Pablo Romero-Fresco: “Mi película tiene tres capas, Buñuel y Las Hurdes, Ian Gibson y la Memoria histórica”

No es fácil donde acaba la memoria de la última generación viva y comienza la historia. Ese es el lugar donde está Ian Gibson, en la intersección, y siempre me pareció muy interesante.

Por Angelo Nero

Ocho años de rodaje, más de cincuenta horas de metraje, el robo del primer montaje, el nacimiento de tus dos hijos, te vas a vivir a otro país, y además se declara una pandemia mundial. El proceso de creación de este “Donde acaba la memoria” parece que ha generado material para escribir un libro. Utilizaste como hilo conductor el viaje que realizó Buñuel a Las Hurdes en 1933, y que materializó en una de las obras referenciales del género documental, para contarnos el viaje que inició Gibson en 1957, y que le llevaría a descubrir a Lorca, y a apasionarse por la historia y la obra del poeta. ¿A quién te encontraste tú en este viaje que supuso grabar el documental? ¿También te atrapó la figura de este irlandés enamorado de España?

Lo que me interesó de Ian Gibson fue la emoción de encontrar a alguien que dedica su vida a algo más grande que él, a algo que no puedes acabar y que alguien tendrá que seguir, el rigor con el que afronta su trabajo, porque sabe que lo que ponga es importante que sea objetivo e imparcial, dentro de lo posible. La obsesividad de una persona así, porque solamente siendo extremadamente obsesivo y teniendo una familia que te apoye, y  que esté dispuesta a ir de un lado para otro, siguiéndote, porque si no es imposible que se pueda hacer este trabajo, que tiene este nivel, y que es un servicio público en el fondo.

En este viaje a quién me encontrado, primeramente, es a Mike y a Ian. Fueron ocho años que no fue una decisión nuestra, que tardara tanto la película, me valieron a mí para hacerme amigo de los dos, para conocerlos bien. Cuando haces una película que no deja de ser un documental sobre su trabajo, pero también sobre él, lo que buscas, como dice Mike, es sacar una verdad, aunque no sea la única verdad, pero sacar una verdad de cómo es Ian, de que esto que estoy viendo en la película es él. Y eso, a lo mejor, en seis meses de conocerlo no llega, pero después de ocho años, uno ya tiene una idea más clara de cómo es él, de cómo es Ian, y eso es lo que intentamos plasmar. Así que esos ocho años a mí me valieron de muchísimo, de conocer muy bien a esa persona sobre la que estás haciendo una película.

Pero claro, no solo fue conocerlo a él. Conocer a Mike, con esa cultura increíble, con un dominio del arte en el que trabaja también impresionante, pero luego Román Gubern, Paul Hammond, gente en Las Hurdes a las que entrevistamos. Ian está siempre rodeado de una gente con una capacidad intelectual y humana muy grande, y la verdad es que conociendo un poquito su mundo, cada vez que nos acercábamos a él, y el mundo de sus relaciones, de sus amigos, de la gente con la que trabaja, es impresionante el nivel del que estamos hablando.

Y luego, el viaje por detrás de la película, lo que había no tanto delante, sino detrás de la cámara, pues conocer a gente como Xacio Baño, que es el montador de la película, que estuvo involucradísimo en la película y trabajando mucho por una ínfima cantidad de dinero, pues, la verdad eso también fue un tesoro impagable.

Has contado también con la complicidad del cineasta Mike Dibb, director de una amplia filmografía, entra la que destaca “The Spirit of Lorca”, o “The Fame and Shame of Salvador Dalí”, en colaboración con Ian Gibson. También con el director Carlos Saura, que dirigió “Bodas de Sangre” y está preparando una serie sobre el poeta granadino. ¿Cómo conseguiste implicar a estos grandes del cine en un proyecto pequeño como el de “Donde se acaba la memoria”?

