Por Daniel Seijo
En Nueva Revolución charlamos con Mauricio García Pereira, autor de «Maltrato animal, sufrimiento humano», para lograr acercarnos a la realidad oculta de los mataderos del país vecino y en buena medida, a la de nuestros propios mataderos y la carne que día a día termina en nuestros platos. Si es usted de estómago sensible, le recomendamos seguir adelante únicamente si también es de los que prefiere conocer la verdad y no permanecer con los ojos cerrados ante un sistema en demasiadas ocasiones demencial.
Yo empecé a trabajar en el matadero «publico» más grande de Francia, que está en Limoges, región conocida por la famosa raza limusina, en 2010. Acepté ese puesto porque llevaba más de 3 años sin trabajo fijo desde que me separé de la madre de mis hijos en 2007, haciendo «misiones» más o menos largas para una agencia de trabajo temporal y hubo meses que no podía darle a Sophie, la madre de Quentin y Gregory, la pensión alimenticia. Me veía obligado a pedirle a mi madre, que vive en Galicia, que me prestase ese dinero para que yo pudiera ver a los niños. Entonces cuando la misma empresa de trabajo temporal me propuso un puesto en la cadena del matadero y la posibilidad de un contrato «fijo e indefinido» -de por vida- acepté sin pestañear. Y fue así como empecé.
¿Cómo era un día normal en el matadero?
Un día normal en el matadero… Te levantas a las 5 de la madrugada, en esa época yo vivía cerca, llegaba a eso de las 5 y 20, café en la máquina, te cambias para estar listo a las 5 y media, eso dependía del puesto que te daban en la cadena, no todos los obreros llegábamos al mismo tiempo, entre el primero y el ultimo puede haber una hora de diferencia, todo depende de tu puesto. Dependiendo del día de la semana terminábamos a horas diferentes. El lunes trabajábamos diez u once horas seguidas, con descansos de treinta minutos para desayunar y una hora para comer, nos relegábamos para que la cadena no parase. El viernes terminábamos antes de las 13 horas para poder irnos de fin de semana más pronto. Quiero especificar que en el matadero hay 3 cadenas diferentes: bovino, porcino y ovino y dos equipos de obreros. La cadena de bovinos funciona todos los días de lunes a viernes y la de porcinos y ovinos depende del día de la semana. Hay días que funcionan las tres, pero nunca las tres al mismo tiempo. Todo esta «bien» organizado y rodado.
¿Hubiese aceptado ese trabajo de saber lo que se encontraría en el mismo?
Por supuesto que no. Yo tenía ya una idea de que el trabajo era muy duro. Crecí en la granja de ganado más grande de Galicia, 400 hectáreas de praderas verdes en el corazón de la provincia de A Coruña y una de las más grandes de España entre las décadas de los 70, 80 y hasta mediados de Los 90. Todos los días salían varios camiones cargados de vacas, terneros y cerdos al matadero de Mafriesa situado en las afueras de la ciudad de A Coruña. Mi padre y mi madre trabajaban y vivíamos en la finca. Todos los años hacíamos la «matanza del cerdo», desde muy pequeño me habían enseñado lo que es «cuidar» «querer» y «engordar» a un animal para después matarlo y poder «comer bien». Aun así, nunca había metido los pies en el «interior» de un matadero antes de llegar a Limoges.
Todo lo que suponga explotación animal, debe ser erradicado
Físicamente soy de complexión delgada, muy delgada, por contra soy todo nervio y con «mucho caracter», por eso los primeros meses empecé en los puestos «más fáciles». Cuando empezábamos con los terneros, me enviaban a la casquería, la sala paralela a la cadena donde llegaban las cabezas y pies de ternera que teníamos que limpiar con la ayuda de una «bañera gigante» de agua en ebullición a 80°C y quitar toda la sangre, mierda y sobre todo los Pelos y las «uñas». Cuando terminábamos, las terneras/os y empezábamos los bueyes, vacas jóvenes, vacas (boeufs, génisses, vaches et quelque taureau) yo iba al puesto para aspirar la medula espinal por precaución sanitaria. A medida que pasan los meses te van enseñando todos los diferentes puestos. Desde el primero hasta el ultimo. Yo estaba casi siempre en los últimos puestos. Nunca me gusto ni matar, ni ver morir a un «animal», pocas veces fui a cazar o pescar con mi padre. Por eso yo estaba casi siempre al final de la cadena.
