Malena Bystrowicz y Loreley Unamuno: «La mayoría de las mujeres hacemos dos o tres veces más trabajo que lo varones en este planeta»

En Nueva Revolución charlamos con las cineastas Malena Bystrowicz y Loreley Unamuno, autoras del documental ‘Mujeres de la Mina’, para conocer de primera mano la realidad de la mina y de Potosí, Bolivia.

Por Daniel Seixo

¿Cómo deciden rodar este documental?

Nació en el viaje que realizó Loreley en 2006 cuando fue la primer asunción de Evo Morales, primer presidente indígena de Bolivia, Latinoamérica y el mundo, hecho más que importante para nuestra región. Bolivia empezaba un camino de soberanía política, económica y cultural. En ese acto de asunción Eduardo Galeano, el escritor uruguayo que también participó de nuestro documental, fue orador y justamente la citó a Domitila Barrios de Chungara , cuando en una asamblea de mineros pregunta:

¿Cuál es nuestro principal enemigo?

El capitalismo, la burocracia, la política, el imperialismo – respondieron.

Y ella: No compañeros, nuestro principal enemigo es el miedo. Y lo llevamos dentro.

Galeano cita esa famosa anécdota, (que también fue premisa en nuestro documental) y cierra diciendo en alusión a la asunción de Evo : “Hoy es el último día del miedo en Bolivia”.

Se estaba sembrando una nueva Bolivia sin duda y una conciencia de orgullo por nuestros pueblo, decididos a ya no ser colonia. En ese viaje también se sembró la semilla del documental, cuando al pasar por las minas del Cerro Rico, apareció Francisca para proponernos hacer una película que cuente la historia de las mujeres mineras.

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¿Lograron encontrar nexos en común durante la filmación del mismo con las mujeres del Cerro Rico de Potosí?

Durante la filmación que duró varios años fuimos construyendo y profundizando la relación con las mujeres del Cerro. Ellas y nosotras, teníamos muchas diferencias, claro. Diferencias culturales, nosotras somos de Buenos Aires, blancas, universitarias y de clase media. Ellas son trabajadoras, indígenas.

Pero también hay muchas cosas que nos hermanan, somos mujeres, latinoamericanas y creemos en la lucha y organización social política y redes entre mujeres como una manera de fortalecernos y ayudarnos frente a las injusticias.

Si bien en el documental se cuenta específicamente la vida y lucha de estas mujeres, en las minas del Cerro Rico de Potosí, puede ser la historia de cualquier mujer latinoamericana, puede ser la historia de una mujeres del conurbano en Buenos Aires o de cualquier provincia pobre de Argentina, de México, Colombia, puede ser una mujer de la favela e Brasil, o una mapuche en Chile. Es una historia que atraviesa la historia de nuestro continente, saqueado desde hace más de 500 años por el colonialismo, el capitalismo y el patriarcado.

¿Existe un claro componente etnocéntrico en el feminismo occidental?

En la última década el feminismo en Latinoamérica creció y se complejizó muchísimo. Afortunadamente dejó de ser un terreno de unas pocas mujeres blancas que desde la academia resistían a los embates más feroces del machismo, como la violencia, los femicidios o el aborto.

Ahora el movimiento feminista se expandió, no somos sólo mujeres, somos varias identidades de género, no somos solo blancas, somos diversidad de culturas y naciones, no somos solo universitarias, somos trabajadoras, estudiantes, excluidas. Se lo cuestiona todo y se transforma permanentemente, les jóvenes se volvieron les protagonistas y eso es muy esperanzador. Se cuestiona, el trabajo, se cuestiona el lenguaje, se cuestionan todos los estereotipos, recetas y consignas. Y lo mejor de todo es que atraviesa todas las luchas. Asique si, existe un claro componente etnocéntrico occidental, pero se está rompiendo y volviendo a construir y volviendo a romper y en plena transformación. Claramente el movimiento feminista es el gran transformador social de nuestra época.

¿Supone el Cerro una realidad especialmente patriarcal?

