«No pueden ser catalogados de izquierdas quienes defiendan la monarquía borbónica y la forma de acumulación capitalista heredada del franquismo».
Por Ricard Jiménez
Tras la muerte de un mantero en 2018, Fonsi Loaiza tuiteaba contra el «engranaje policial xenófobo y racista que existe contra los migrantes», por ello sería imputado y el próximo mes de octubre se sienta en el banquillo de los juzgados.
No es ninguna novedad que la verdad es perseguida en España… ¿Cuánto hace que tuitear contra el expolio monárquico era delito?
Sobre su caso y lo que desborda de la simple especulación del uso de las redes sociales y sus límites, una de sus especialidades especialidades, hemos hablado con el periodista gaditano, doctor en Medios, Comunicación y Cultura por la UAB.
El próximo 1 de octubre estarás sentado en el banquillo como acusado demandado por la policía. Quisiera preguntarte si podrías explicarnos más a fondo tu caso.
¿Cuál es tu visión en cuanto a la represión por causas como la tuya en el estado español?
Se habla mucho de la renovación del cuerpo judicial, que debe producirse por ley, pero ¿esto sería un cambio real en el plano judicial? ¿Cómo está configurada la legislación española?
Aun así, desde un tiempo hacia aquí incluso desde cierta izquierda se defiende el régimen del 78, ¿a qué se debe?
No pueden ser catalogados de izquierdas quienes defiendan la monarquía borbónica y la forma de acumulación capitalista heredada del franquismo de lo que se ha llamado régimen del 78. Esa izquierda, entre comillas, institucional va de capa caída.
Tu caso tiene que ver con el tema redes sociales, así que ahondando en este sentido, es obvio, que en los últimos años desde sectores más progresistas se ha invertido en redes sociales como un campo de batalla más en el ámbito cultural, ¿qué relevancia ha tenido y que repercusiones ha tenido para la militancia de izquierdas?
A veces damos demasiada importancia a eso que se llama «visibilizar» en redes. Quizás sea una muy buena forma de agitación fuera de los medios de comunicación del establishment, pero las estamos sobrevalorando, ya que son demasiado individualistas y una burbuja. El poder sigue estando en el papel y en otros lugares todavía.
A pesar de este esfuerzo las redes sociales llevan consigo el control de las publicaciones y algoritmos… ¿Es posible competir contra las teorías hegemónicas y la extrema derecha?
Batallar en redes resulta complicado cuando el enemigo trampea y las reglas del juego están trucadas y con las cartas marcadas. El arma más poderosa que utiliza el fascismo es la mentira, decía Antonio Machado. Y las redes son proclives a ello. Sin embargo, hay cuentas de las que se aprende muchísimo y dan voz a temas que no aparecían en televisiones o periódicos. La extrema derecha esa derecha salvaje no es nueva y ha reaparecido con fuerza. Pienso como el autor Gregorio Morán, que la nueva salvaje oleada de estos fascistas no son un peligro, son ya una realidad y representa una parte de nuestra sociedad dispuesta a todo para encallarnos. A mí mismo me juzgan por tuitear, mientras ellos se permiten con impunidad total subir una fotografía de mi pareja y pedir que la violen en grupo.
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