En Nueva Revolución charlamos con Fademur: » Las mujeres necesitan ser independientes económicamente y en el rural encontramos más dificultades para ello»

Por Daniel Seixo

En Nueva Revolución charlamos con la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (Fademur), una organización  que lucha por alcanzar la igualdad y el progreso de las mujeres que viven y trabajan en el medio rural. Con ellas hablamos sobre violencia machista, el futuro del medio rural y la integración de las mujeres en ese entorno.

Resultado de imagen de fademur¿Cómo es la vida de la mujer en el mundo rural?

Por ejemplo, en el caso de la violencia machista, se ven claras esas diferencias que pueden pasar inadvertidas vistas desde fuera. Una de las grandes diferencias cuando hablamos de mujeres del mundo rural, es que vivimos en zonas más pequeñas, zonas en las que todo el mundo se conoce y ese control social en muchos casos dificulta o directamente impide el dar el paso para poder denunciar. Algo que desde Fademur queremos revertir, necesitamos implicar a todas las personas en el aislamiento del maltratador y la protección de las víctimas. Las mujeres necesitan ser independientes económicamente y en el rural encontramos más dificultades para ello. Hay muchas explotaciones familiares que se dedican a la agricultura o la ganadería en las que las mujeres aunque están presentes en el día a día y participan y cotizan a la Seguridad Social, no figuran como explotaciones de titularidad compartida y por tanto no tienen esos derechos individuales plenamente reconocidos. También a la hora de emprender por ejemplo, que es la principal alternativa en el rural, todavía existe demasiada burocracia y demasiados obstáculos que complican las iniciativas para iniciarse en el trabajo por cuenta ajena. Con lo cual, podríamos señalar que las dos grandes características o las mayores diferencias entre el ámbito urbano y el rural, se dan en las mayores dificultades en el ámbito rural de cara a lograr ser económicamente independientes y el hecho de vivir en sociedades más pequeñas, más aisladas y con menor acceso a los recursos.

¿Qué papel juegan las mujeres en la estabilidad y el desarrollo del mundo rural?

Un papel determinante. Sin nosotras, el mundo rural no tienen futuro. Un futuro en el rural, pasa por aplicar una perspectiva de género a la España vaciada. Al final, cuando las mujeres nos marchamos del mundo rural, eso supone el principio del fin de los pueblos, se trata de ponerle una fecha de caducidad a todo un entorno. El medio rural tiene que contar con las mujeres para llegar a ser sostenible.

¿Existen alternativas de futuro?

Por supuesto, muchas. Hay muchas mujeres que apuestan por quedarse en el rural, pero para esto necesitan que se atiendan sus demandas de cara a lograr que la vida sea más sencilla. Hasta ahora estábamos acostumbrados a ver a mujeres super abnegadas, capaces de trabajar y sacar adelante a su familia con poco o nada, pero las que venimos detrás, ya no podemos estar dispuestas a llevar esa vida porque sí. Nos deben escuchar y garantizarnos oportunidades laborales, simplificar la burocracia y hacer más sencillo el emprendimiento en este ámbito. Necesitamos también que los servicios lleguen al rural, no podemos seguir asumiendo ser ciudadanas de segunda. Nos queremos quedar, pero necesitamos trabajo, servicios e infraestructuras. Necesitamos que todo esto también sea planteado en perspectiva de género.

La propia ONU pide incidir en el modelo de agricultura familiar frente al modelo de las grandes explotaciones, un modelo que termina alquilando a las trabajadoras del rural como mano de obra barata para sus intereses. Únicamente el primer modelo garantiza que la gente se pueda quedar en el rural con unas condiciones de vida dignas y unas condiciones de vida dignas también implica unos precios dignos por nuestros productos. La libre competencia no puede suponer nuestra depredación, si existe un salario mínimo para unos, debería de existir un salario mínimo para otros o por lo menos unos precios mínimos.

Es un debate en el que resulta difícil entrar, algunos pretenden poner por delante la libre competencia, poner por delante excusas que están destruyendo el sector primario y dejándonos en una situación muy complicada. Como ciudadanos, nos están impidiendo acceder a productos ecológicos, cercanos y de calidad. No es normal traer frutas u hortalizas de Perú, Chile o Sudáfrica, ¿tan preocupados que decimos estar por el cambio climático y nos traemos nuestros alimentos de la otra parte del mundo? No tiene sentido, deberíamos recuperar el comercio de proximidad y con ello recuperaríamos sabores. Cualquier parecido de una fruta que se pasa días en una cámara frigorífica hasta llegar a nuestro país con algo real, es pura coincidencia. Debemos recuperar unos productos y una alimentación cercana y de calidad. Con ello recuperáremos también un futuro para nuestro medio rural. Todo esto se trata simplemente de voluntad política.

