Entrevistamos a las integrantes de Feminicidio.net: «Se han registrado 1.079 mujeres asesinadas en España desde 2010»

Por Daniel Seixo

Entrevistamos a las integrantes de Feminicidio·net, Graciela Atencio, Loreto de la Carrera y Nerea Novo. Con ellas charlamos sobre su proyecto, los efectos del terrorismo machista en nuestro país, la percepción social sobre este y las medidas necesarias para comenzar de una vez por todas a ponerle fin a una pesadilla cada año tras año, sigue cobrandose la vida de muchas compañeras en nuestro país, únicamente por el hecho de ser mujeres.

Resultado de imagen de feminicidio.net¿Qué es el feminicidio y cómo identificarlo?

Todos los feminicidios son asesinatos de mujeres pero no todos los asesinatos de mujeres son feminicidios. En estos hay una discriminación por sexo: son asesinatos de mujeres por el mero hecho de ser mujeres. Es una barbarie antigua a la que se le puso nombre en el siglo XX y aún tiene un largo camino para ser reconocido como crimen de lesa humanidad. A diferencia del genocidio, no se señala a un grupo étnico, religioso o político concreto, sino a más de la mitad de la población, las mujeres, a nivel mundial.

La metodología de identificación y clasificación de feminicidios está aún en una fase inicial y en constante evolución, como producto del desinterés generalizado por este tipo de crímenes. Sin embargo, nuestra experiencia como observatorio independiente nos ha llevado a centrarnos en algunos campos concretos: la relación de la víctima con el victimario y el móvil del crimen son fundamentales para su clasificación. Otros factores como los actos violentos utilizados por el victimario para cometer el crimen pueden reflejar una saña o desprecio producto de la misoginia. Avanzamos hacia la identificación de nuevos indicadores que permitan establecer mecanismos de prevención de los feminicidios o protocolos de actuación que permitan advertir sobre el riesgo de las mujeres a ser asesinadas.

¿Cuántos feminicidios hay registrados en lo que va de 2019 en el Estado español?

En lo que va de 2019 han sido asesinadas 91 mujeres en España. La última, en Tolox (Málaga), que está siendo oficialmente investigado como un caso de violencia de género. Sin embargo, solo 50 de los 91 casos conocidos forman parte de estas cifras oficiales, perpetrados por parejas o exparejas (feminicidios íntimos). Existe un subregistro oficial de feminicidios íntimos de cinco casos que aún no han sido incorporados a las estadísticas.

¿Y desde 2010?

Con la víctima de Tolox, se han registrado 1.079 mujeres asesinadas en España desde 2010. Solo 564 son cifras oficiales, el 52,3%.

¿Cómo puede un estado llegar a «acostumbrarse» a esas cifras? ¿debería la sociedad y especialmente las instituciones decir realmente basta ya?

Como todas las violencias, la prevención y erradicación de las violencias machistas es una tarea a medio y largo plazo, en la que es fundamental la inversión en educación y sensibilización. En este tema, como en muchos otros, encontramos un mundo muy polarizado, entre quienes nos horrorizamos cada día con el goteo no solo de mujeres asesinadas, sino de muchas otras violencias que vemos en nuestro día a día; y, por otra parte, un negacionismo que ahora tiene más de medio centenar de diputados nazis elegidos democráticamente, que ya no lo ocultan y lo abanderan como uno de los puntos fuertes de su programa. El objetivo es claro. Las mujeres y el movimiento feminista, en concreto, llevaban años especificando los tipos de violencias que sufríamos por el hecho de ser mujeres. Ahora quieren forzar el debate de si existen siquiera o no. Y ahí sí que hemos dicho basta. El movimiento feminista va a luchar en la calle y en las instituciones para no dar un paso atrás en igualdad.

¿Deberíamos comenzar a señalar más al maltratador y menos a la víctima en muchas campañas institucionales?

Quizás señalar no sea la estrategia más efectiva. Es bastante más efectivo cuestionar porque te lleva al origen de la violencia, que es lo que en última instancia hay que tratar para prevenir. Las campañas institucionales deberían estar más centradas en los maltratadores y en cómo funciona la violencia machista en el sistema patriarcal. Dejar de centrar la mirada solo en las víctimas es una tarea pendiente. Muchas de esas mujeres están solas, sufren aislamiento y se sienten obligadas a denunciar, mientras los maltratadores no reciben un solo mensaje para dejar de maltratar.

Las feministas estamos en la primera línea de la lucha antifascista y seremos cruciales para mermar y aislar a Vox de las instituciones

¿Proporciona nuestra sociedad un marco adecuado desde el que combatir la violencia de género?