¿Considera que los empleados de ese matadero recibían la formación suficiente para trabajar en el mismo?
Las formaciones son buenas y los últimos años se han mejorado a causa de la CEE. El problema no es ese. Hasta los mejores «profesionales», incluidos los del Servicio Veterinario, muchas veces cometen errores y muy Gordos a causa de la cadencia de la cadena. Vamos tan rápido y son tantas horas seguidas que tarde o temprano la cagas y encima te llevas la bronca del jefecito de turno. El ganado bovino son entre 35 y 40 piezas por hora, hay días que matamos entre 400 y 500 animales en 8 y 10 horas. Los ovinos son entre 120 y 150 por hora (3 ô 4 en un minuto), y los cerdos entre 80 y 100 por hora. Depende del día de la semana y el número de animales que hay previstos. Por eso todos los días hay accidentes o maquinas que se estropean y hay que reparar, por eso hay un equipo de mecánicos todo el tiempo de arriba para abajo.
¿En qué momento dijo basta?
No fue un día en concreto que dije «basta», fue la acumulación de días, semanas, años. Tardé más de 3 años saber y conocer de la A a la Z todo el mundillo de la agroalimentaria y fue en ese periodo que descubrí «por que» entre los cientos de animales que se matan todos los días, también tienen que matar de manera calculada, precisa y a propósito entre 20 y 30 vacas preñadas cada día y la mayoría con el ternero a punto de nacer. Y… De la raza «Limusina», una de las más prestigiosas de Francia.
Hacen concursos de ganado en todo el Mundo, es una de las filiales agroalimentaria más importantes de toda Francia, por no decir el mas importante. Después de un año preguntando e investigando, tuve toda la información y la oportunidad, lo «destapé todo».
En mi vida volveré a comprar, ni para mí, ni para mis hijos, ningún tipo de embutido, jamón York, chorizo, salchichón…
¿Qué por que decidí denunciar? Por todo, el sistema implantado desde hace años, décadas. Los primeros responsables de todo son los grandes empresarios y los dirigentes de las grandes empresas de la alimentación que buscan el monopolio del mercado. En este «Mundo mercantil» ya no hay sitio para los pequeños agricultores, ganaderos, ni para los pequeños carniceros de barrio o de los pueblos. Estos no pueden competir con los precios de las grandes empresas «privadas». Por ejemplo, ¿crees que un ganadero que tiene 40 o 50 vacas va a enviar de «buena gana» 5 de sus vacas preñadas al matadero? Perdona la expresión, pero «una mierda». El empresario le obliga hacerlo para poder controlar el número de nacimientos y poder controlar el precio del kilo de carne de ternera. Es la ley de la oferta y la demanda. Si hay más ternera de la prevista, el ganadero tiene más trabajo.
No es lo mismo criar 20 terneros que 30. Tiene que vender cada ternero más barato y el empresario igual ô peor si tiene que pagar al matadero más animales de los previstos. Para poder venderlo todo tendría que bajar los precios enormemente, mucho más trabajo para ganar menos. Esta gentuza tonta no es y todo esto con la complicidad del alcalde y elegidos del ayuntamiento de Limoges, los Servicios Veterinarios, que aun siendo independientes, son pagados con el dinero de los empresarios y clientes del matadero a través del estado.
Esto es una «Mafia legal» donde todo Dios es culpable, me explico: Primero son los empresarios y grandes cadenas de alimentación, Carrefour, Intermarche, Alcampo, Leclerc… Que compran los animales vivos, pagan al matadero por hacer el trabajo «sucio» y luego venden los canales de los animales en toda Francia y Europa. Segundo, los políticos y dirección del matadero que sostienen el sistema, tercero los Servicios veterinarios que son los únicos que podrían regular esto pero como no hay ninguna ley que lo impida, solo hay un reglamento que se lo saltan cada vez que les interesa. Cuarto, los jefecitos y obreros de las cadenas de matanza, pero bueno ellos en menor medida por que si protestas o denuncias ya ves lo que me paso. Y quinto y ultimo… La sociedad y el consumidor que van a comprar la carne donde esté más barata sin mirar ni la calidad, ni de donde proviene y ni mucho menos si el «animal» sufrió o no sufrió, como fue elevado, si viene de América o Asia o de donde sea, si estuvo tratado con antibióticos.
