Pablo González: «No creo que exista la zona de influencia rusa. Existe ya un espacio de tierra quemada, y lo que Occidente crea alrededor no es una zona de prosperidad»

Cuando se cumple un año de la detención de nuestro compañero Pablo González por Polonia, uniéndonos a las voces que piden su inmediata liberación y que, de una vez por todas, el gobierno español asuma su responsabilidad frente a este secuestro, recuperamos la entrevista que NR le hizo el 19 de octubre de 2021

Por Angelo Nero

Pablo González es director y cofundador de Eulixe. Politólogo y periodista por vocación con amplio conocimiento en la geopolítica de la Europa del Este, es Licenciado en filología eslava y master de estudios estratégicos y seguridad internacional. Más de diez años de experiencia cubriendo la información de Rusia y las antiguas repúblicas soviéticas para diferentes medios, como Naiz, Público y la agencia EFE. Es también miembro del grupo GeopolitikaZ.

Tú no te consideras un corresponsal de guerra, al menos no en el sentido clásico, sin embargo en el reciente conflicto de Nagorno Karabakh te vimos cubriendo la actualidad desde Martuni o Stepanakert, que estaban sufriendo el bombardeo azerí, mientras muchos corresponsales escribían sus crónicas desde Moscú.

Tu primera experiencia bélica fue en el Donbass, en una guerra que no tuvo, a mi entender, la resonancia mediática que merecía, como tampoco la tuvo la de Artsakh, sin embargo si tuvo una amplia cobertura el Euromaidán. ¿Por qué los grandes medios han construido un relato tan interesado de la situación en Ucrania? ¿Tu, que has estado sobre el terreno, que visión tienes de la evolución del conflicto del Donbass y de cómo ha evolucionado la política ucraniana?

Los grandes medios simplemente han interpretado de una manera partidista, que se dirían de una Ucrania que desearan en libertad, una Ucrania pro-occidental, en confrontación con una Rusia que la quiere anexionar o algo así. Realmente es un relato simplista, sin entrar en muchas realidades como la económica, la social, histórica, que los grandes medios han obviado, no sé si por falta de información, por un lado, o por otro lado por el interés de presentar el punto de vista occidental, sin entender a la otra parte.

Sobre la evolución del conflicto del Donbass, este se ha enquistado, va a ir hacia un conflicto congelado, lo cual no quiere decir que en el frente no muera gente, que no haya tiroteos, pero no creo que vaya a haber grandes ofensivas, ni hacia un lado ni hacia otro. Realmente no ha habido evolución desde hace seis años, y va a seguir durante muchos años así porque no hay manera de moverlo hacia ningún lado. Los acuerdos de Minks no pueden funcionar, pero son un mantra que se repite, tanto desde Moscú, como desde Bruselas o Washington, pero que Kiev no puede o no quiere cumplir, porque eso significaría pasar por el aro ruso, porque a Moscú le interesaría que Ucrania sea realmente un estado equilibrado, donde la población pro-rusa del Donbass sea mantenida en cuenta. Eso es algo que se entiende en Kiev y no lo quieren hacer.

Y la política ucraniana ha evolucionado a peor. Desde 1991, cada nueva generación, cada nuevo parlamento, la Rada, y cada nuevo gobierno, es peor que el anterior, es menos profesional, es más improvisador, y, seguramente, más corrupto también.

Como conocedor del espacio post-soviético, ¿crees que en conflictos como los de Donbass, Artsahk o Georgia, hay una disputa por la zona de influencia rusa, por parte de EEUU y sus aliados, que quieren seguir avanzando después de conseguir que una gran parte de Europa del Este cambiase de referente en el tablero político?

Bueno, yo no creo que exista la zona de influencia rusa. Existe ya un espacio de tierra quemada, y lo que Occidente crea alrededor no es una zona de prosperidad, o una zona, digamos, en muchos casos que podamos decir que sea un referente. Realmente lo que crean en estos países es una zona de tierra quemada, de puestos de avanzada, y Rusia necesita bastante más, lo que pasa es que las capacidades rusas son bastante menores que las occidentales. Y luego está el atractivo de Rusia, que no es tan grande como el atractivo de Occidente. Después está la realidad, el nivel de vida que puede tener la gente de estos países, de estos territorios que mencionamos, quizás vivirían mejor si estuvieran en el área de influencia rusa, como en el pasado, que quedar en esta teórica área de influencia occidental, o, peor aún, en esa tierra quemada que no va ni hacia aquí, ni hacia allá, en una tierra de nadie. Tanto Rusia como Occidente luchan por este terreno, aunque Occidente no crea bienestar en esta área de presencia rusa histórica, mientras que cuando estaba presente Rusia, como en la época soviética, sí que el nivel de vida en estos territorios era más alto, objetivamente, incluso comparando con el nivel de vida en otros países.