España es un país privilegiado en estos términos porque tiene una de las tasas de homicidios más bajas del mundo. Pero cuando nosotras decimos “ni una menos”, queremos decir que somos una sociedad que debe hacer todo lo que esté a su alcance para que no tengamos cada año 100 mujeres asesinadas por las violencias machistas. Las tasas bajas en España no son una excusa para descuidar las labores de prevención o sensibilización, sino más bien una oportunidad para tomarse la erradicación como un objetivo más cercano. La Ley Integral se ha quedado corta y necesitamos volver a ser referentes internacionales a nivel legislativo. Pero esto tiene que estar acompañado de los recursos presupuestarios necesarios para llevar a cabo todos los compromisos al respecto, no solo el Pacto de Estado, también un Convenio de Estambul que lleva ratificado desde 2014 pero aún no se ha implementado del todo.

¿Qué opinión os merece Vox?

Vox no es una sorpresa. Forma parte de la ola de fundamentalismos y neofascismo representados por Bolsonaro, Trump, Salvini, Le Pen… Con el agravante de que España es una democracia frágil y el franquismo, que no se había ido del todo de las instituciones, ahora se asoma con fuerza y un discurso de odio muy peligroso que atizan sin complejos los de Vox cuando dicen que “el feminismo es un cáncer” o bloquean los fondos del Pacto de Estado contra la violencia de género. Lo cierto es que las feministas estamos en la primera línea de la lucha antifascista y seremos cruciales para mermar y aislar a Vox de las instituciones. Tenemos claro que en esta legislatura, entre las reivindicaciones de la agenda feminista debemos incluir el fortalecimiento de los valores democráticos y exigir a los gobiernos que apuesten por una revolución educativa que implante la educación en igualdad.

¿Existe un lobby feminista que se lucre de fondos públicos e imponga políticas al gobierno tal y como denuncia la ultraderecha?

Esa acusación es una infamia ya que hay presupuestos muy limitados destinados a organizaciones que se ocupan de las áreas de igualdad y violencias machistas. Hay que dejar algunas cosas claras: el tejido asociativo atraviesa un momento muy difícil, de resistencia y resiliencia constantes, con una crisis que se nos viene encima y que nos va a afectar sin que se hayan revertido los recortes de la crisis anterior. Por otro lado hay que reconocerle al tejido asociativo que asume tareas a las que el Estado no llega. Se nos culpabiliza del gasto público que supone nuestra actividad cuando, en realidad, el Estado terceriza ciertas responsabilidades y funciones que son cubiertas por organizaciones no gubernamentales que se hacen cargo de la atención directa a víctimas, el asesoramiento durante los procesos judiciales, la prevención y sensibilización de la violencia machista en escuelas… No solo está el Estado tercerizando sus responsabilidades por la falta de una infraestructura estatal sólida sino que además somos nosotras quienes tenemos que sufrir los embistes de una fuerza política fascista que, en lo poco que lleva de vida, que tiene escándalos económicos sobre sus espaldas relacionado con la corrupción como el del exjuez Serrano. Dejen de tomarnos el pelo. Ciertos medios de comunicación y parte de la programación nefasta de la televisión abierta son altavoces del fascismo y la misoginia y apenas nos apoyan cuando las feministas cuestionamos el neoliberalismo, los privilegios patriarcales y luchamos todos los días por una vida libre de violencias y contra quienes nos quieren subordinadas, calladas, sumisas y cosiendo.

¿Comprenden que ciertos discursos del partido de Santiago Abascal puedan ser expuestos en el parlamento español?

Como dijimos anteriormente, su ideario procede del franquismo y el lobby de la ultraderecha global. Su discurso es inconstitucional, se opone a la igualdad y no reconoce la violencia de género; no respeta los derechos humanos, LGTB, ni la democracia, defiende el supremacismo blanco y fomenta el racismo, el machismo, la misoginia, la homofobia… No le falta nada del discurso de odio. Un partido así debería estar ilegalizado y no pisar las instituciones.

La verdadera incidencia de la violencia sexual, y de la pederastia en concreto, nos es completamente desconocida

¿Consideran que el discurso de Vox llegar a incitar al odio a la mujer?

Vox identifica el principio de igualdad y lucha contra la violencia machista con la supuesta ideología de género. Y desde que gobiernan en Andalucía y Madrid junto al PP y Ciudadanos nos montan sus performances de odio hacia las mujeres -porque el ataque aunque esté dirigido al feminismo nos afecta a todas, seamos feministas o no- que envalentonan a forococheros, incels y otros fundamentalistas machistas. Estamos viendo el efecto contagio en las redes y en la calle. Y el peligro que representa de violencia real para las mujeres. ¿Por qué las instituciones y los medios de comunicación no frenan ni refutan con más contundencia ese discurso de odio?