Sinceramente, más del 90% de la sociedad no tiene ni puta idea de lo que come. Y luego lo único que ves son programas de cocina con cocineros con estrellas y tenedores, que si la guía Michelin y todo eso que son mentiras y falsa publicidad pagada por los «lobbies» de mierda. Y pido perdón por mi vocabulario pero la verdad duele.
¿Se cumplían las normas de calidad y sanitarias en Limoges?
Es imposible respectar las normas de seguridad y de higiene, por lo que he descubierto, eso es así en Limoges y en cualquier otro matadero. Las normas de seguridad no se cumplen debido a los ritmos de trabajo impuestos, si bajasen las cadencias habría muchísimos menos accidentes y/ o muchísima menos gente de baja por enfermedad o traumas esqueléticos, nerviosos o musculares. Trabajamos como robots o autómatas, llega un momento que podrías hacer los movimientos con los ojos cerrados. Y a nivel sanitario las «reglas» europeas no solo no son suficientes, sino que las pocas que hay tampoco se respectan. Por ejemplo, ver animales colgados y desangrados aun conscientes, mal aturdidos, es el pan de cada día. Por supuesto, el Servicio Veterinario «nunca está presente» al principio de la cadena, justo donde se aturden los animales. Podría dar ejemplos para escribir un segundo libro.
¿Resultaba habitual sacrificar vacas gestantes?
Las vacas preñadas se sacrifican «todos los días» de lunes a viernes y en «todos» los mataderos de Francia, no solo en Limoges.
¿Y enfermas?
También, los bovinos enfermos pasan por la cadena «todos» los días. Eso se podría evitar si antes de cargar los camiones con animales vivos, existiese un control Veterinario. Ciertos animales se ve que están enfermos antes de subir al camión y no hace falta ser veterinario para darse cuenta de que el animal no está sano. También podría evitarse si hubiese un veterinario al descargar el camión en el matadero y de eso modo dejar los animales enfermos de lado y matarlos en una sala especial. Muchas veces también nos envían camiones enteros con animales con tuberculosis, pero una vez muertos, al parecer el ser humano no corre «ningún riesgo» y los canales son «aptos para el consumo humano.
Que yo sepa no mucho, si han existido algunos cambios en Limoges en sus infraestructuras, sobre todo lo que es la zona en la que matan a los bovinos, pero sobre todo para poder seguir con las cadencias pero sin tener en cuenta para nada el maltrato animal. Yo lo digo desde hace años, el matadero de Limoges está tan anticuado que todo lo que hagan no es suficiente, solo sirve para engañar al consumidor. Ese matadero habría que cerrarlo y hacer uno nuevo con instalaciones adecuadas a la normativa europea, pero eso serian muchísimos millones de euros, mientras el viejo matadero «cumpla» las normas haciendo trabajitos y chapuzas de reformas, absolutamente NADIE se va a atrever a cerrar el matadero, ni las autoridades sanitarias y mucho menos las políticas.
Yo he hecho conferencias en el Senado de Paris, en el Parlamento Europeo de Estrasburgo, he pasado por varios programas de televisión, radio, prensa escrita, no solo francesa sino de medio mundo, el problema es que para la sociedad mundial «hay problemas mucho más importantes» que la suerte de vacas que van a terminar en los mejores restaurantes y carnicerías del país. No sé cómo explicarlo sin eternizarme y sin querer insultar a nadie en particular, me repito otra vez, «Todos somos culpables», La sociedad actual vive en la ignorancia y lo peor de todo es que en ciertos casos quiere seguir viviendo así. Hasta el día que «todo reviente delante de nuestras narices» y el problema que vivimos hoy con el coronavirus «Covid-19» es la prueba de esto que digo.
¿Cómo era el trato de sus superiores?