En este año que ha pasado desde el inicio de la ofensiva turco-azerí, Armenia se ha visto convulsionada política y socialmente, sobre todo a partir de la firma de los acuerdos de paz, en los que Artsakh perdía dos tercios de su territorio, y su segunda ciudad, Shushi. A pesar de esto, Nikol Pashinyan volvió a ganar las elecciones con amplia mayoría. ¿Qué balance haces de la situación en Armenia y en Artsakh?

Ha sido un año bastante duro. Se cumple ahora, por estas fechas, el aniversario de la guerra, y realmente Armenia sigue en estado de shock. Han reelegido a Nikol Pashinyan, aunque no lo entiendo muy bien, o si, porque a los gobernantes anteriores los ven de una manera más negativa que a Pashinyan,  pero también porque Pashinyan es el candidato de la revolución, de los pobres, y de los menos formados, es algo que te dicen en la propia Armenia.

Armenia realmente no se da cuenta de la muy grave situación en la que se han metido, porque si antes las tropas azeríes y turcas estaban a centenares de kilómetros de la frontera armenia, ahora hay lugares donde los soldados turcos y azeríes  están dentro del territorio de Armenia. Entonces bueno, el balance ha sido malísimo, tanto para Artsakh como para Armenia, y la situación creo que va aún a empeorar. Aparte, la sociedad todavía se tiene que dar cuenta de lo que ha sucedido, porque no es muy consciente de todos los problemas en los que está inmersa.

¿Fue realmente decisivo para la victoria azerí el empleo de drones y de medios de guerra electrónica, o lo que resolvió el conflicto fue la implicación de Turquía y los mercenarios que estos trajeron desde Siria?

Realmente no creo que exista solo un motivo para la victoria, una victoria tan clara además, en la guerra, creo que es una mezcla de motivos. La superioridad tecnológica azerí-turca, aunque los drones, por supuesto, ayudaron mucho, y también es un poco de la campaña mediática de los turcos para vender sus drones, y los israelíes, porque parte del éxito que se le atribuyen a estos drones fue de la aviación pilotada de ataque azerí, que hizo 600 salidas, que para 44 días de guerra, se puede calcular, considerando que había días que el tiempo no lo permitía, son muchas salidas. Entonces, en muchos casos que se dice que fueron los drones, fue la aviación o la artillería, porque la gente tiene que tener en cuenta que los drones tienen unas capacidades reales, pero son unas capacidades limitadas para muchos tipos de objetivos. Y, al igual que los turcos y los azeríes lo hicieron muy bien, aunque también, por supuesto, tiene que ver que trajeran mercenarios, porque al final son infantería muy experimentada, sin nada que perder, pero también es cuestión que los azeríes y los turcos sabían lo que hacían, mientras que los armenios no siguieron los planes diseñados durante decenas de años anteriores, y se dedicaron a la improvisación, algo que les ha salido muy mal, porque las guerras no se ganan improvisando, a no ser que tengas una superioridad tremenda. Y si encima estás en inferioridad numérica, de material y tecnológica, pues entonces tenías que haber hecho una organización de lo mejor que podías hacer, y así los armenios podrían haber parado el ataque azerí, pero no lo hicieron, la verdad.

Además de tus crónicas escritas, también te ocupas de la parte gráfica en tus reportajes, todavía recuerdo esa foto de la anciana Sharmag, a las puertas de su casa, en Stepanakert, con el fusil en su regazo, y también de los impactantes vídeos realizados con un drone, mostrando los efectos de la guerra. Parece que el periodista que no está encuadrado en un gran medio, tiene que hacerlo todo, grabar, escribir y editar…

La verdad es que, hoy en día, todos tenemos que hacer un poco de todo, grabar, escribir, editar las fotos. Puedo decir que la parte de la guerra del Karabakh la he hecho con el iphone, porque es lo más inmediato, lo más fácil, lo más rápido. También, también, por supuesto, utilizaba una cámara Sony, etc, pero la mitad de los materiales, quizás algo más, son con el iphone.

La anciana Sharmag es realmente un tema curioso, porque la sacamos dos personas, Celestino Arce y yo, y a Celestino lo llevé yo a ver a la anciana esa, porque lo estaban echando del Karabarkh, ya que las autoridades consideraban que había demasiados periodistas, y a algunos, por cuestiones de seguridad los estaban sacando. Entonces, Celestino creo que se iba ese día, o al día siguiente, entonces cuando un colega me dijo lo de la anciana esta, me lo lleve conmigo, y al final su foto se hizo tan famosa como la mía, incluso la ha presentado a concursos. Pero, bueno, me alegré mucho por él, por supuesto, y así ha tenido más repercusión.

