Conversamos sobre la situación político-social en Senegal con Diagne Fodé Roland, miembro del consejo de redacción del periódico Ferñent.
Por Initiative Communiste
La represión golpea de forma cruenta en las últimas semanas en Senegal, donde se mantiene por la fuerza el régimen de Macky Sall, uno de los pilares del dominio colonial francés en el continente africano. La represión de las manifestaciones opositoras ha dejado decenas de muertos (al menos 23 en Dakar y Ziguinchor desde el 1 de junio) y centenares de heridos según la Cruz Roja senegalesa. Importantes recortes han afectado al acceso a Internet a través de móviles desde principios de junio. El 1 de junio, el opositor Ousmane Sonko fue condenado a una pena firme de 2 años por “corrupción juvenil”.
Entrevistamos a Diagne Fodé Roland, miembro del consejo de redacción del periódico comunista, obrero, popular y panafricano Ferñent.
¿Podrías situar a nuestros lectores? ¿Qué es «Ferñent»?
Ferñent (Chispa) es un periódico comunista, obrero, popular y panafricano que nació en febrero de 1983 como una herramienta contra el revisionismo del momento y para «senegalizar» el socialismo científico que debía servir como guía para la acción en la lucha por la liberación nacional y social del país.
A mediados de la década de 1990, mantuvimos a Ferñent como órgano teórico y creamos el diario popular y de trabajo legal Xal Wi antes de fundar el Rassemblement des Travailleurs Africains/Sénégal (RTAS) sobre la base de un programa del revolución nacional-democrática antiimperialista.
La RTAS fue golpeada por el revisionismo que cayó sobre el Movimiento Comunista Internacional tras la derrota del campo socialista en Europa y la restauración del capitalismo en la URSS.
Esta derrota desencadenó una lucha entre comunistas revolucionarios y oportunistas que se dedicaron a la colaboración de clases en los gobiernos de alternancia electoral entre social liberales (PS) y liberales (PDS, APR). En 2004-2005 se relanzó Ferñent y el Mouvement des Travailleurs Panafricains/Sénégal (MTPS) con la misión de preservar el periódico comunista y al mismo tiempo reorganizar a los revolucionarios comunistas de varias tendencias ideológicas históricas.
¿Podrías darnos un esbozo general de las fuerzas políticas que hay en Senegal y lo que representan en términos de clase?
Históricamente, los partidos de la burguesía burocrática son el Partido Socialdemócrata (PS), miembro de la Internacional Socialista y sus ramas, y el Partido Liberal (PDS), miembro de la Internacional Liberal y sus ramas, incluido el actual partido gobernante, la TAE.
El panafricanismo y el panegrismo, es decir, la búsqueda de la unidad de África y los negros en todo el mundo sin referencia de clase, estuvo representada por la RND del erudito egiptólogo Cheikh Anta Diop, cuyo trabajo sobre «la anterioridad negra del Egipto faraónico» y «la bases económicas y culturales de un estado federal del África Negra” promueven la soberanía africana de una burguesía nacional sometida a la dominación neocolonial imperialista.
El PAI, luego el PIT y la LD que surgió de él, Y Jëff el partido maoísta y Ferñent son las corrientes ideológicas marxistas-leninistas que pretenden trabajar por la construcción del partido de la clase obrera.
¿Dónde está actualmente el movimiento popular senegalés?
La colaboración de clases en los gobiernos burgueses neocoloniales de las direcciones de los partidos comunistas y de los principales dirigentes de la izquierda histórica en Senegal han aniquilado importantes avances del movimiento sindical, cuya combatividad ha estado animada durante mucho tiempo por la unidad de acción del “sindicalismo autónomo de lucha” contra la “participación responsable” bajo el control del PS burgués neocolonial. Es este sindicalismo militante, por ejemplo, el que impidió la privatización del sector eléctrico en Senegal, a diferencia de otros países africanos bajo influencia francesa durante los años noventa.
Todas las conquistas democráticas, en particular el fin del partido único y las dos alternancias neocoloniales burguesas resultan de las luchas de clases animadas por la unidad de acción sobre el terreno de la izquierda comunista en su diversidad y de los panafricanistas.