El trato con mis superiores, con la gran mayoría, siempre ha sido bastante delicado. El primer año cierras la boca, hasta que firmas el «contrato de tiempo indefinido» (CDI), el contrato de por vida vaya, aun así yo ya di síntomas de mi caracter español y de que no me «dejaba hacer» fácilmente. Te puedo decir que en seis años, sobre todo los tres últimos, fui convocado al despacho del director por lo menos cinco o seis veces, la última vez fue tres meses antes de que saltase el escándalo donde el director me amenazó delante de sus dos «jefes responsables» y al final terminé yo amenazando a los tres y sobre todo al director. Yo ya sabia la que se les venia encima y no me arrugué, todo lo contrario.
¿Y con sus compañeros?
Con los compañeros era diferente, somos tantos, 86 obreros, sin contar los de servicios veterinarios y todos los que van y vienen todo el día de las empresas privadas que trabajan alrededor o después de las cadenas de transformación. Yo como «extranjero» pues me llevaba mejor con los extranjeros en general, con la gente que no pasaba bien «la corriente» pues ni les hablas, tu haces tu trabajo en tu puesto y punto.
¿Habló en algún momento con ellos acerca de las prácticas que denuncia en su libro?
Por supuesto, pero para los «ancianos» ya es tan banal y ordinario tirar los fetos de terneros que pasas por un «marica» si protestas o terminar llorando si un día estás reventado de cansancio o de sufrir injusticias. O eres un hombre o no hay sitio para ti en este «Mundo de Machos».
Al final me lo guardé todo, poco antes de saltar el escándalo, cuando supe la fecha, avisé a algunos de que algo gordo iba a pasar sin dar detalles, nadie me creyó.
Las normas de seguridad no se cumplen debido a los ritmos de trabajo impuestos
Mis padres emigraron muy jóvenes a Dusseldorf, Alemania, ciudad donde nací en abril de 1969. El verano de ese mismo año, yo tenía 3 meses, mis padres atravesaron en tren media Europa para volver a su «Terra Galega», nuestra tierra. Mi padre encontró un «viejo amigo» de la familia que había hecho fortuna en Estados Unidos y que estaba construyendo una granja en forma de «rancho a la americana» de 400 hectáreas en el corazón de la provincia de A Coruña, en el ayuntamiento de Abegondo, pero que co-lindaba con 3 ayuntamientos más: Carral, Ordenes y Mesía. La granja más grande y moderna de Galicia y una de los más grandes de España. Este amigo, que no diré su nombre, ofreció trabajo a mi padre como uno de los Administradores, en las oficinas, y a mi madre como responsable de la cocina y limpieza. Mi padre sin dudarlo un segundo aceptó el puesto. Viviríamos en una de las Viviendas, 12 en total, una con piscina. pre-fabricadas con coche oficial de la empresa. Yo me quede con los abuelos durante el tiempo que mis padres hacían ida y vuelta en Alemania, para preparar todos los papeles de cara a poder volver «en regla». Aún era la época franquista, no voy a explicar aquí y ahora la miseria que había en España y sobre todo en Galicia en aquella época, pero o eras franquista o tenías interés a tener la boca cerrada, por si acaso.
Mi infancia, y hoy puedo Afirmarlo, fue la mejor época de mi vida. Mis padres no eran ricos o millonarios como ciertos niños creían en el colegio publico de Abegondo. Cierto que nunca nos falto de nada ni a mí ni a mi hermana Sandra (biquiños), teníamos «un coche», yo siempre iba vestido con ropa limpia y bonita, mi madre era no solo una buena cocinera sino una costurera de «mucho gusto», su hermana mayor, mi tía y madrina Manola (si me permites quisiera aquí rendirle homenaje, se nos fue en 2019 después de una larga enfermedad) fue la que le enseño casi todo en Alemania. Mi padre se «codeaba» con grandes personalidades de A Coruña y pocos años despues de Madrid tambien, cuando la granja entera fue comprada por el mismísimo José María Ruiz Mateos y la Finca del Abelar, PROPECSA (Promociones Pecuarias S.A.) entro por la «puerta grande» del holding RUMASA.
El paso a la democracia, La Transición, entrar en holding más poderoso de toda España, los últimos años de los setenta y principios dela década de los 80, no tengo palabras para describirlo, yo adolescente ya creí que mi vida estaba «trazada», hasta que paso lo que todo el Mundo sabe, a mediados de los 80 la expropiación del holding de la «Abeja», hizo que toda nuestra vida diera un giro de 180°. Del día a la noche nos quedamos sin «Jefe». Yo apoyando a mis padres y los obreros, siendo aun adolescente participé en mis primeras manifestaciones en A Coruña, bajaban decenas de tractores y miles de personas para colapsar toda A Coruña.
