Entrevistamos a Ernesto Villegas: «Durante la pandemia se han implementado medidas de endurecimiento del bloqueo estadounidense a Venezuela»

Por Daniel Seixo

¿Cómo ha afrontado Venezuela la actual crisis sanitaria debida a los efectos del coronavirus?

Se han quedado con las ganas quienes hicieron macabros pronósticos acerca de que Venezuela era un peligro sanitario para el continente americano. Hay declaraciones públicas del señor Julio Borges –pretendido canciller entre comillas, muy entre comillas, del señor Guaidó, ya también ex diputado, y cada vez menos tomado en serio por sus propios patrocinantes– en el sentido de que Venezuela constituía una amenaza, porque no iba a poder controlar la situación sanitaria. Paradójicamente, es hoy nuestro vecino, Colombia, quien tiene tasas lamentables de contagios y fallecimientos. Tasas muy elevadas en relación con las cifras que Venezuela exhibe, debido en muy buena medida a las tempranas acciones tomadas por el gobierno del presidente Nicolás Maduro. El gobierno venezolano llamó muy temprano a que la población asumiera la cuarentena consciente y el uso generalizado del tapabocas, junto con el distanciamiento físico y una serie de medidas oportunas que permitieron a la revolución controlar tempranamente esa amenaza. Eso fue clave.

De hecho, los rebrotes que se han registrado son bastante menos letales que los que han ocurrido en otros países del continente, particularmente en los países del Cártel de Lima. Muchos de esos nuevos brotes se han producido precisamente por el ingreso de venezolanos que han estado regresando de otros países de la región a su patria. De modo que si se aceptara la condición de amenaza de un país por cuestiones sanitarias, cosa que nosotros rechazamos, no aceptamos esto que te estoy comentando, pues más bien la amenaza procedería de otros países hacia Venezuela. Sin embargo, Venezuela en este momento está recibiendo compatriotas que han ido a probar suerte a otras latitudes y ahora regresan al país mediante un programa oficial llamado “Vuelta a la patria”. Un programa que permite que nacionales de Venezuela retornen a su país.

Debemos destacar que el bloqueo preexistente para el momento de la pandemia no solo se mantiene, sino que fue recrudecido. Durante la pandemia se han implementado medidas de endurecimiento del bloqueo estadounidense a Venezuela. Las adoptó el señor Trump, estamos a la expectativa respecto a lo que puede hacer el señor Biden en ese terreno, pero ciertamente los logros del pueblo venezolano en el combate a la pandemia son un logro heroico, lo son porque no son conquistas normales, en condiciones normales, sino que son producto de que los venezolanos, para decirlo en términos de fútbol , se han sudado la camiseta para estar en la ubicación sanitaria en la que se encuentra el país.

¿Ha supuesto el bloqueo sobre el país un aumento de los riesgos sanitarios para la población?

Aquí en Venezuela hubo una época en la que los factores de la oposición venezolana aseguraban que las sanciones eran sólo contra un puñado de funcionarios –dentro de ese puñado me encuentro yo, por cierto– que figuran en la lista de sancionados por los EEUU, pero ya a día de hoy el que diga eso en algún lugar público en Venezuela, sería mínimo objeto de mofa. Cualquiera que enfrenta los rigores, los avatares derivados de estas medidas coercitivas, que se llaman en el argot internacional, sabe que es algo más que obvio que el bloqueo afecta indiscriminadamente a todos los venezolanos y venezolanas que habitan en este país.

