Óscar Camps: «Es lo más parecido al holocausto que te puedas imaginar»

En Nueva Revolución nos acercamos al Mediterráneo para conocer de primera mano la realidad de sus aguas, para conocer la tragedia que cada día se vive a nuestras espaldas.

Por Dani Seixo

Charlamos con Óscar Camps, Fundador de la ONG Proactiva Open Arms, acerca de la profunda crisis de los refugiados que vive Europa. Inmersos en un proceso de radicalización de la política fronteriza de la Unión Europea, la defensa de los migrantes se sostiene en un grupo de voluntarios particulares arriesga sus vidas sin protección legal o estatal, todo ello sucede sin la atención de los focos de los grandes medios. Hoy en Nueva Revolución nos acercamos al Mediterráneo para conocer de primera mano la realidad de sus aguas, para conocer la tragedia que cada día se vive a nuestras espaldas.

¿En qué momento decidió desplazarse a Lesbos?

La semana previa a la muerte de Aylan Kurdi murieron tres hermanos y sus fotos salieron publicadas por redes sociales, aquello fue un detonante. Llevaba un mes investigando lo que ocurría en Grecia y Turquía con intención de hacer algo a nivel particular y cuando murió Alylan decidí directamente ir.

¿Imaginó por aquel entonces que tres años después Europa seguiría impasible ante el drama migratorio en el Mediterráneo?

No, para nada. Ni siquiera podía imaginarme que hubiese una inacción deliberada tan grande por parte de Europa, no podía imaginarme que hubiesen decidido no ocuparse de todas aquellas personas. Cuando llegué allí, me di cuenta de que estaban abandonados a su suerte y al trabajo de un grupo de voluntarios particulares de respuesta civil que había decidido ayudarles.

¿Mantuvo la esperanza de que Europa cambiase sus políticas?

No, llegué en septiembre de 2015 y el 28 de Octubre fui testigo del naufragio más importante que ha tenido lugar en el Egeo. Allí enseguida me di cuenta de que no había nada, las grandes organizaciones brillaban por su ausencia y tan solo se podía contar con un grupo de personas ayudando a otro grupo de personas que huían de la guerra. Fue en ese momento en el que me di cuenta de que Europa no existe, tan solo seguimos siendo el mercado común. Los temas sociales a la Unión Europea parecen importarle muy poco.

¿Puede uno recuperar la fe en el proyecto europeo tras su paso por el Mediterráneo?
A corto plazo, no. No tenemos políticos de calado, echo de menos políticos que piensen en el futuro y no solo en el corto plazo, pendientes de los resultados electorales inmediatos. Eso precisamente es lo que sufrimos ahora mismo, esta crisis no se va a resolver a corto plazo con ese tipo de políticas, especialmente gastándonos el dinero de la cooperación en terceros países como medida preventiva. Deteniendo a esas personas en fronteras exteriores al ámbito de la Unión Europea, tal y como se está haciendo ahora mismo. Estamos apostando por financiar a terceros países para que hagan nuestro trabajo sucio.

¿Existe racismo en las políticas migratorios europeas? ¿Se actuaría del mismo modo en caso de que los refugiados procediesen de una democracia occidental?

Creo que, por ejemplo, no tienen el mismo trato que los migrantes blancos y católicos de Sudamérica, digamos que es otro tipo de migración. Unos pueden venir con un visado de turista y otros no, no sé si son medidas racistas, pero existe un trato diferente.

¿Es Proactiva Open Arms un problema para la política Europea?

Sí, es un espejo que refleja toda su inacción y esa política de externalización financiando a países que no tienen ninguna garantía democrática, tal y como es el caso de Libia o Turquía. El caso de Libia es más flagrante, existen tres grupos armados que se autodenominan gobierno legítimo de Libia, ¿A quién le estamos pagando? ¿A que grupo armado estamos financiando para que retengan a estas personas con una ausencia total de derechos? Hay cientos de grupos armados en Libia, si tú escuchas el discurso de la Unión Europea estamos negociando con el gobierno de Tripoli, ¿Quién es el gobierno de Trípoli? Si nosotros denunciamos todo esto y somos los únicos, dado que echamos de menos a otras organizaciones con más peso que nosotros a la hora de denunciar todo lo que está sucediendo, entonces quizá sí que seamos un incordio. Han intentado sacarnos de en medio con campañas de desprestigio, por tanto a alguien sí debemos de estar molestando.

¿A que se enfrentan cuando son interceptados por una patrullera libia?

La relación con ellos ha ido cambiando. Ese grupo armado que funciona como proyecto de guardia costera libia, ha pasado de tomar té con nosotros en 2016 en aguas internacionales, a secuestrarnos durante algunas horas e intentar llevarnos a Libia por la fuerza o amenazar la vida de nuestros socorristas en una operación de rescate. Ha sido sin duda un gran cambio de una año para otro, lo único que ha ocurrido en ese tiempo es que la Unión Europea ha comenzado a financiar, formar y adiestrar a estos grupos armados. Si esto se han atrevido a hacérselo a un barco con bandera española en aguas internacionales, ¿Qué no se atreverán a hacerle a esos migrantes atrapados en Libia cuya vida no tiene ningún valor? En Libia es tan fácil matar a un perro como matar a uno de esos migrantes. Son detenidos aleatoriamente en centros gestionados por mafias en donde los extorsionan, los violan, los esclavizan y todo esto lo hacen con cierta complicidad de la Unión Europea que se atreve a financiar todo esto.