¿Qué es el patriarcado?

El patriarcado es un sistema que determina una forma de organización social cuya autoridad y poder es para los hombres. Es el más antiguo de la humanidad y convive en armonía con el otro gran sistema opresor, el capitalismo, actualmente en su versión más cruel y despiadada, el neoliberalismo. Como sostiene Rosa Cobo, “patriarcado es el primer macroconcepto que acuña la teoría feminista”. Heidi Hartmann explica el patriarcado como el conjunto de relaciones sociales entre los varones, relaciones que, si bien son jerárquicas, establecen vínculos de interdependencia y solidaridad entre ellos para dominar a las mujeres. Nos resulta imprescindible desde una perspectiva feminista analizar la relación entre este sistema de poder con otros como el capitalismo y el colonialismo.

¿Supone la violencia machista la cara más violenta de una ideología patriarcal muy presente en nuestra sociedad?

La cara más violenta del patriarcado es el feminicidio, que nos permite tomar conciencia de la dimensión real y total del exterminio de las mujeres en las sociedades patriarcales. Y luego está la violencia sexual, una pandemia a nivel global que todavía estamos lejos de frenar y revertir ya que tiene numerosas caras y variantes como por ejemplo las agresiones sexuales múltiples que hemos advertido que se cometen con frecuencia en España, desde que salió a la luz el caso de La Manada de Pamplona; o el abuso sexual infantil ocultado e invisibilizado, con unos subregistros que son escalofriantes en muchas sociedades donde llega a afectar a más de la mitad de la población de niñas y niños y esa violencia sexual es perpetrada por hombres que son familiares directos de las víctimas. El terrorismo machista es el más expandido y eficaz de todos los terrorismos que existen en el mundo, el que causa los mayores sufrimientos y víctimas; funciona con códigos de comunicación activados entre los hombres a través de una especie de inconsciente colectivo patriarcal que pone en funcionamiento la masculinidad hegemónica y despliega sus violencia con el fin de mantener el control y la dominación de las mujeres. El mayor logro del terrorismo machista es su función pedagógica porque consigue condicionar la libertad de movimiento de las mujeres y muestra la vulnerabilidad de las sociedades y los Estados que no consiguen acabar con él.

La mayoría de las redacciones carecen de código deontológico y manual de estilo con perspectiva feminista y de igualdad

¿Debemos comenzar a hablar de terrorismo machista?

Ya se habla de terrorismo machista desde el siglo pasado. Nosotras desde nuestro marco de análisis y estudio del feminicidio utilizamos el concepto “terrorismo o terror sexual” al que hicieron referencia autoras anglosajonas como Diana Russell y Jane Caputi cuando desarrollaron el concepto femicide. Una de las primeras feministas que utilizó el término “terrorismo machista” en España fue Ana María Pérez del Campo, presidenta de la Federación de Asociaciones de Mujeres Separadas y Divorciadas, y viene a sintetizar el asesinato de cientos de mujeres a manos de sus maridos, exmaridos, parejas o exparejas. Es terrorismo porque la dimensión de los asesinatos en enorme y existe una relación en la intención de cada uno de ellos. Como solemos decir “no se trata de un hecho aislado, se llama Patriarcado”. Llamarlo terrorismo lo sitúa como un problema social de primer orden que requiere de atención de los poderes públicos, medios de comunicación y de toda la sociedad.

¿Cuál es la realidad del terrorismo machista en Europa?

En Europa se ha rechazado el paradigma del feminicidio durante mucho tiempo, limitando la violencia de género al marco de la pareja o expareja. Las estadísticas oficiales son deficientes y escasas en la mayoría de países y es difícil establecer una prevalencia real, menos aún comparativas realistas. Dicho esto, se están haciendo importantes avances en las estadísticas de EIGE, (European Institute for Gender Equality) o Eurostat, entre otras fuentes, que aún requieren un trabajo de profundización en los campos a tener en cuenta a la hora de elaborar estadísticas. Es decir, ya no nos vale con saber el número de mujeres asesinadas, hay muchos otros indicadores relevantes en estos crímenes que deberían recogerse y ser de acceso público para facilitar los estudios de diagnóstico, que son el primer paso para prevenir estas violencias.

¿Resultan alarmantes las cifras relativas a la pederastia en nuestro país?