Después de la expropiación, la finca aguantó algo más de un año sin Jefe o propietario y el «viejo» amigo de mi padre, el que había fundado «el rancho» con la ayuda de una gestoría madrileña (GESTIVER) y el apoyo del gobierno socialista de Felipe «Gonflabez» González se hizo de nuevo con la administración de la finca y el matadero de Mafriesa en A Coruña. Con 18 años yo estaba perdido, mal estudiante, imposible concentrarme en clase, dejo los estudios sin terminar el bachiller, con 19 firmo como voluntario en ejército español por 3 años, con la idea de hacer carrera militar, con 21 años regreso de permiso por Navidades, las últimas en la finca, nada más llegar mi madre me lleva a la habitación de mis padres, me pide que me siente y llorando, destrozada como nunca la había visto en mi vida, me dice que después de unos análisis debido a un dolor en el pecho, mi padre tenía Cáncer de esófago. Los resultados habían llegado esa misma mañana (24/12/1991) y mi padre aún no lo sabía.
Fue operado en urgencia el 31 de diciembre, salio del bloque operatorio a las cuatro de la madrugada del 1 enero del 92. La doctora nos dijo que lo sentía muchísimo pero era «demasiado tarde», el cáncer estaba tan avanzado que era imposible hacer nada. Mi madre cayo desplomada, mi hermana y yo la cogimos en los brazos pero los tres terminamos en el suelo. Toda mi vida se vino abajo, aún me quedaba un año en el ejército, que ya no soportaba, pedí que me licenciaran para poder estar con mi padre sus últimos meses de vida, pero me lo denegaron, por segunda vez en mi vida no soportaba ni el gobierno, ni el ejercito, ni las leyes de este país. Fue en esta época que empezó a tener problemas de alcohol y mis primeros «pasos» con las drogas. A mi padre le habían dado entre 2 y 3 meses de vida, aguantó 6, se fue la madrugada del 26 de junio de 1992 y yo mismo le cerré los ojos después de dar su ultimo suspiro.
Pocos meses después mi madre fue despedida como todos los obreros de la finca. La gestoría madrileña, a la americana, había divido y vendido todo lo que se podía vender, las parcelas por un lado, los tractores por otro, los camiones, la maquinaria y todo así. Tardé muchos años en volver a la finca, estaba todo abandonado. Mi madre tardo muchos años en «volver a la vida» normal.
Yo crecí en el amor y respeto de la vida y de los animales, entre comillas, cuando eres pequeño no te das cuenta que lo que estamos haciendo es explotarlos como si fueran una «naranja». En aquella época el animal que no se come se utiliza para cazar, o trabajar la tierra o llevar cargas pesadas. En 50 años los «tiempos» han cambiado y los seres humanos deberíamos cambiar la manera de ver y tratar los animales, tanto domésticos, tanto o más aun los animales salvajes. El hombre se cree dueño y Señor de todo, «estamos en lo alto de la cadena alimentaria» y al parecer esa es la «excusa» perfecta para hacer lo que estamos haciendo. Lo siento mucho pero el Covid 19 es como «un castigo» que merecemos por nuestros «egos» sobre-dimensionados
Esperemos que esta lección nos enseñe a ser más humildes, darle el valor y el respecto a la vida y a los «verdaderos valores humanos». En la vida no sirve de nada tener el mejor coche, la mejor casa, un avión privado… Nada vale si no tienes el amor y el respeto de tus semejantes.
Los recuerdos de lo que hoy llamamos maltrato animal, en aquella época era el pan nuestro de cada día y no se veía como maltrato, era la «rutina diaria», las cerdas encerradas inseminadas artificialmente, los lechones recién nacidos a los que se castraba, les cortaban la cola y se les arrancaban los dientes… La primera vez que vi eso yo era muy pequeño, entre el olor y los chillidos de los cerdos nunca más metí los pies en el interior de las naves. Cuando eres niño ver eso te puede traumatizar para toda la vida, mi padre se dio cuenta rápidamente de que yo era sensible al sufrimiento ajeno, por eso nunca me llevaba a cazar ni a pescar.
