, sólo pude dar un teléfono de una compañera para que llamaran por mí. Intentan imponerme el abogado de oficio y me niego hasta que por fin un abogado de confianza llega entrada la madrugada –entre las 12:00 y 1:00 aproximadamente-. Al día siguiente me comunican por la mañana que mi abogado no va a venir, que se ha olvidado de mí para más tarde decirme que no ha llamado y que no saben nada de él. Malpensé bastante porque yo creía que la policía debía llamar y no al contrario, luego de un rato angustioso diciéndome varias excusas terminan todo con un “problema de homologación” y que no puede venir, finalmente se me asigna una abogada de oficio. Unos días más tarde, en las compañeras me confirman que no llamaron a mi abogado, error de la policía que no se tuvo en cuenta posteriormente en el juicio.

Según ha asegurado, durante su detención, uno de los agentes lleva tatuado en el brazo el símbolo del Front National.

En un primer momento una de las personas que me detiene me causo una impresión extraña a la hora de observar mis tatuajes, vestido de paisano y con pintas de motero, le pude ver algunos de sus tatuajes, pero sin más. Al encontrarme días más tarde con compañeras me informan sobre ese detalle.

En el sector más combativo del movimiento si puede verse una unidad clara, pero de forma visible existe un conflicto en la izquierda a lo largo de todos los pueblos del estado español

¿Vio o sufrió algún tipo de maltrato durante su detención?

El compa de EH vio a un chico francés a ostia limpia y bastante magullado que sacaban del calabozo justo delante de mi celda, anteriormente vi cómo le propinaban puñetazos mientras lo sujetaban por el cuello.

¿Qué ambiente se respiraba en Bayona?

Un ambiente bastante calmado, hacía las 17:00, hora de la concentración por la libertad de los detenidos todo empezó a tensarse. Cortaron todos los puentes con barreras y había más policía que manifestantes, fuimos a uno de los pocos bares abiertos y con ambiente, se veía a los gendarmes correr sin control y persiguiendo a la nada, no pasaba absolutamente nada ese día en Bayona.

¿Cómo definiría el despliegue policial?

Desmedido e intencional. Había helicópteros y medios móviles por todos lados, las calles estaban llenas de policía armada hasta los dientes donde antes no había nada. Se creó un ambiente muy tenso sobre todo al empezar a identificar y distinguir infiltrados en grupos por cualquier esquina, estos te grababan sin ningún descaro alguno.

¿Podemos hablar de un estado policial para proteger a los «líderes del mundo occidental»?

Un estado policial y casi militarizado, Biarritz por ejemplo no era tan hermética como se pensaba. Fuimos de Castellón a Biarritz sin ningún problema, pero eso no quita que la persecución ya venía de antemano. Había listas negras preparadas, Vicenzo fue detenido 18 años después de la cumbre de Génova junto con más gente critica al sistema o que ha enfrentado a las fuerzas de represión del capital.

Los barracones instalados en el aparcamiento del palacio de Justicia de Baiona parecen indicar que el estado francés estaba preparado para la represión. Según su experiencia, ¿considera que en el estado francés se garantiza el derecho a manifestación?

Lo que está claro es que existe con condiciones, intentamos acudir de forma libre a una concentración en la Plaza del amor convocada por la llamada contracumbre y nos encontramos con un escenario enorme, no había absolutamente nadie. Unos segundos después un coche con policías de paisano bajaron para identificarnos y registrarnos de arriba abajo además de sacarnos fotos, estaban en el parking de enfrente de la plaza.

¿Cómo definiría las estancias en las que fue retenido?

El centro para detención de inmigrantes en Hendaya donde me destinan no era muy grande, o al menos esa fue mi impresión al ver a tanta policía junta en un mismo lugar. Era un trasiego de gente y en los calabozos había bastante ruido, los presos no dejaban de molestar a los gerdarmes, con razón, el chico de al lado de mi celda –la número 7-, llevaba tres días totalmente incomunicado sin saber nada de abogados ni de su familia, me dijo que era de Irún.

El entrar descalzo, la oscuridad todo el tiempo excepto cuando durmiendo la encendían para joderte y la comida por llamarlo de alguna forma, fueron detalles que me enfurecían cada rato que pasaba, la impotencia que se siente es enorme.