Fue una historia muy rocambolesca. Yo trabajaba en la Universidad de Roehampton, en Londres, donde estuve diez años. Trabajaba, a veces, hacía algunos trabajitos de interpretación y traducción para el London Spanish Film Festival, el festival de cine español en Londres, y ahí estaba haciendo concretamente una traducción, o una interpretación en el escenario, traducción oral de la entrevista que les estaban haciendo a los actores de la película de Almodóvar “Los amantes pasajeros”. Mike Dibb fue a ver esa película para intentar encontrar allí a Almodóvar, que parecía que iba a ir, y al final no fue, para pedirle financiación sobre un documental sobre Buñuel y Las Hurdes, que quería hacer con Ian Gibson. El tema es que, como se conocen, Mike había hecho la película de Lorca, la de Dalí, y ahora tocaba la película de Buñuel, veinte años más tarde.

Y no encontró a Almodóvar, pero habló conmigo y nos hicimos amigos, hablamos un poco de los proyectos y le dije que intentaría ayudarle con la película. Entonces busqué un poquito de financiación, muy poquito, y cada vez nos fuimos conociendo más y dijimos, pues venga, vamos a Las Hurdes, y vamos con Ian, e intentamos grabar a ver que nos sale. Ese fue el principio del proyecto, en 2014, y trabajamos lo que pudimos, en filmar algo que en lo que iba a ser un documental sobre el trabajo de Ian acerca de Buñuel. Seguir los pasos de Ian, mientras se va a Las Hurdes a hacer su biografía sobre Buñuel.

Así empezó todo, lo que pasa es que, a medida que íbamos trabajando, y los veía juntos, la figura que me interesaba más era la de Ian, una persona de 75 años, aunque también a Mike, porque verlos a los dos como un Quijote y un Sancho, que seguían trabajando por lo que hacen, dos personas muy del siglo veinte, dos personas que han trabajado mucho sobre el siglo veinte, y que pertenecen a ese siglo veinte.

Entonces, a mí me interesó mucho centrarme en la figura de Ian y decir bueno, ya que ahora mismo y a pesar de que mucha gente de otras generaciones lo conoce, los jóvenes no, y es un trabajo tan importante, y que se va perdiendo, porque tanta gente joven no va a leer sus libros. Y pensé: sería una buena idea hacer una película sobre él, en un formato audiovisual que, a lo mejor, es más accesible para ellos. Y esa es la idea que había detrás de centrar un poquito más la película en él. Lo que pasa es que no íbamos a poder hacer eso porque Ian es una persona que no estaba demasiado por la labor, de que hiciese una película sobre él. Y entonces lo que hicimos fue seguirle los pasos.

Luego, al volver de Las Hurdes, un día, en su casa, yo me tenía que volver a Londres, le dije: mira, Ian, ¿te parece si hacemos una entrevista y vemos a donde nos lleva todo esto? Y él nos dio permiso e hicimos una entrevista de unas seis horas, y al acabar ya teníamos material para hacer otro tipo de película. Entonces, cuando volví a Londres, me puse a editarlo, teníamos ya unas cincuenta horas de grabación, y la montamos en unos meses, porque yo tenía que seguir trabajando en la Universidad, y fui montándola hasta quedarme con una hora.

Y ahí es cuando nos robaron la película. No iban a por la película, robaron más cosas en la Universidad, pero, entre ellas, el montaje de la película, pero bueno, y hubo una pausa, porque no había fuerzas, ni energía, ni siquiera para contárselo a Ian. Pero había que seguir, porque si Ian fue perseverante durante cincuenta años buscando lo que busca, porque no íbamos a emplear ocho años en hacer una película de él. No es para tanto. Entonces, al final lo llamé, le conté lo que había pasado, y me dijo: bueno, yo voy a Granada, y si quieres seguirme los pasos, ven conmigo y acabamos ahí el documental, dónde todo empezó para él. Y esa fue la historia. Entonces, al final fuimos, poco a poco, intentando girar la cámara hacia él. Si, al principio seguimos sus pasos, pero luego fuimos más de frente, como en el último plano de la película, y contar algo de su historia.

La Memoria de ese país que se perdió es la gran protagonista del film, con esa generación irrepetible de genios reunidos en la Residencia de Estudiantes: Lorca, Dalí, Buñuel. Esa Memoria en la que hispanistas venidos de fuera, como Gerald Brenan, Hugh Thomas o el mismo Ian Gibson desenterraron, cuando en España todavía imperaba el silencio. ¿Quiere hacernos reflexionar el documental sobre la importancia de la Memoria como herramienta para construir el presente?