Contó con el apoyo del grupo animalista L214 para denunciar las prácticas en Limoges, ¿cómo definiría su trabajo?
Para poder hablar del «trabajo» de la asociación por la protección animal L214 Ética y Animales, primero tenemos que hablar del matrimonio que la fundó, Sebastián Arsac y Brigitte Gotiere. Esta pareja se conocieron siendo estudiantes universitarios y desde adolescentes ya participaban y organizaban manifestaciones por toda Francia para Greenpece y otras asociaciones. En 2008 decidieron fundar su propia asociación, naturalmente se «convirtieron» en vegetarianos y poco más tarde Veganos. Para entender el trabajo de L214 hay que saber lo que es el veganismo. El veganismo es una filosofía de vida, es una «manera de vivir», con sus «ideales», sus códigos, sus «leyes» por decirlo de alguna forma. Para mí, por «desgracia», el trabajo que hacen no solo es necesario sino fundamental, la sociedad actual cierra los ojos ante todos los escándalos sanitarios o de maltrato animal, no solo en los mataderos sino en el 80% de las granjas de todo tipo (gallinas, cerdos, conejos, patos, terneros…), en donde se ven cientos de miles de animales en jaulas, o establos minúsculos…
Todos los años hay un escándalo sanitario o alimentario por la industrialización intensiva y para aumentar el rendimiento al mínimo coste. Yo no soy filósofo o economista para poder explicar con los términos apropiados todo lo que he visto y lo que L214 me ha enseñado. En los mataderos franceses, hay 256 entre privados y públicos, se matan 3 millones de animales cada día. Todos los días 3 millones de animales, que se dice «muy rápido», pero hay que hacerlo, y sin contar la pesca de pescados y mariscos. Estamos matando más de lo que podemos consumir, ¡es que no sé cómo decirlo más claro! Que mientras aquí tiramos la comida o la desaprovechamos, vendemos armas a medio mundo para que se maten y se mueran de hambre en casi toda África, Asia y hasta América latina. La sociedad es cómplice y los gobiernos culpables de la política y economía capitalista que generan las guerras y el hambre en el Mundo. Ya me lo decía mi padre cuando yo era niño: para que un hombre sea rico, tiene que haber mil pobres.
También, los bovinos enfermos pasan por la cadena «todos» los días.
El alcohol y las drogas es un tema muy delicado, me atrevo a decir hasta «Tabú». Muy pocos alcohólicos van a reconocer que lo son, para los drogoadictos es igual o peor, Yo hoy tengo vergüenza al reconocerlo, pero si quiero volver a tener una «vida normal» a ser Amado y respetado por mi familia (mis hijos, mi madre, mi hermana, tíos/as, primos/as. ..y los «verdaderos amigos») no me queda otro remedio que hacerlo, es la partida más importante del proceso. Yo soy alcohólico y drogadicto. Cada día es un combate, una lucha constante, desde la mañana hasta la noche y a veces hasta en mis sueños, mejor dicho pesadillas, aún me veo medio borracho fumando un «péta» o trazando unas «lineas». A lo largo de mi vida he visto y he perdido, ocasiones únicas, podría escribir otro libro de «anécdotas». Al hablar del uso de drogas y alcohol en los mataderos, no se puede generalizar, «no todos» son alcohólicos y drogadictos, lo que si puedo afirmar es que «la media» es muy alta. Yo que he trabajado como camarero en todo tipo de restaurantes, nunca había visto tantos «buenos vividores» como en el matadero.
Y si, la mayoría, sobre todo desde hace 20 años, los que trabajan en los mataderos es por necesidad, la mayoría de los que empiezan, yo mismo, son extranjeros, muy pocos franceses de «pura cepa» trabajan o empiezan a trabajar en un matadero. Esos son los que tienen más de 20 años de experiencia, con buenos sueldos y empezaron a trabajar con 17 o 18 años porque eran malos estudiantes. No verás a ningún obrero de un matadero con «estudios», si hay alguna rarísima excepción, yo personalmente no la conozco y por supuesto es por que no le queda otro remedio. Para resumir, el obrero medio de los mataderos, son jóvenes, entre 20 y 35 años, sin estudios, extranjeros o franceses de origen extranjero y porque no han encontrado trabajo en otro sitio donde se tenga un sueldo igual o mejor. Sin excepción, incluso a los «ancianos», tú les ofreces otro trabajo, donde sea, con las mismas ventajas que el matadero y el 99% se va el mismo día.