Las estadísticas oficiales de violencia sexual en España son muy deficientes. Se saben, sin embargo, algunos datos:

  • Según el Instituto Nacional de Estadística, los dos delitos sexuales que claramente afectan a menores (prostitución y corrupción de menores y abusos y agresiones sexuales a menores de 16 años), aumentaron un 12,2% en 2018 con respecto a 2017 (de 1.027 casos a 1.252).
  • Según el Ministerio de interior, en 2018 se registró un récord en el número de ciberdelitos relacionados con la violencia sexual hacia menores desde 2011: pornografía de menores (667 casos), delito de contacto mediante tecnología con menor de 16 años con fines sexuales (307 casos) y corrupción de menores (que se encuentra en la misma categoría que la corrupción de personas con discapacidad/diversidad funcional, con 137 casos). En total, más de 1.100 ciberdelitos denunciados y detectados.

Además de todo esto hay que tener en cuenta la propia naturaleza de estas violencias: los casos condenados son una pequeña parte de los casos denunciados, que son una pequeña parte de los casos conocidos, que son una pequeña parte de los casos reales. La verdadera incidencia de la violencia sexual, y de la pederastia en concreto, nos es completamente desconocida. Por eso, es fundamental educar para rechazar estas actitudes y comportamientos desde las primeras señales, animar a la denuncia en los casos en los que no suponga un peligro para la víctima y estudiar las características concretas de los diferentes tipos de violencia y sus manifestaciones. Solo de esta manera se pueden diseñar políticas de prevención adaptadas y más efectivas que las dirigidas a atajar todo tipo de violencia.

Las campañas institucionales deberían estar más centradas en los maltratadores y en cómo funciona la violencia machista en el sistema patriarcal

¿Considera que los medios de comunicación del Estado español realizan una correcta cobertura en los casos de violencia machista?

En general, la mayoría de las redacciones carecen de código deontológico y manual de estilo con perspectiva feminista y de igualdad. La perspectiva de género se queda muy corta hoy en día. El periodismo necesita herramientas para tener una perspectiva feminista holística e interseccional en la cobertura de todos los temas, no solo igualdad y violencia machista, y que esa perspectiva feminista se aplique junto al abordaje de disciplinas o ámbitos como filosofía, sociología, antropología, psicología clínica, estadística, criminología, hermenéutica jurídica… No basta con utilizar un glosario de términos. El periodismo feminista debería ser una especialización.

Desde que en 2010 comenzamos a documentar el feminicidio en España, se han producido importantes avances en la cobertura de la información. Y hay medios de cobertura diaria de información que ya cuentan en sus redacciones con muy buenas editoras y redactoras especializadas como RTVE, El País, Eldiario.es, Público, La Marea.

¿Quienes son los principales garantes del sistema patriarcal?

Los principales garantes del sistema patriarcal son las mentalidades sociales que entronizan el poder masculino y jerárquico. No son solo los hombres por ser hombres y ejercer y detentar la violencia como forma hegemónica de dominación. Aunque sí es cierto que esa situación o posición les hace preservar sus privilegios.

¿Son los hombres conscientes de sus privilegios y sus disfunciones sociales por causa de su género?

Sí que lo son. El putero que va a un prostíbulo y paga para higienizar la violación de una mujer sabe que tiene un privilegio. El casado que pasa de cuidar a su niño enfermo porque no quiere asumir esa responsabilidad y finalmente será su mujer la que se ocupe, conoce su privilegio. Los jueces del Tribunal Supremo saben que las mujeres del ámbito de la Justicia tienen el derecho de exigir la paridad… Ellos conocen sus privilegios y los defienden por supuesto. Y no van a renunciar a ellos si no lo conseguimos a través de un cambio social profundo. Hoy como nunca antes los hombres conocen sus privilegios y si no son conscientes es porque caen en mecanismos de negacionismo o porque no han tenido una educación afectivo-sexual que los haya hecho explorar el vínculo entre la masculinidad hegemónica y la violencia patriarcal, intrínsecamente relacionadas. La masculinidad hegemónica está en crisis y eso es bueno, como plantea el psicoterapéuta Péter Szil, los hombres tienen qua abdicar el poder, salir del paradigma de la dominación que sostienen a costa de fabricar guerras y violencias, y renovar sus pactos patriarcales que tanto daño hacen a la humanidad, incluidos sus pares hombres.

¿Existe todavía a día de hoy una cierta permisividad social con el machismo?

Sí claro, a través de los micromachismos cotidianos, y de otros ejemplos como la publicidad sexista, la discriminación de mujeres en actividades deportivas, los cuidados que recaen sobre todo en las mujeres, los estereotipos de género que hasta impregnan las carreras universitarios que eligen las y los jóvenes…

¿Cómo conseguir la igualdad entre hombres y mujeres?