La Memoria histórica es la tercera capa de la película. La primera es Buñuel y Las Hurdes, la segunda es Ian Gibson, su vida y su trabajo, y la tercera es la Memoria histórica.

Yo cuando hice el guion de la película que, como sabes, es un documental, así que más que un guion, es una aproximación a lo que tú quieres cubrir, para ese viaje a Las Hurdes, yo ya empezaba a pensar que, la verdad, que no me apetecía hacer solo una película sobre Buñuel y Las Hurdes, ahora y entonces, porque eso era desperdiciar a Ian, y entonces ya le puse la capa de Ian.

La Memoria histórica llegó más adelante, al conocer a Ian, y convivir con él, te das cuenta que, aunque no hable de la Memoria histórica, digamos que subyace a mucho de lo que hace. Me interesó mucho porque vas viendo un poquito ese lugar en el que trabaja Ian, que es un lugar un poco difuso, en el que entran en contacto las historias subjetivas, con h minúscula, que la gente, gente mayor normalmente, de las últimas generaciones que recuerdan lo que pasó en aquella época, cuando te hablan de la Guerra Civil, del asesinato de Lorca y demás, esas últimas generaciones de gente que sigue buscando a sus muertos, y todos ellos se acercan a Ian desde el cariño, desde el respeto. E Ian tiene que sacar siempre su libreta verde, verde que te quiero verde, para tomar notas, y seguir todas esas pistas, esos hilos, pero, claro, llega ya un momento que no puede.

Pero, con todo eso, a mí me interesa mucho, porque, es ese lugar donde acaba la memoria de la última generación viva, memorias que son muchas veces subjetivas, relatos y demás, y alguien tiene que tomar todo eso, y convertirlo en una Historia, con h mayúscula, una historia rigurosa y objetiva. No es fácil donde acaba la memoria de la última generación viva y comienza la historia. Ese es el lugar donde está Ian, en la intersección, y siempre me pareció muy interesante.

Entonces sí, la Memoria histórica era un tema que a mí me interesaba mucho, la verdad, que Ian, en el fondo, siempre ha tratado, y presentarlo como yo creo que es, como un tema de sentido común, es decir, no podemos tener todos esos muertos enterrados en las cunetas, no puede hacer eso un país que se llama democrático, un país avanzado, eso no puede ser, es una anomalía, por no poner una palabra más dura, que espero que, dentro de unos años, se recuerde como un escándalo, y como es algo de sentido común, deberíamos ponerlo como tal.

Desde la figura de Lorca, como una especie de punto en el que Ian habla del y de sus restos como una forma de reconciliación, no sé si es una forma ingenua de verlo o no, quizás no, lo único que sé es que en nuestra película tocamos el tema desde un punto de vista que hay que hacerlo, porque es de sentido común, y hablaba de gente con la que conversaba a veces, que buscan a sus familiares, y si los encuentran, si tienen la suerte de encontrarlos, luego se mueren, en el sentido de que es gente mayor que está casi, casi, literalmente, aguantando para encontrarlos.

Es una cosa trágica que espero que dure poco y, como dice Ian en la película, espero que el país haga los deberes que tiene que hacer al respecto.

Tanto en su estreno en el Festival de Cans, como en las proyecciones realizadas en Vigo y en Nigrán, el documental ha despertado gran expectación y ha tenido una muy buena acogida por parte del público. ¿Qué recorrido le espera ahora al documental?

Hemos tenido el pre-estreno en el Festival de Cans, con dos proyecciones en Vigo, una en Nigrán –pero bueno, esta fue fallida, con lo cual haremos otra-, el uno de octubre la presentamos en la Semana de Cine de Cangas, con un coloquio, y también la hemos presentado en el Festival de Cine de Ourense. Y el cuatro de octubre haremos el estreno en Madrid. O pre-estreno, más bien. Y esperemos que sea un acto cariñoso, para darle un homenaje a Ian, por su trabajo y su dedicación tan obstinada a contarnos desde su mirada irlandesa, desde fuera, lo que fuimos, lo que somos, quizás, también lo que seremos.

Entrevista publicada en NR el 28 de Septiembre de 2021

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