Necesitamos implicar a todas las personas en el aislamiento del maltratador y la protección de las víctimas

¿Es el medio rural un medio especialmente masculinizado?

Sí, lo dicen las propias estadísticas. En el medio rural hay más hombres que mujeres, en demasiadas ocasiones las mujeres nos encontramos con obstáculos para vivir en el rural, no tenemos esa independencia económica, faltan servicios públicos y eso nos lleva a afrontar un sobre trabajo en las labores de cuidado difícilmente asumible… Hay mujeres que ante esto se replantean seguir su vida en el rural o directamente se mudan a municipios más grandes o con mejores servicios. Tenemos por tanto un medio rural en el que muchas mujeres deciden irse y con ellas en muchos casos se llevan a su familia si es que han llegado a formarla. Esto propicia un medio rural más masculinizado, envejecido y sin duda condenado a morir.

¿Se cumple en la actualidad la Carta para la Igualdad de Oportunidades de la Mujer Rural?

Existe mucha legislación y mucha declaración de intenciones, pero a la hora de la verdad, esa igualdad no llega. Podríamos comenzar por señalar que lo primero que no se cumple es la Constitución, aquello de que todos los ciudadanos somos iguales… Puede que seamos iguales, pero no accedemos a los mismos servicios y a los mismos recursos igualdad de condiciones.

¿Resulta especialmente complicado conseguir una igualdad real en este entorno?

Sí no pasamos a la acción sí. El diagnostico está muy elaborado y es muy consensuado, la agenda política ahora mismo contempla la lucha contra el despoblamiento y habla del mundo rural, pero necesitamos acción. Necesitamos definir de una vez por todas medidas a todos los niveles que garanticen un plan con una dotación presupuestaria suficiente que consiga cambiar las cosas. Esto no es un problema solo del rural, sino que es un problema del conjunto de la sociedad. Ya estamos comenzando a ver condiciones de vida muy complicadas en las ciudades que adelantan que quizás ya no sean capaces de absorber a toda la población que abandona el rural. Debemos de reflexionar si queremos ser un país con un territorio vertebrado en el que la gente pueda vivir o queremos seguir concentrando al conjunto de la población en grandes núcleos y que sea lo que tenga que ser…

Creo que esa es una mala alternativa, solo tenemos que poner como ejemplo de esta situación Ourense, observar el abandono del rural que en este entorno se está produciendo desde hace años y atender a los grandes incendios que se han venido produciendo y que se ven claramente agravados por el abandono del rural.

Sin duda Galiza supone un claro ejemplo de la importancia de la vertebración del medio rural

Exacto, hablamos mucho del cambio climático y un rural vertebrado tiene mucho que decir en este punto. Hay gente que se quiere quedar en el rural, démosle facilidades para ello.

¿Cómo es la integración en la actividad socioeconómica de las mujeres en el mundo rural?

Hay muchas mujeres que colaboran en las explotaciones agrarias cotizando a la Seguridad Social, pero en muchas otras ocasiones, lo hacen como ayuda familiar invisible, ni siquiera cotizan y ni mucho menos acceden a la totalidad de sus derechos por el trabajo que ejercen. En demasiadas ocasiones las mujeres siguen figurando como mano de obra familiar porque la titularidad de la explotación está a nombre de su marido, con lo cual a la hora de la verdad, ellas no tienen ingresos propios, no tienen derechos de la PAC, no tienen realmente nada.

Resulta necesario una intervención urgente, retomando e impulsando de forma real la figura de la titularidad compartida, que ha sido una reivindicación histórica por la que nos felicitamos todas y todos, aprobada por unanimidad en el año 2011 y que se ha guardado durante muchos años en un cajón sin que nadie la difundiese. Vamos a pensar realmente en unas explotaciones viables y con futuro para que se reconozcan nuestros derechos y tengamos acceso a una vida mejor. La fórmula lógica para alcanzar estos objetivos es una titularidad compartida. Vamos a tratar de potenciar esta alternativa y garantizar que la normativa se aplique de la mejor forma posible.

Además de las mujeres que se dedican a la ganadería y a la agricultura, hay muchas otras mujeres que logran poner en marcha otros proyectos, en muchas ocasiones se trata de iniciativas relacionadas con la transformación agroalimentaria… Todo tipo de proyectos que además están teniendo muy buena aceptación, pero que se encuentran con dificultades para acceder al mercado. También tenemos mujeres que se inventan de alguna manera su propio trabajo, analizando y detectando las necesidades de su territorio, mujeres que atienden el cuidado de personas menores y mayores en el rural. Siempre existe la capacidad de encontrar nuevas fórmulas.

Por otra parte, si existiesen unas buenas comunicaciones en el medio rural, no sería necesario que todos viviésemos en el lugar en el que se encuentra la sede de nuestra empresa. El teletrabajo podría ser una alternativa para devolver vida al rural, al mismo tiempo que descongestionamos el ámbito urbano. Pero claro, para esto resulta necesario mejorar las telecomunicaciones en el mundo rural.