¿Arrastra secuelas psicológicas de su tiempo en Limoges?
¿Cómo no voy «arrastrar» secuelas? Lo que he visto, lo que he vivido durante casi 7 años en el matadero «es imposible de olvidar!» Eso fue lo que me dijo la psicóloga que consulté después de que saltara el «escándalo».
En menos de 24 horas pasé de ser un hombre anónimo, un simple padre de familia que lleva años luchando en Francia para que a sus 2 hijos no les faltase de nada, callándose la boca cuando te tratan de «emigrado de mierda que viene a robar el sueldo de los franceses», «cállate la boca o vuelve a tu país», a pasar a estar en todos los medios de comunicación franceses, ser contactado por «personalidades políticas» francesas, ser tratado como un «Héroe» de la lucha contra el maltrato animal. Pase a recibir miles, hasta millones de mensajes de toda Europa y el mundo entero. De ser tratado como una mierda a ser tratado como un «Príncipe». Después de ese momento esporádico de gloria, el descenso a la realidad. De «¡yo soy la Ostia!» a «¿Pero quién coño soy?. Gracias a mis 2 hijos y sobre todo mi madre, intento mantener los pies en el suelo.
Hoy no soy ni la sombra de lo que fui. Ese chaval extrovertido, que se intenta «llevarse bien» con todo el mundo. Cuando tenía 20 años, en el ejército, un «buen colega», Javi, de León, me describió en una frase: «Mauricio, tú eres único, nunca he conocido alguien como tu, «tú eres el colega de todos, amigo de ninguno!» En ese momento no le di importancia a lo que Javi quiso decirme, pocos años después «entendí» aquellas palabras. No puedo dar marcha atrás y corregir todos los errores que he tenido. Pero mis experiencias me guían a intentar volver a los valores simples del ser humano, esos valores simples que mi padre intento inculcarme cuando yo era niño y que no entendía, los mismos valores que mi madre intenta inculcarme desde que era niño y a los que hasta hace muy poco tiempo yo hice oídos sordos.
No sabemos el verdadero valor de las «cosas simples» hasta que las perdemos. Hoy nos preocupamos más por el arañazo que le di mi coche ultimo modelo, por «adquirir» al precio que sea él ultimo modelo de gafas de sol, tener dinero y ser el primero en gastarlo lo más rápido posible. La moda ahora es estar en las redes sociales y tener millones de «likes«, cueste lo que cueste, caiga quien caiga.
Si, psicológicamente es muy duro y más ahora, estando encerrado solo, en un estudio de 18m2 «sin haber cometido ningún crimen» a causa de un «virus» que no conoces y que no has llamado, él se ha invitado solo. Estar tan cerca y al mismo tiempo tan lejos. Otra batalla que no esperaba, otra batalla que espero ganar.
¿Considera que consumimos demasiada carne?
No es que lo crea, lo sé. No solo consumimos mucha carne, sino que la mayoría es de muy mala calidad, atomizada de antibióticos y productos cancerígenos. Científicamente está demostrado que la alimentación más sana es la vegetariana, puedes estar seguro de que los que comen carne de «alta calidad» o «calidad suprema», hoy en día son muy pocos y no obligatoriamente, la gente millonaria o los situados en lo más alto de la sociedad. Lo mismo puedo decir del marisco y el pescado, crecí en Galicia, no es la misma calidad el pescado y marisco de alta mar, que el procedente de viveros o piscifactorías.
¿Considera que los consumidores son realmente conscientes de la realidad que se vive en los mataderos?
Incluso la gente que trabaja en los mataderos no es conscientes de «todo lo que pasa. Cada obrero/a, agente… Todos hacen su trabajo sin hacer preguntas, y puedes preguntádselo a ellos mismos, hay muchísimos «productos» en el mercado que no van a comprar para su propio consumo y ni mucho menos para sus hijos. Sin ir más lejos, yo mismo nunca en mi vida volveré a comprar ni para mí, ni para mis hijos, ningún tipo de embutido, jamón York, chorizo, salchichón… O carne en lata en salsas, canelones, lasañas… También puedo decir lo mismo de ciertas frutas y legumbres, ¿Todos ellos son tratados con productos químicos? Tenga cuidado. Lo ideal realmente sería que todo fuera natural y «Bio».
