Por Eduardo Nabal
Aunque escrito en un contexto principalmente anglosajón “Ensamblajes terroristas. Homonacionalismo en tiempos queer” aborda de forma valiente e interseccional las suficientes cuestiones y referidas a tantas partes del mundo como para ser un libro de referencia, más aún, en tiempos del “World Pride” y el capitalismo único como único modo visible de movilidad de los grupos oprimidos. Jasbir K. Puar joven activista sin pelos en la lengua analiza como determinadas formas de “normalización” de lo LGTB han conducido a la violenta exclusión de las minorías étnicas o a favorecer políticas como las de Israel o algunos estados de EEUU dando una falsa imagen de modernidad. La colonización de mentes y cuerpos, países y gobiernos, la redefición de formas de relacionarse bajo parámetros no heterosexistas, la no fiscalización de todo tipo de relaciones afectivas, el sentido simbólico o el doble sentido que se concede hoy a cosas como “el turbante”, “la frontera”o a palabras como “la raza” o “la privacidad” o “el terrorismo” son algunos de los muchos puntos del análisis feminista, queer, antirracista y poscolonial de la autora, dispuesta a romper tabúes incluso levantando algunas ampollas en el movimiento LGTB asimilacionista o un feminismo institucional y de carácter racista. Capítulos como “La sexualidad del terrorismo” o “El turbante no es un sombrero” nos ponen ante realidades sangrantes, algunas vividas por la propia autora, en las que se utilizan los tópicos sobre otras culturas como herramientas de tortura y subordinación de países sometidos económicamente o el valor simbólico que se concede a determinadas formas de masculinidad o feminidad consideradas hegemónicas y hoy descontextualizadas. Documentado y no exento de agudas polémicas y heridas abiertas “Ensamblajes terroristas” denuncia no solo el sexismo y la homofobia sino también el conservadurismo de ciertos discursos contemporáneos al servicio del militarismo racista. Puar ha construido una enorme caja de herramientas que a partir de ejemplos concretos se convierte en una máquina de guerra para descolonizar y repensar la “queeridad” universal.
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