Quizás lo que más pena me dé, es que la persona que me llevó a verla, mi amigo Sasun, si murió durante la guerra. Y por eso tengo bastantes momentos que se me relacionan con la anciana esta, porque el fusil era de esta amigo, pero no fue una foto preparada, fue una foto improvisada, fuimos a verla porque era de las pocas mujeres de esa edad que no querían irse, ella nos dijo que no se iba a ir a ningún sitio, por mucho que estuvieran bombardeando la ciudad. Fuimos a verla, para que nos contara su historia, y este llevaba un fusil en el coche, y le dijo: abuela, tu que eres tan combativa, toma el fusil, y le hicimos la foto con el fusil, más bien como una broma, pero al final fue un símbolo. Fue una foto que Celestino y yo le dimos bastante publicidad. Es una historia curiosa, y eso que yo no soy fotógrafo, para nada, lo mío es escribir, pero mí. Y, por cierto, creo que las fotos a Sermag las hice con el iphone.

El Cáucaso parece muy lejano para que los nuestros medios se interesen por entender conflictos como el que recientemente enfrentó a Armenia con Azerbaiyán, o el que, hace una década, motivó la intervención rusa en Georgia. Pero tampoco parece que Hungría o Polonia, por poner dos países miembros de la Unión Europea, tengan mucha presencia en los periódicos del estado, que miran más hacia Latinoamérica. ¿Se debe esto, en gran parte, a los intereses económicos de España en ese continente, o a que achacas que el espacio post-soviético, salvo momentos puntuales, siga en la zona de la sombra informativa?

Bueno, es que está fuera del interés español, de manera general, se explica muy poco, algo de Rusia, y fuera de eso no hay interés real, ni histórico, ni de ninguna otra manera. Puede ser que también sea influencia turca, en un momento dado, por los intereses económicos españoles, pero en general sí que es verdad que Europa Central o Europa del Este, con Hungría o con Polonia, con Georgia o con Ucrania, o Bielorrusia, sale poco, o relativamente poco, comparado con otros países.

Es una cosa bastante negativa, creo yo, porque no conocemos unos vecinos mucho más cercanos de lo que parece, y porque la falta de información producida por los periodistas propios, hace que al final se nos venda la visión que puedan hacer periodistas anglosajones o de otros países, con la agenda que puedan dictar estos periodistas o medios, lo cual puede afectar a nuestra toma de decisiones, porque si no conocemos bien lo que sucede allí, nuestra sociedad no puede reaccionar, ni nuestros políticos, de manera adecuada para nuestros intereses propios, o simplemente para el interés humano que podamos tener. Entonces, sí que la verdad es que los intereses económicos españoles allí no están muy presentes, y cuando están presentes no creo que jueguen un buen papel, como con Azerbaiyán, porque es un país no democrático en el Cáucaso, claramente, y al final que este país esté más presente que Georgia o Armenia, no creo que sea positivo. Por supuesto que tiene que estar presente, que no se me entienda mal, pero no es lo mejor.

La falta de interés español por esta área es histórica, y es como un perro que se muerde la cola, hay falta de interés, como no se sabe no nos interesamos, quizás si nos abriéramos más sabríamos que es más importante, y está más cercano e influye en nuestra vida, en nuestro día a día, como, por ejemplo, el tema del gas actual, porque podríamos entenderlo mejor, cual es la problemática, con Rusia, Ucrania, etc., si nos interesáramos.

A pesar de la pandemia mundial, no has dejado de trabajar en tu área de ese espacio post-soviético, donde has podido constatar las diferentes modos de actuar de las autoridades sanitarias, en Armenia incluso te has contagiado con el coronavirus, y has tenido que guardar cuarentena. ¿Qué panorama te has encontrado en este último año y medio en el tratamiento de la pandemia en otros países, y que clase de cobertura tenías, personalmente, cuando has sufrido en tus carnes los efectos del covid-19?

La verdad es que, en este año y medio, yo sí que he tenido más trabajo, porque antes había más gente que se molestaba o que podía ir, y ahora no va. Hay algo menos de competencia en el plano profesional de gente buena, y de gente no tan buena, con todos mis respetos, que vendía su material de una manera más barata, que estaba dispuesta a colocarlo casi gratis, y esta gente ya no está, porque no se lo pueden permitir o no son lo suficientemente profesionales, no les dan acreditaciones, y no se arriesgan, también, a viajar, con todo lo que estaba cayendo. Entonces, en este sentido, yo no puedo decir que me haya ido mal.