¿Ha sufrido algún tipo de represión por su denuncia?
¿Las represalias? Directamente nadie me ha amenazado, si he recibido mensajes de insultos y algunos diciendo que todo es mentira, que lo de matar vacas preñadas se hace en España y en otros países, pero que en Francia eso es «imposible». La realidad, la verdad, es increíble la poca gente que es capaz de admitirla. Los dirigentes y políticos, alcalde de Limoges y adjuntos, director del matadero, anunciaron en la televisión publica France3, el mismo día que salto el «escándalo», que iba a existir una denuncia y un consejo disciplinario para mí. Hoy día aún estoy esperando esa denuncia y ese «consejo disciplinario». La verdad sea dicha, «Una vez que la tormenta pasó», cada uno jugó sus cartas, la noticia, «mi noticia», hizo mucho ruido a todos los niveles, nadie se esperaba que yo denunciara «tal cosa» a «cara descubierta». Incluso la asociación L214, sus abogados con todas sus antiguas experiencias, «queremos protegerte Mauricio, no enseñes tu cara, lo haremos «anónimamente», para que no te reconozcan», medio riendo, medio cabreado le dije directamente a Sebastián Arsac, «el patrón», yo quiero que sepan que soy yo, Sebastián. O lo hago a cara descubierta o no hago nada, no cuentes conmigo si quieres que yo me esconda, yo asumo pase lo que pase. Sebastián no se lo creía.
En ese mismo momento se dieron cuenta de que era la persona que estaban buscando desde hace años, después de todas las denuncias que el había hecho de otros mataderos, con otros obreros. Esos obreros tenían tanto miedo que no querían mostrarse públicamente, como bien dices, tenían miedo de las «represalias». Y la verdad que no me extraña, cuando ves la gentuza que dirige toda este monopolio, se creen «los intocables» » los todopoderosos». Lo que ellos no sabían es que yo, de niño, ya había visto caer «los todopoderosos» por una banda de campesinos revueltos que no tenían nada que perder. Esta guerra aún no la he ganado, pero tampoco la he perdido, yo sigo mi combate, el día que anuncien que nunca más una «vaca preñada» será sacrificada en ningún matadero de Francia y en el mundo entero, yo habré ganado «mi guerra». Después el combate seguirá, habrá otras batallas.
El consumo de animales salvajes, los safaris, los circos con animales salvajes, las corridas de toros … Todo lo que sea la explotación animal debe ser erradicado. Yo soy consciente de que no se puede hacer todo de la noche a la mañana, hay que hacerlo paso a paso, empezar por educar a nuestros hijos de forma diferente, que las nuevas generaciones sean conscientes de la importancia del respeto de la fauna y la flora, no solo de los «perros de compañía».
Hasta los mejores «profesionales», incluidos los del Servicio Veterinario, muchas veces cometen errores y muy Gordos a causa de la cadencia de la cadena
Desde su experiencia, ¿considera que existe transparencia en la industria cárnica?
¿Transparencia en la industria cárnica? Déjame reír. Nunca antes la industria cárnica ha intentado esconder tanto la verdad, hoy más que nunca. Intenta tú como periodista pedir permiso al matadero que quieras, te dejo elegir. Intenta poder entrar simplemente para hacer una visita «de cortesía», sin hacer fotos, ni filmar videos, ni nada de nada. Vas a ver cuantos mataderos te van a decir: «Si hombre, Don Daniel por favor, venga usted a visitar cuando quiera»
Hay un ex-ministro francés, no me recuerdo ahora mismo su nombre, que dijo un día públicamente: «En Francia es más fácil, como ciudadano francés, entrar en un «submarino atómico» que en un matadero»!
Para terminar permíteme rendir homenaje a mi padre Jesús García San juan. DEP. A mi madre Maria Luisa, a mis dos niños Quentin y Gregory, mi hermana Sandra y toda mi familia y amigos. Muchas Gracias Daniel y todo tu equipo, gracias España. Hasta siempre.
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