¿Cuál fue la cobertura mediática de las detenciones de jóvenes del estado español en las protestas?

Como siempre, no se habla mucho y si se habla es de pasada.

¿Cómo valorarías la reacción popular contra la cumbre del G7?

El movimiento autogestionado de base respondió en cierta medida, pero en contrapartida la organización de la contracumbre tuvo un protagonismo bastante peculiar. Cualquiera que haya visto las imágenes de algunos manifestantes protegiendo con sus cuerpos a las fuerzas de represión francesas y la propiedad privada para “garantizar la seguridad” sabe a lo que me refiero.

Conocimos días más tarde por medio del diario Canard Enchaîné que los organizadores de la contracumbre estuvieron negociando de forma directa con el Ministerio del Interior francés para dejar de lado los bloqueos para el domingo en pos de que el aparato represor de las fuerzas de seguridad del estado no atacase las protestas.

¿Considera que existió unidad?

En el sector más combativo del movimiento si puede verse una unidad clara, pero de forma visible existe un conflicto en la izquierda a lo largo de todos los pueblos del estado español basada en una inoperancia que criminaliza a una parte que se ha cansado de esperar una reacción desde las instituciones. Quienes no siguen las reglas del juego son condenados y apartados por los mismos que dicen luchar por la libertad.

Algo muy gráfico y que me abrió aún más los ojos fue el momento de achacar con un tweet que la izquierda abertzale nos dejó con el culo al aire a muchas personas en este g7 en Biarritz y la llamé “putrefacta”. Mi reacción vino a raíz del colaboracionismo de un sector y de artículos en Naiz tachando a las represaliadas de superrevolucionarios y de infiltrados, me desquició bastante. Hace unos años la IA tenía como aliado natural en Catalunya a la CUP, hoy en día es más próximo al partido socialdemócrata ERC, y así todo. Recibí algunas voces por hablar del conflicto que existe en Euskalherria y hablé de la izquierda abertzale como podía haber hablado de cualquier otro sector putrefacto de la izquierda más institucionalizada, no pienso que haya que ser vasco para hablar de este conflicto ni tampoco haber estado en la selva colombiana para opinar de la vuelta a la lucha armada de las FARC, hablé de ello por haber vivido algo que me toco y es el sentir de buena parte de las personas con quien pude charlar aquellos días.

El trato es vejatorio y en el furgón nos ahogaron con la calefacción durante 1 hora de trayecto respirando por agujeros que apenas había aire

¿Existe un verdadero sentimiento capitalista en la sociedad?

Yo pienso que hay ciertas conductas que si tienen que ver con este verdadero sentimiento capitalista como es la sacralización de la propiedad privada por parte del estado y eso de alguna manera ha calado en el carácter del individuo y de la sociedad, el sistema ha creado un contrato social basado en el sistema de dominación, aunque el éxito del capitalismo es el poder autoritario difuminado entre miembros de la sociedad en general. Despersonalizando de caras visibles al poder y tejiendo una red donde el último eslabón, los perjudicados son los obreros de base.

¿Considera que la sociedad es consciente de la necesidad de mostrar su desacuerdo con las medidas salidas de reuniones como las de Biarritz?

La sociedad en buena parte está muy en desacuerdo con las decisiones de la clase política, banqueros, empresarios y altos directivos capitalistas. Diría que para la mayoría piensan que es un problema, sobretodo es visible el desacuerdo con la clase política.

«Milita» usted en el centro social La Cosa Nostra de Castelló, ¿cómo definiría este espacio?

Un espacio infravalorado por las instituciones y muy valorado por buena parte de la ciudad de Castellón aun siendo atacados continuamente por las primeras. La Cosa Nostra es el centro social autogestionado junto a La Centraleta, Casal Popular de Borriana, los espacios donde me continúo formando gracias a personas que se han convertido en parte de mi vida y donde tratamos de mejorar nuestros barrios día a día.

¿Cómo encara su futuro tras lo sucedido en Bayona? 

Voy a seguir trabajando por un futuro con más justicia social, empatía y soporte mutuo entre todas, porque no podemos hablar de democracia actualmente i com va dir Ovidi,

Parlar de democràcia i al mateix temps fer callar el poble és una farsa.

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