La lucha feminista lleva más de 300 años en marcha. Conseguir la igualdad es un largo camino y ahora mismo estamos viviendo un riesgo muy serio de regresión en nuestros derechos alcanzados. Y uno de los principales obstáculos es el neoliberalismo que acrecienta la desigualdad social y el empobrecimiento y exclusión social de las poblaciones más vulnerables entre las que siempre se encuentran las mujeres. Tenemos que seguir luchando, defendiendo los derechos y avances conquistados, enfrentando la amenaza de los fundamentalismos y discursos de odio para no retroceder y fortalecer el movimiento feminista con alianzas globales que nos permitan resistir y seguir avanzando. Nos va la vida en ello. La gente en general no se pregunta por qué los derechos de las mujeres son los más cuestionados, los más atacados y cuando conseguimos avances esos avances suelen ser frágiles. El patriarcado en toda la historia de la humanidad se ha caracterizado por ser duro, cruel, violento y siempre que se ha fortalecido ha sido a costa poniendo obstáculos a los avances de las mujeres.

Somos una sociedad que debe hacer todo lo que esté a su alcance para que no tengamos cada año 100 mujeres asesinadas por las violencias machistas

¿Qué falla para no poder atajar todas estas lacras sociales derivadas del patriarcado?

No se pueden atajar problemas sociales provocados por el funcionamiento del sistema patriarcal a corto ni medio plazo. El gran poder del patriarcado está en su construcción simbólica. Necesitamos una revolución educativa y gobernantes que piensen y actúen como estadistas, a largo plazo. Y de esos y esas hoy en día escasean. También necesitamos que los valores y principios del feminismo lleguen al poder para transformar el mundo. Cuidado: tampoco podemos decir que no hemos avanzado, los avances en derechos son lentos. Afortunadamente ahora hay un impulso tremendo del movimiento feminista global y estamos viviendo la cuarta ola del feminismo, en la que figura en primera línea la abolición de la prostitución como una demanda impostergable e irrenunciable del movimiento feminista.

¿Por qué debería abolirse la prostitución?

Es increíble que siga siendo una pregunta en el siglo XXI y no una afirmación consolidada. Nadie se pregunta hoy si debería abolirse la pobreza, el trabajo infantil o la esclavitud porque aunque no hayamos conseguido esa meta para subir un escalón en el proceso civilizatorio de la humanidad, en todas las culturas y sociedades tenemos claro que no se pueden toleran. Sin embargo, salvo en países como Suecia y Francia que han adoptado modelos abolicionistas de la prostitución, la esclavitud sexual está normalizada a tal punto que socialmente no vemos a los prostíbulos y pisos como campos de concentración exclusivos para mujeres. No vemos que existe un destino para las más empobrecidas, las racializadas, y en general, niñas y mujeres que el sistema patriarcal neoliberal ha puesto a disposición de los hombres por un precio y enormes ganancias para proxenetas y Estados proxenetas que protegen y sostienen el sistema prostitucional. La prostitución convierte a las mujeres en desechables y a los hombres les enseña a desarrollar la pedagogía de la crueldad que aprenden en el prostíbulo. Esto es intolerable para el movimiento feminista y por eso en el Estado español ha surgido un enorme tejido feminista que está centrando su lucha en conseguir una ley abolicionista y en denunciar esta barbarie. No podemos seguir tolerando que ocupe el primer lugar en consumo de prostitución en Europa ni que el modelo productivo de esta sociedad esté basado también en la explotación sexual de mujeres. Ningún país que presuma de haber adoptado políticas de igualdad puede aceptar que los ingresos de la prostitución se contabilicen en el Producto Interior Bruto. Y sin embargo en España se ha aceptado. El discurso del lobby proxeneta está en los medios de comunicación, en fundaciones y ONG, incluso en el movimiento feminista y hasta ha llegado a ONU Mujeres que acaba de expresar que se va a mantener neutral ante el avance del concepto “trabajo sexual”. Aceptar que existe el trabajo sexual es legalizar la esclavitud sexual y el proxenetismo, normalizar la violencia sexual que ejercen los puteros. Ahora mismo, la gran amenaza global para las mujeres son la prostitución sexual y la reproductiva. Ante eso el movimiento feminista no se quedará quieto. Como otros derechos conseguidos en el pasado, nos espera un futuro complejo y difícil pero conseguiremos la abolición de la prostitución. ¿Acaso alguna vez ha sido fácil para las mujeres en el patriarcado?

 

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