Nosotros recibimos en 2016 un premio como organización que representa los valores fundacionales de Europa, un año más tarde, uno de los países de la frontera europea bloquea nuestro barco y nos acusa de ser un grupo mafioso que facilita el tráfico de personas. Todo esto haciendo lo mismo que hacíamos en 2016. Para nosotros no ha cambiado nada, pero por lo visto algunas decisiones políticas sí que han cambiado desde entonces.

¿Ha tenido algún efecto la aplicación de un sistema de cuotas obligatorias en la Unión Europea?

Absolutamente ningún efecto, ni siquiera para aceptarlas. El sistema de cuotas resulta ridículo teniendo en cuenta la envergadura de la Unión Europea, pese a esto, muy pocos países han cumplido con lo que se esperaba de ellos.

¿Han recibido muchas llamadas de políticos tras la inmovilización de su embarcación en Italia?

No, ninguna

¿Ningún político español se ha puesto en contacto con ustedes?

Con europarlamentarios. Hemos intentado buscar esos contactos, pero ha sido más fácil hablar por teléfono con el gabinete del Ministro de Interior italiano que con el Ministro de Exteriores español. Hace poco hemos comenzado a tener contactos con el delegado del gobierno en Cataluña y ahora seguiremos subiendo. Vamos paso a paso, escalón tras escalón, intentando hablar con el Ministro de Exteriores y con el de Interior. Estaría bien poderles explicar lo que vemos y lo que ocurre en el Mediterráneo. Más que nada porque somos ciudadanos españoles con un barco oficial de salvamento con bandera española que se ha visto atacado en aguas internacionales. Se han subido a bordo por la fuerza y contra nuestra voluntad. Esto es un acto de piratería y por tanto deberíamos ser defendidos por nuestros representantes políticos. No conseguimos hablar con ningún político español en el momento en el que estábamos siendo amenazados por un grupo armado en aguas internacionales.

¿Qué ve uno en la cara de un migrante al ser rescatado en el Mediterráneo?

Pánico, pavor, especialmente pavor. Y si comienzas a fijarte en su cuerpo, entonces ves sufrimiento y violencia, en muchos casos debilidad extrema. Es lo más parecido al holocausto que te puedas imaginar, están comenzando a llegar embarcaciones que te dan esa misma sensación. Este año la salud de las personas que rescatamos ha mermado a un grado que cuesta entender. Algunas personas han llegado a morirse a bordo por pura debilidad.

¿Consideras que estamos insensibilizados? ¿Por qué no existe una reacción social mayor?

Dado que los medios no están muy por la labor de difundir todo lo que está ocurriendo, a la gente le cuesta mucho tener acceso a toda la información. También echamos de menos a las grandes organizaciones que son las que deberían de estar denunciando lo que sucede y no lo están haciendo sin que sepamos el motivo. Somos las personas de la sociedad civil las que intentamos solucionar una clara inacción de las administraciones, gritamos tanto como podemos, pero lo hacemos desde un altavoz muy pequeño. Estoy seguro de que si pudiésemos transmitir a la sociedad lo que nosotros vemos y lo que está ocurriendo, su indignación sería tan grande que posiblemente los políticos se verían más presionados para actuar de otra manera. Pero claro, si no hay testigos y periodistas que denuncien lo que esta sucediendo en el agujero negro del Mediterráneo, difícilmente podemos llegar a conseguir que haya un cambio de política. Por ese motivo intentamos mantenernos a toda costa allí, llevando, a ser posible, a periodistas a bordo en todas las misiones.

¿Ha pagado su equipo un precio personal y profesional por todo esto?

No somos conscientes de lo que vamos a pagar, pero seguramente sea un precio alto. Comenzamos a sufrir las consecuencias de lo que hemos vivido, ya no son solo consecuencias físicas, sino también psicológicas e incluso familiares. Estar vinculados a un conflicto que te enemista con tu estado, con tu gobierno, con una parte importante de la sociedad y que a veces te margina, es duro. Ahora comprendemos el motivo por el que muchas organizaciones desaparecen o están calladas, no oímos su discurso por su afinidad con las administraciones y su interés por el dinero que reciben de ellas. Eso les hace estar calladitos. Aún así, a nosotros se nos critica, se nos persigue y por ello resulta difícil encontrar donaciones. Eso hace que lleguemos a tener dificultades para mantener nuestro barco en el Mediterráneo.

El equipo de Proactiva ha salvado hasta ahora cerca de 59.000 vidas ¿Sabía que han propuesto a Donald Trump para el premio Nobel de la paz?