Si claro. La minería es un trabajo de hombres. Hombres que por cierto son enviados a morir todos los días. Hombres que no superan los 40 años de edad porque se mueren en “accidentes” o con los pulmones secos de silicosis. Hombres que cada mañana cuando entran al socavón no saben si van salir. Hombres que se emborrachan cada noche porque puede ser la última y porque necesitan valor para poder entrar otra vez al túnel frío y tóxico de las minas. Hombres esclavos para el beneficio del 10 % de la población mundial que vive con bienestar. Así como sigue existiendo ese nivel de esclavitud sigue existiendo el machismo, las mujeres no pueden trabajar en el interior, de alguna manera eso las salva y también las condena a un trabajo mucho peor pago y a la viudez, y al hambre de sus hijos e hijas.

¿Encontramos en ese entorno la faceta más cruda de la doble carga laboral de la mujer?

Sin duda. La mayoría de las mujeres hacemos dos o tres veces más trabajo que lo varones en este planeta. Los trabajos de cuidados de niños, ancianos, enfermos, los trabajos de la casa,( estos dos generalmente no pagos) y el trabajo afuera que suele ser más precarizado que el de cualquier varón.

Particularmente las mujeres en la minería es un trabajo muy duro, pero insisto en que puede ser como las “cartoneras” en Argentina, o las costureras en Brasil o una mucama o cualquier trabajo precarizado que implique una marginalidad y esfuerzo físico.

¿Cómo es actualmente el trabajo de la mujer en la mina?

Las mujeres en las Minas de Potosí tienen básicamente dos trabajos:

El de “serenas “ o “guardas” como es el caso de Lucía que tiene su casa en la puerta del socavón y cuidan que de noche no entre nadie a robar, por eso vive con tantos perros. También guarda en su casa las herramientas de los mineros, incluida la dinamita. Este trabajo es riesgoso, ya que están expuestas a ladrones y a violencias. De noche el cerro es muy oscuro, las casas son adobe muy precarias, no hay baño, ni agua corriente, el agua se junta de la lluvia, algunas tienen luz eléctrica otras no y por la altura el frío de la noche es muy crudo.

El otro trabajo que hacen las mujeres es el de las “Palliris” que en quechua significa buscadoras. Ellas juntan entre los deshechos de los trabajadores de interior mina. Las rocas que supuestamente ya no sirven, ellas martillan una por una para rescatar pequeños trozos de mineral y venderlo. Ganan 4 veces menos que un minero del interior.

Las mujeres tienen prohibido trabajar adentro de los socavones, hay una tradición que dicen que traen mala suerte. Y que “el tío “, diablo dueño del mineral se enojará y se cobrará la vida de algún trabajador. Es una leyenda que viene de la época en que los españoles extraían el oro en las minas bolivianas. Mantenían aterrorizados a los indios con el tío y es una mezcla de creencias cristianas y originarias. El tío es una escultura de un diablo con un pene extremadamente grande y ojos de vidrio que hay en todos los socavones, los mineros le hacen ofrendas y le piden permiso cada día antes de empezar a trabajar.

¿Cuánto pueden llegar a durar las jornadas laborales diarias en la mina?

Entre 8 y 10 horas los de interior mina, las mujeres serenas las 24 horas y las Palliris 8 horas, depende del clima.

¿Son sucesos habituales las muertes o las lesiones graves en la mina?

Si, son cotidianos los accidentes en el interior de la mina. el promedio de vida de los varones en Potosí no llega las 40 años de edad, todas muertes  por accidentes en interior mina o la silicosis.

¿Existe algún tipo de ayuda gubernamental para las viudas ante suceso semejante?

Es complejo, pues la mayoría de las viudas son de trabajadores de cooperativas que no  tienen mucha regulación estatal y es un universo de trabajo muy precarizado. Al enviudar o tener que ser sostenes de hogar es que ellas comienzan a trabajar de Serenas o Palliris y ahí radica su lucha sindical y de organización.

¿Supone la violencia machista una realidad diaria para gran parte de las mineras del Cerro Rico de Potosí?