Fíjate que incluso a los empresarios venezolanos, que no necesariamente tienen que ser chavistas, reportan hoy grandes dificultades para realizar operaciones bancarias. Las sanciones, el bloqueo, trae consecuencias especiales para los ciudadanos, incluso para aquellos que desean hacer algún tipo de transacción financiera. Venezuela se encuentra hoy impedida de acceder a los recursos que tiene depositados en la banca internacional para hacer frente al Covid-19, entre esos recursos tenemos tenemos oro en el Banco de Inglaterra que ha sido confiscado para impedir que se enfrente la pandemia con todos los recursos o  la propiedad sobre una empresa petrolera estadounidense que fue arrebatada al gobierno de la República Bolivariana de Venezuela y entregada a la pandilla que el señor Trump pretendió reconocer como gobierno en nuestro país y ha existido un cóctel macabro para tratar de caotizar, abierta y explícitamente nuestro país. Dijeron los voceros del gobierno estadounidense que con el propósito de asfixiar económicamente a Venezuela, esa decisión de asfixiar a Venezuela tiene aires de familia con lo que en su momento Nixon ordenó en el Chile de Salvador Allende, lo cual no era otra cosa que hacer chillar la economía de Chile. Bueno, fracasó el gobierno de Trump en un camino en el que utilizó la figura de Guaidó para sus fines internos y dejó muy mal parados a estos personajes que se prestaron para esta aventura.

Hoy pareciera que en el mundo están recogiendo velas en un movimiento que a veces parece el de translación de la tierra, un movimiento que es mucho más imperceptible que el de la rotación. Yo me atrevo a vislumbrar que, poco a poco, más temprano que tarde, las cosas volverán a su lugar. Ahora mismo la decisión del gobierno de Panamá de retirarle las cartas credenciales como supuesta embajadora a la ciudadana del grupúsculo de Guaidó supone una señal, hemos visto también decisiones en la Unión Europea que parecieran ir devolviendo la racionalidad al derecho internacional y a los factores políticos que se engancharon a la aventura política de Trump.

Los que chocamos contra el muro somos diversos, pero lo que es homogéneo es el muro. Por ello, debemos encontrar fórmulas para enfrentarlo desde la unidad

Atendiendo a las consecuencias de los bloqueos que Estados Unidos y Europa imponen sobre diferentes países contrarios a la agenda neoliberal y viendo como la izquierda europea en muchos casos parece defender en este sentido posturas diametralmente opuestas a las de sus respectivos gobiernos y a la de la propia Unión, ¿considera necesario fomentar nuevos foros políticos capaces de aunar las experiencias anticapitalistas a nivel global?

Tu pregunta incluye una propuesta que es acertada. Es necesario un dialogo intenso entre las naciones, entre las culturas, un diálogo para poder comprender en su complejidad los procesos que se viven en países como el nuestro y en otras latitudes donde hay un común denominador de un sistema hegemónico que está en crisis y que en su crisis apela a la irracionalidad, prescinde de las formas democráticas y del derecho internacional. Necesitamos respetar principios como la autodeterminación de los pueblos, la aceptación de la diversidad… Vemos como esos valores se han quedado hoy como simples enunciados, cuando no terminan convirtiéndose en un estorbo. Incluso el propio periodismo, la comunicación libre y plural termina siendo un estorbo para este sistema equivocado.

Resulta cada vez más evidente el uso de mecanismos de dominación política y hasta militar, a través del entramado político, militar e industrial. Por eso tú tienes toda la razón en el sentido en que se impone un dialogo, un intercambio de experiencias y de pareceres entre los sectores que pueden o no coincidir en aspectos específicos de sus propuesta política o ideológica, pero que son simultáneamente victimas del mismo fenómeno. Hay algunos que optan por tomar distancia, por sumar su voz de recriminación ante lo que no conocen, pero eso no los va a librar de los consecuencias de ese fenómeno que estamos viviendo, la decadencia del capitalismo y del Imperio.

En el mediano o en el corto plazo, el monstruo tratará de devorar a todo aquello que le parezca distinto, todo aquello que no le sirva de rodillas a sus intereses. Pero tu mencionas el tema de la izquierda, que es algo así como la diversidad marina, que no es lo mismo una ballena que un delfín o un caballito de mar. En la izquierda hay una diversidad muy grande, hay izquierdas absolutamente funcionales al sistema imperialista, al capitalismo, como por ejemplo el señor Felipe González. De esa supuesta izquierda creo que no hay mucho de qué hablar, seguramente esa es una izquierda que se parece más a la derecha que a la izquierda. Podríamos entrar en una discusión eterna, pero más allá de las clasificaciones convencionales, nosotros podemos incluso transcender esa división de izquierda y derecha y mirar como los pueblos, en sus distintos movimientos y expresiones, intentan buscar vías de autodeterminación y de superación de desigualdades. Los que chocamos contra el muro somos diversos, pero lo que es homogéneo es el muro. Por ello, debemos encontrar fórmulas para enfrentarlo desde la unidad.