La presidenta de Birmania, Aung San Suu Kyi, tiene un premio Nobel de la paz. En fin, la verdad es que yo ya he perdido la confianza con todas estás organizaciones. Incluso le han otorgado el Premio Princesa de Asturias de la Concordia 2017 a la Unión Europea, no hace falta irse tan lejos para encontrar contradicciones. Nos han dado muchos premios y siempre es un honor recibirlos, pero no quieren decir nada, no garantizan nada. Hoy en día se dan premios para cumplir con un expediente, pero nuestro barco no funciona con premios. Funciona con gasoil.

¿Han sido perseguido por barcos de extrema derecha?

Sí, claro, en verano de 2017, es público. Concretamente un barco cuya tripulación era irregular y que posteriormente fueron abandonados en el puerto de Barcelona a su suerte. Creo que tuvieron que ser repatriados por el ayuntamiento de Barcelona y asistidos por la cruz roja española dado que nadie se ocupó de ellos. Esta organización no ha sido investigada, mientras nosotros lo estamos siendo por organización delictiva. Resulta curioso.

¿Han tenido ustedes que abandonar muchas vidas en el mar por falta de medios?

En alguna ocasión sí. En alguna ocasión nos hemos visto sobrepasados y hemos tenido que dejar embarcaciones a la deriva con la falsa promesa de que iban a ser atendidos por Frontex. No fue así. Nos ha ocurrido en el Egeo y también en el Mediterráneo. Es en ese momento cuando ves que los políticos viven en una burbuja, que Bruselas vive en una burbuja en la que se habla de cifras, pero que no llegan a ser conscientes de que estamos tratando con personas. Creo que no son conscientes, si lo fuesen no podrían dormir por las noches como nosotros. Dentro de veinte años vamos a tener que pedir perdón por todo lo que no estamos haciendo ahora, nos va a producir vergüenza asumir que hicimos esto como sociedad.

Lo extraño es que no nos produzca vergüenza ahora…

Lo es.

¿Tiene sentido intentar evitar que los migrantes sigan intentando llegar a Europa?

¿Dejaremos acaso de vender armas? ¿Dejaremos de patrocinar conflictos armados? ¿Dejaremos de manipular gobiernos para expoliar sus recursos? Seguramente no, entonces seguiremos teniendo miles de personas que quieren escapar de la guerra. Ahora mismo el flujo migratorio en Yemen -en donde España tiene responsabilidad por la venta de armas a Arabia Saudi- es interno, pero dentro de poco esa gente tendrá que buscar un futuro mejor. Es lo que vienen a buscar, una vida mejor. Queremos disfrutar de los beneficios de la venta de armas, pero no queremos responsabilidades. En esas estamos metidos.

No hace mucho, los españoles escapábamos de la guerra, supongo que no debería resultarnos tan extraño.

Deberíamos de tenerlo todavía muy fresco.

¿Qué papel juega Frontex?

No juega ningún papel. Su misión es la de salvaguardar las fronteras exteriores de Europa, me imagino que con la lucha contra el tráfico, pero los traficantes no están en el mar, los traficantes están en tierra. En el mar tan solo hay personas que huyen hacinados y con una embarcación precaria, las mafias están en tierra. En Libia es en donde se debería luchar contra el tráfico de personas. No sé que papel hace Frontex, no tengo ni idea, pero el de salvar vidas creo que no. No sé lo que hacen, sé que tienen un presupuesto altísimo, pero nosotros no los vemos mucho por allí. Hemos coincidido en alguna ocasión, pero resulta más común ver a la guardia costera o a algún barco de una ONG que encontrarnos con Frontex.

La Unión Europea ha obligado a las distintas ONG a firmar un código de conducta ¿Considera que la población debe exigir en las calles un nuevo código de conducta en su política migratoria a Europa?

Italia en realidad. El código de conducta que se presentó como un gran trabajo parlamentario europeo, no es más que lo que las organizaciones que estaban en el mar ya realizaban. Nadie trabajaba por su cuenta, todo el mundo lo hacía con la guardia costera italiana y esto es tan real que no se entiende que nos pongan un código de conducta. Es la guardia costera italiana la que dirige todas las embarcaciones humanitarias, es la que nos indica lo que tenemos que hacer. No sé si deberíamos pedirles un nuevo código de conducta a las administraciones, pero al menos les pediría que cumplan con los compromisos internacionales a los que nos hemos suscrito como sociedad y como estado miembro de la Unión Europea. No es posible que tengamos firmados los convenios sobre derecho marítimo internacional y que hagamos pactos entre países destinados a saltarnos libremente el pacto jurídico marítimo. Se están haciendo cosas que son completamente irregulares, estamos incumpliendo desde la Convención de Ginebra, hasta el derecho marítimo internacional. Yo pediría que al menos cumplamos los compromisos que hemos pactado. No se trata tan solo de una crisis humanitaria, sino de una crisis de derechos. En el mar, en donde no existen testigos que puedan denunciar todas estas vulneraciones, no estamos respetando los derechos fundamentales de todas las personas.


Entrevista publicada en NR el 20 de junio de 2018

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