La participación en gobiernos neocoloniales de la izquierda excomunista creó un vacío a partir de 2014 que fue llenado por una rebelión patriótica de la juventud intelectual, que denunció la “mala gobernanza” que enriqueció a un pequeño grupo a través de la malversación de fondos públicos y la venta de la riqueza nacional a los imperialistas, principalmente franceses.
Pero poco a poco se comprobó que no funcionaron los planes liberales de ajuste estructural del FMI, el Banco Mundial y la Organización Mundial del Comercio, así como la «cooperación» con el imperialismo. Los elementos más combativos de la pequeña burguesía intelectual, los trabajadores, los campesinos, los ganaderos, los pescadores, los ingeniosos trabajadores del sector informal, las mujeres y fracciones de la burguesía empresarial se aglutinaron en torno al frente político progresista Les Patriotes (PASTEF). La juventud senegalesa y africana está eligiendo cada vez con más claridad quedarse en el país para cambiarlo en vez de seguir sufriendo la tragedia mortal de cruzar el desierto del Sahara y los océanos para padecer el racismo institucional en la Unión Europea, que los convierte en «indocumentados».
A este frente político se unieron los resistentes de la izquierda comunista, aquellos que rompieron con los renegados que participaban en los gobiernos neocoloniales, y todas las organizaciones democráticas de la «sociedad civil» como el Frente para una Revolución Panafricana y Popular Antiimperialista (FRAPP) que, para los comunistas que somos en Ferñent, constituye uno de nuestros pilares contra el neocolonialismo. El otro es el trabajo ideológico y político para unir a los comunistas resistentes y a los jóvenes que quieren ser comunistas.
Nuestro trabajo asocia dialécticamente estas dos tareas para que el movimiento obrero y popular, las clases trabajadoras, adquieran su propio partido de clase en la perspectiva de la liberación nacional y social en un mundo donde los sobrevivientes del campo socialista-comunista que es la República Popular de China, Vietnam socialista, Corea del Norte y Cuba socialista son ejemplos vivos de que el futuro pertenece al comunismo.
¿Cómo pueden apoyarlo los internacionalistas franceses?
El apoyo aquí debe ser mutuo y recíproco, como la imagen pedagógica explicada por el líder revolucionario vietnamita Ho Chi Minh que decía algo así: «el imperialismo es un pulpo cuya cabeza está ubicada en el centro y cuyos tentáculos en las afueras; los del centro deben atacar la cabeza y los de la periferia los tentáculos; así lo venceremos». Otro teórico y practicante comunista africano, Amílcar Cabral, enseñó que la lucha de liberación nacional de las colonias portuguesas fue un factor importante en la revolución en Portugal mismo contra el fascismo colonialista. Hemos visto que la Revolución de los Claveles en Portugal es dialécticamente consecutiva tanto a la lucha de clases y popular interna como a las derrotas que le infligieron los pueblos en lucha armada por su independencia de Guinea Bissau. Será lo mismo para el imperialismo francés, que será barrido por la dialéctica de las luchas de clases en Francia y las luchas de los pueblos contra el neocolonialismo franco-africano, euro-africano y estadounidense-africano.
En lo inmediato, el enfrentamiento entre la dictadura fascista del régimen liberal de la segunda alternancia neocolonial y el pueblo senegalés a través de su juventud en rebeldía necesita una presencia comunista unida en las manifestaciones de la diáspora senegalesa y africana en Francia, de propaganda comunista y agitación en el mundo del trabajo y en las poblaciones denunciando el saqueo de las riquezas mineras y agrícolas (petróleo, gas, hierro, circón, fosfatos, etc.) por multinacionales francesas y europeas, de informaciones que vinculan el apoyo imperialista a regímenes dictatoriales cuando apenas un 1% de emigrantes llegan a Francia y a países de la UE.
Por supuesto, no hace falta decirlo, para denunciar la represión, las detenciones arbitrarias, los ataques liberticidas en nuestros países de los que el Estado francés es cómplice y, a veces, incluso participa activamente.
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