Por José Antonio Martín Acosta
La prisa tiene los pies de plomo
A menudo correr hace que te quedes
En el mismo sitio
Si has visto amanecer
Y se enciende tu costado
Por los dolores del mundo
Si encuentras en cada injusticia
Un motivo para seguir luchando
Tan lejos que te encuentres
Te acabarás encontrando conmigo
Si has luchado contra gigantes
Y has perdido
Si has recogido del incendio
Tan solo esperanza
Considérate amigo mío
Si sientes en ti
A aquellos que sufren
La injusta desproporción del oprobio
Si has aprendido a luchar
Con las palabras y los gestos
Y en tu frente caben todas las conjuras
Has de saberte siempre en equilibrio
Si remontas el remanso
Terco y pertinaz del río que te lleva
Como un enjambre al precipicio
Y bogas y nadas para salvar a los tuyos
Y dejas tu vida arrimada al impulso
Siente entonces que es bello
Tu instinto
Que puede tu fuerza
De debe tu aire
Que surte tu voluntad
Que nada es subterfugio
Eres un paria de este mundo
Un ingenuo adorador del fuego
Un ser humano
Que con sus manos ama y acaricia
Un alma que odia
Las almas devastadas
Y el silencio de los justos
Has de saber hermana
Has de saber hermano
Que tan lejos que te encuentres
Has de encontrarte conmigo.
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