Si, es endémica  la violencia machista .  Casi todas las mujeres sufren o sufrieron en algún momento  violencia física, psicológica y/o económica de parte de sus compañeros. 

¿Es el miedo una sombra siempre presente en las mujeres del Cerro Rico de Potosí?

Para nada, las mujeres son sumamente valientes , conviven con la violencia machista y con la violencia capitalista que las absorbe día a día, sin embargo caminan el cerro para organizarse y dar respuestas a su búsqueda de una vida diga y  vivible.

¿Cómo explicar la figura de Domitilia Barrios?

Nosotras reivindicamos y llamamos constantemente a dimensionar la figura de Domitila Chungara como una mujer que destaca en la historia de Latinoamérica y del movimiento de feminismo popular, no para entronizarla o endiosarla pero si para darle el valor que la historia siempre les negó a las mujeres y si encima son de sectores populares e indígenas más aun. Ella es la punta de toda una cantidad de mujeres de Bolivia, que resisten con gran coraje la violencia de las dictaduras en Bolivia , pero además de poner el cuerpo también discute sentido, en dos direcciones, hacia adentro con sus compañeras y hacia afuera con el movimiento de mujeres internacional que intenta sumarla a sus reivindicaciones negando las diferencias entre ellas y   intersección de clase y cultural que Domitila tiene muy clara. 

Domitila tiene un libro muy conocido que es una larga entrevista que le realiza una periodista brasileña que  se llama “Si me permiten Hablar” editado en varios idiomas y países.

Las mujeres del Cerro jugaron un papel fundamental en la caída del general Banzer, ¿consideran posible que de nuevo su papel resulte determinante en la lucha contra el reciente golpe de estado en Bolivia?

Claramente, si . Las mujeres en Bolivia vienen de un linaje de lucha organización y resistencia que hoy se hace cuerpo: Bartolina Sisa, Juana Azurduy, Maria Barzola, Domitila y cientos de anónimas pero igual de constructoras. Es interesante la frase que circula  en carteles en las manifestaciones y se ven también en las redes sociales como hashtags: “la pollera se respeta” las trenzas y las polleras son orgullo y reivindicación en la resistencia de Bolivia hoy y eso no casual , es el fruto de años de resistencia al racismo  y la violencia colonial . El “orgullo chola” es un emergente estos últimos años en Bolivia y representa el coraje y la identidad de las mujeres en las luchas del pueblo boliviano. 

¿Supone el Cerro Rico de Potosí la cara de los desheredados en Bolivia?

El Cerro rico de Potosí se convirtió en un símbolo, de hecho esta representado en muchas obras .Representa a las riquezas de la tierra, la pachamama y también es visto como un pollera con sus distintas capas como la de las cholas. Esa riqueza es saqueada , con  explosiones, grietas y la sangre de los mineros que corre por su interior. El saqueo colonial de Potosí se dice que sostuvo el denominado “progreso” de Europa , hay muchos estudios e investigaciones que lo sustentan, en tanto podemos hacer un pensamiento análogo del cerro  al cuerpo de las mujeres de sectores populares, también saqueado y explotado para beneficio de un otro. 

¿Cómo definirían  la situación del cine político en la actualidad?

Todo es político. Separar entre cine político y cine no político es un problema. Si bien se entiende que puede haber un cine con fines claramente activistas y otro que no, creemos que lo que debe evaluarse la capacidad de interpelación de una obra. También sus rupturas y continuidades , como dialoga con su época y como se la ve en el paso del tiempo. A veces el tema puede ser muy urgente y necesario de contar pero si lo obra audiovisual no logra conmover , interpelar o generar un estado en quien la ve, ese tema tan urgente pasa de largo, es efímero y pasa de largo, más en esta época que estamos sobre estimulados de imágenes . Muchas veces son obras de lo mínimo las que logran contar mucho.  Quienes sentimos una necesidad impostergable de luchar contra este sistema de muerte y necro política creemos que hay ser parte de procesos políticos colectivos para transformar el mundo que vivimos y hacer la vida mas digna. A veces eso se transforma en películas y a veces no. 


Entrevista publicada en NR el 29 de noviembre de 2019.

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