¿Les ha sorprendido la actitud del gobierno español respecto a Leopoldo López?

De un gobierno que permitió el descalabro absoluto de derecho internacional en el manejo de su relación con Venezuela y con América Latina, como ha sucedido en el caso de la embajada de España en nuestro país, no nos sorprende realmente nada. Un gobierno que hay que recordar que pretendió establecer un ultimátum a otro gobierno soberano, producto de decisiones políticas que deben tomar los venezolanos, en una visión colonial. Así como anacrónicas son las monarquías y las coronas que abundan en democracias que presumen de modernas, contemporáneas, avanzadas, también hay coronas mentales, como cetros en la cabeza de los políticos y los gobernantes, cetros que están ahí muy cerca de su cerebro, son invisibles, transparentes, pero que les lleva a tratar a países como el nuestro como si siguiesen siendo colonias. Con eso tenemos que lidiar diariamente. En el caso venezolano, no se aceptan ese tipo de chantajes.

Pese a todo, existe por nuestra parte la capacidad para entender y dialogar con todos los gobiernos del mundo. Incluso con los que se tienen diferencias, para eso está el dialogo. El dialogo no es para escuchar siempre lo que te gusta, sino para justamente tramitar lo diverso.

Ser venezolano y tener una mentalidad colonizada es una contradicción

Esta pregunta es algo que a muchas personas en nuestro país les cuesta comprender en la política europea, ¿cómo ha logrado Venezuela cohesionar a la población en torno a un proyecto político transformador pese a las enormes dificultades que afrontan en este camino?

Una de las claves, no pretendo que esta sea exclusiva, pero una de las claves tiene que ver con nuestra historia. La lucha de nuestros abuelos por nuestra independencia nos cohesionó y nos guía en los desafíos del presente. De Venezuela partieron los ejércitos que liberaron el continente, no hay narcisismo ni vanidad, sino que la historia así lo indica. Desde aquí, desde este país que encendió la llama revolucionaria hace 200 años, estamos celebrando el bicentenario de la batalla de Carabobo. Debo recordar que para el ejército patriota fue una honra haber derrotado en este país al ejército español que a su vez había derrotado a Napoleón. Fueron diezmados y derrotados por campesinos, llaneros, por orientales, por centrales, por andinos que el libertador Simón Bolívar consiguió reunir en su ejército. Esa inclinación neocolonial que se percibe en la política exterior de algunos países hacia Venezuela y en algunos grupos internos de la política venezolana, tiene un rechazo genérico en generaciones completas de venezolanos. Un venezolano colonizado es una contradicción, así como ser joven y no ser revolucionario es una contradicción, ser venezolano y tener una mentalidad colonizada es una contradicción. Lo es porque esta es la cuna de la independencia.