El tratamiento de los medios de la pandemia, yo creo que en todos los países se ha tratado de una manera parecida, que deja muchas dudas, a veces, de la propia lógica y de la inteligencia de los propios medios, cuando han hablado de ciertas cosas. Todos dicen que lo han hecho muy bien y que los demás lo hacen muy mal. Todo el mundo ha intentado, en todos los países, ya sea Rusia, Polonia o España, se ha tratado de maneras muy similares, con ciertas diferencias.

No sé si por la cobertura te refieres a seguros y tal. Bueno, yo cuando he ido a la guerra ya me hecho algún seguro, pero por lo demás sin seguro y sin nada, y cuando he pillado el covid en Armenia, he tenido que apechugar con ello, sin más, con la ayuda popular, como quien dice, y con mis propios medios, ahorros, etc. Hasta en un momento he tenido que recurrir al crowdfunding, poner la cuenta de PayPal y el móvil de Bizum para que la gente eche una ayuda, porque ha hecho falta, en cierto momento.

Otro de los focos mediáticos con los que se nos bombardea intermitentemente, ha sido Bielorrusia, uno de esos países del “eje del mal” donde parece haber uno de esos enemigos interesados con los que asustar a la opinión europea. ¿Qué valoración puedes hacer, de modo resumido, sobre la situación en ese estado situado estratégicamente entre Polonia y Ucrania, por un lado, y Rusia y los países bálticos, por el otro?

Bielorrusia es un caso muy raro, porque por un lado está Lukashenko, que a momentos es un dictador, a momentos un personaje autoritario, un impresentable la verdad, y es una pena que Rusia apueste por personas así, porque yo creo que tenía capacidades para influenciar, y que, por ejemplo, Víktor Babariko tomara el control del país, pero Rusia, por a o por b, ha apostado por Lukashenko, lo ha mantenido. Y Lukashenko se ha dado cuenta de que no tiene otra salida que pasar por el aro ruso, y espero que lo cumpla, y que lleve a cierta liberalización en Bielorrusia, porque lo que está haciendo Lukashenko es negativo a todas luces.

De todos modos, creo que Bielorrusia acabará integrándose en Rusia, de una manera u otra, porque, al final, es parte del mismo ecosistema, son, prácticamente, la misma nación, puede haber alguna diferencia, pero no tiene nada que ver con el caso ucraniano, donde la sociedad puede estar en un 50-50 real, 40-60 o 30-70, no, en Bielorrusia, la visión de Rusia como referente es mayoritaria, y que Moscú, en un momento u otro, asuma el control, eso puede ser positivo, y quitarse de en medio al personaje este que dirige el país desde hace demasiados años, por un lado, y por otro lado que se rige por interés propio, no creo que esté buscando el interés de Bielorrusia.

Los vecinos, como Polonia y Ucrania… Ucrania no es ningún referente, tal y como está la situación paupérrima del país, y Polonia lo que busca es ampliar su espacio vital, cuyo sueño es la Polonia del mar a mar, del Báltico al Mar Negro, y eso pasa por recuperar las tierras de la antigua unión de Polonia y Lituania, que existió hace bastantes años, y fue repartida a finales del siglo XVIII, y que antes de eso había tenido su momento álgido, y Polonia siempre añora con recuperar esos terrenos, los terrenos de la Bielorrusia actual, parte de los países bálticos, y buena parte de Ucrania, con lo cual los deseos imperialistas de Polonia no son menos que los de Rusia. Así que no creo que ellos quieran que los bielorrusos vayan a vivir mejor.

Eso por un lado, y por otro, que la Unión Europea no sabe exportar el bienestar. La UE busca democratizar y dar lecciones de democracia, y de sociedad liberal a otros países, pero mientras esos países no sean el Golfo Pérsico o dictaduras en otras partes del mundo, donde parece que no pasa nada, pero con Bielorrusia sí que se lo han tomado más. Creo que la reacción de la UE ante lo que ha sucedido en Bielorrusia, lo que ha hecho es empujar a Lukashenko a las manos de Moscú, al abrazo del oso, que dirían los propagandistas.

Esta postura de la Unión Europea de acabar de radicalizarse y empujar a un país en sentido contrario pues es una lección que tendrán que asumir, porque ahora, para bien o para mal, Bielorrusia difícilmente podrá salir del círculo de influencia de Moscú, por mucho que digan los polacos o los bálticos, que tampoco son un referente en cuanto a libertades en su sociedad.

 

Se el primero en comentar

Dejar un Comentario

Tu dirección de correo no será publicada.




 

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.