La oposición venezolana, no sé si lamentable o afortunadamente, no ha encontrado la manera de arrebatarle al chavismo la bandera de la identidad de la nación. Es una bandera de la que se están cumpliendo 29 años. Cuando el comandante Chávez insurge a la cabeza de un alzamiento militar fue incomprendido por la izquierda tradicional dentro y fuera de Venezuela, pero el hace dos cosas muy importantes que consigue cautivar el corazón de los venezolanos: una es asumir su responsabilidad por un hecho que en plano militar había sido un fracaso. En Venezuela, no sé cómo será en España, pero en Venezuela lo común hasta ese momento era que los políticos no asumieran la responsabilidad de un fracaso, pero Chávez sorprendió a propios y extraños diciendo: asumo las responsabilidades de este movimiento militar. Y aquí añado el segundo elemento: el caracterizó ese movimiento del que asumió su responsabilidad como un movimiento militar bolivariano. Y cuando Chávez menciona la palabra bolivariano trae a Bolívar, toca un botón en la conciencia colectiva venezolana que nadie ha logrado apagar hasta ahora. Con esa invocación a Bolívar, Chávez le quitó a las élites la figura descafeinada y fat-free que habían construido a partir de la imagen de Bolívar. Chávez le arrebata un símbolo a la oligarquía y lo convierte en un elemento transformador del presente. Ya no era el Bolívar de las estatuas, ya no era el Bolívar convertido en una especie de santo, era un Bolívar que podía inspirar a unos militares patriotas a insurgir contra un orden de cosas. Y entonces, al tomar la fuerza telúrica e histórica de Bolívar, se convirtió en un problema para la oligarquía.

Sin Bolívar, el libertador, los venezolanos no hubieran resistido estos avatares que hemos estado viviendo, porque además tenemos la conciencia de que nuestros abuelos, que estuvieron con Bolívar, la vivieron peor, sufrieron unos desafíos muy grandes. El libertador en un momento llegó a decir: la independencia es el único bien que hemos obtenido a costa de todo lo demás. La Venezuela que queda tras la lucha por la independencia es una Venezuela desbastada, con muertos, destrucción, horrible, pero había motivaciones superiores que hacían que esos hombres y mujeres se entregaran con fervor a la lucha. Eso está hoy presente en el ánimo venezolanos y venezolanas que resisten heroicamente estos embates y además lo hacen con una fe ciega en la victoria, en la confianza en que saldremos airosos. Y la verdad que los últimos acontecimientos políticos que están ocurriendo en el mundo ayudan a apoyar esta percepción.

¿Qué papel juegan los medios de comunicación en el día a día de la política en Venezuela?

En el mundo estamos viviendo una pugna entre el paradigma más reciente del poder omnímodo de los medios y el fenómeno que en el campo de la comunicación en general se conoce como las redes sociales, no me gusta decir sociales, pero que se conocen habitualmente con ese nombre. Mira, lo que ha ocurrido en EE. UU. con esa pugna entre el complejo de las corporaciones –Facebook, Google, Twitter– y Tump, lo hemos visto antes. Supone la venganza de ese entramado de medios que se reivindican como la alcabala para que los políticos participen en la escena pública y que finalmente han jugado un papel frente a Trump. Eso en Venezuela tuvo su momento también. El liderazgo de Chávez prescindió de la intermediación de los medios, valga la expresión, intentó comunicarse directamente con la gente, con el ciudadano. Chávez hacía unos programas de televisión larguísimos, unos programas que duraban ocho o diez horas. Y si te hubieran preguntado a ti o me hubieran preguntado a mí si eso era correcto, probablemente es que hubiéramos dicho que no, porque pesábamos en un programa, pero Chávez lo que estaba haciendo era una visita a domicilio a millones de hogares en el país. Era un espacio, el de Chávez, donde la gente reía, bailaba, se informaba, lloraba, se encontraba con si mismo. Chávez se transformó en el marido de la mujer que no tenía marido, en el padre del muchacho que se sentía huérfano, se volvió un integrante más de la familia para millones de Venezolanos. Ese Chávez puso en cuestión el sistema basado en la intermediación de los medios. Y los medios le dieron un golpe de estado el 11 de abril de 2002.

Fue el primer golpe mediático, los medios privados en este caso, contra un líder revolucionario de izquierdas como era en ese momento era Chávez, que ni tan siquiera se había declarado anti imperialista y mucho menos socialista, lo haría después, pero el golpe mediático contra Chávez es el golpe contra un líder que solamente llegaba hasta la definición e revolucionario bolivariano. Bueno, un golpe parecido le dieron a Trump, a la derecha más rancia, pero le sacaron del aire, le censuraron, le dieron una cucharada de su propia medicina. Yo observo aires de familia en la conducta de los medios, no los métodos políticos frente a los que actuaron, porque Chávez no tiene absolutamente nada que ver con Trump, ni viceversa, pero en la conducta de los medios hay aires de familia muy interesantes. Median veinte años entre uno y otro acontecimiento, el golpe contra Chávez fue en el 2002 y el golpe mediático contra Trump fue en el 2020.

Entonces nosotros en Venezuela conocemos un poco del papel de los medios, diría más en torno a Venezuela que en Venezuela. El conflicto fundamental está en la percepción mundial respecto de mi país, donde juegan un papel muy importante las grandes corporaciones multinacionales dedicadas al negocio de la comunicación, que es un negocio económico, pero también es un negocio político. Es una satanización globalizada de absolutamente todos los contenidos que aparecen sobre Venezuela. Usted difícilmente consigue una nota que aparezca vinculada a Venezuela que no tenga alguna dosis de contaminación ideológica. Hay una postura tomada por parte de ese entramado común y es muy difícil frente a ese fenómeno lograr hacer algo. Yo comprendo que hay compañeros y compañeras que toman distancia porque no quieran verse salpicados, pero yo les invitaría a cuidarse en ese sentido porque pasado mañana, o mañana, te puede tocar a ti.

Se han quedado con las ganas quienes hicieron macabros pronósticos acerca de que Venezuela era un peligro sanitario para el continente americano

En España se ha vivido un debate intenso a raíz de la cancelación de la cuenta de Twitter de Donald Trump

Es muy grave o que hemos estado observando, más allá de las antipatías políticas que cierto personaje grotesco como Trump genera, esta situación es realmente grave. El propio Vladimir Putin, en una declaración reciente, lo dijo con esas palabras, los que están actuando son poderes que compiten con los estados, con el agravante de que no son producto de la voluntad popular, con el agravante de que absolutamente nadie ha votado por quien es el presidente de Google, Facebook, Twitter o Youtube. Poderes absolutamente económicos, con origen económico, hereditarios y buena parte de ellos moldeados por el fenómeno especulativo del capitalismo contemporáneo. Entonces esos son los señores que tienen el poder de quien vive o no, porque de lo que se trata es de la vida o de la muerte digital.

Hoy puede ser un presidente grotesco como Trump, pero mañana puede ser un movimiento social que les parezca que están diciendo mentiras o que están propiciando, entre comillas, violencia, ¿por qué no exigieron veracidad, por ejemplo, en las acusaciones de armas de destrucción masiva en Iraq? ¿Por qué no censuraron la cumbre de las Azores?, ¿Por qué los infundios que se lanzan diariamente contra Venezuela no pasan por un filtro de veracidad también? Es decir, el gran tribunal de la verdad está en manos de unos señores que nadie eligió en el planeta, tienen la capacidad de una pena de muerte digital a quien ellos consideren. Si ya lo hicieron con el supuesto hombre más poderoso del mundo, el presidente de los EE. UU., cualquier ciudadano puede ser el siguiente.

Ya para terminar quisiera invitarte a hacer una reflexión sobre el caso de Pablo Hasél y la persecución de libertades que sufren algunos políticos y activistas en España.

Bueno, sobre Pablo tengo que decir que me he comunicado con él para trasladarle mi solidaridad. Pablo vino a Venezuela el 23 de febrero de 2019, para participar en el concierto que desde el lado venezolano de la frontera se dio para enfrentar la agresión que tenía preparado los EE. UU. y el Cártel de Lima con la derecha venezolana y la derecha colombiana. Pablo ha sido solidario con la Revolución Bolivariana y como decía el comandante Chávez: Amor con amor se paga. Nosotros creemos que está siendo judicializado y condenado por cantar verdades. Me parece que actúa con mucha dignidad y tiene el apoyo de todos los que lo conocemos aquí en Venezuela y en América Latina.

Agradecerle inmensamente que nos haya concedido esta entrevista y ha sido todo un placer poder charlar con usted.

Gracias Daniel, un abrazo fuerte.

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