En demasiadas ocasiones las mujeres siguen figurando como mano de obra familiar porque la titularidad de la explotación está a nombre de su marido

¿Cómo encaran la negociación de una nueva Política Agraria Común (PAC)?

Principalmente exigiendo que la PAC también tenga una perspectiva de género, porque la propia agenda de la Unión Europea habla de garantizar la igualdad de oportunidades y sin duda eso exige diseñar todas las políticas públicas con perspectiva de género. Algo que por otra parte llevamos años denunciando.

Hemos mantenido todo tipo de reuniones a nivel estatal y también comunitario, necesitamos garantizar el seguir avanzando en igualdad de oportunidades. La realidad nos dice que las explotaciones de mujeres son más pequeñas, tienen más dificultades para acceder al crédito y también más dificultades de cara a lograr acceder a la formación y a la innovación tecnológica. Por ello tenemos que actuar para garantizar que podamos competir en igualdad de condiciones.

¿Afrontan especialmente solas las mujeres del mundo rural las labores de cuidados de los niños, los ancianos y los enfermos en el núcleo familiar?

Lo que sin duda alguna debería suponer un nicho de trabajo importante y una oportunidad de empleo, no es visto como tal. Necesitamos formar a profesionales para estas labores y para ello necesitamos adecuar las instalaciones y la normativa para que esto sea posible. Las condiciones actuales han sido diseñadas en las grandes ciudades y no se ha tenido para nada en cuenta el mundo rural, aquí no tienen sentido algunas de las especificaciones de cara a poder facilitar la formación de las personas que se quieren incorporar a este sector productivo.

Efectivamente, ahora mismo la atención a las personas dependientes recae especialmente sobre las mujeres. Cuando no hay recursos públicos para ayudar en estas labores, esta tarea recae especialmente sobre las mujeres. Por esto mismo, resulta tan importante crear los servicios que permitan formar a profesionales que atiendan a niños y ancianos en el rural. En el rural la población envejecida quiere quedarse hasta el último momento en su casa. Aquí las fórmulas de la ciudad no son válidas, peor estas necesidades tienen que ser vistas no como un impedimento, sino como una oportunidad para crear nuevos puestos de trabajo.

Cuando las mujeres nos marchamos del mundo rural, eso supone el principio del fin de los pueblos

¿Existen demasiados tópicos acerca de la mujer en el mundo rural?

Infinitos y luchar contra estos tópicos es una de las obsesiones de Fademur. Seguimos pensando en las mujeres del rural como mujeres resignadas y para nada esto es así. Las mujeres del rural cada día se encuentran más empoderadas y comprometidas para lograr cambiar lo que hemos heredado y nos ha tocado vivir. Estamos comprometidas para aportar nuestro punto de vista de cara a que el rural tenga futuro. Nosotras hemos demostrado que somos capaces de emprender y sacar adelante proyectos en lugares por los que nadie apostaría nada.

¿Sigue siendo el medio rural invisible para las instituciones?

Depende mucho de la Comunidad en la que nos encontremos. Pero por norma general, necesitamos un impulso que incida realmente en la vida de las personas que residen en el ámbito rural. Hemos diseñado nuestras políticas para las personas que viven en las ciudades, pero esto necesita cambiarse. Pienso por ejemplo en la sanidad, no tiene sentido seguir aplicando un modelo de ciudad a la realidad actual del rural, para esto no sería necesario más que poner en práctica métodos que ya se usan en otros países. La tecnología hoy en día lo hace posible, pero claro, para eso también tendríamos que penar en un proyecto que logre acercar la tecnología a la vida de las personas y garantizar que llegue a todo el territorio y no solo a las grandes ciudades.

¿Qué soluciones consideran deberían implementarse de manera urgente desde esas mismas instituciones?

Repensar los servios y la forma de ofrecerlos, garantizar un acceso en condiciones de igualdad, no en la misma forma que en lo urbano, pero sí en igualdad. También resulta indispensable garantizar los medios materiales para que la gente se pueda quedar. Son muchas las mujeres que tienen iniciativa y proyectos realmente válidos, pero necesitan encontrar facilidades de cara a lograr permanecer en el rural. Debemos repensar seriamente la normativa actual de cara a facilitar las cosas en el mundo rural.

Tenemos muchas iniciativas en materia agrícola, en ganadería y en productos elaborados. Productos que cuando acceden al mercado, son muy demandados, ya que rompen con la uniformidad en la que estamos cayendo, pero le tenemos que dar la oportunidad de acceder a un mercado que existe y que tiene demanda.

¿Están las victimas de violencia machista más desprotegidas en el ámbito rural?

Sin duda, el propio informe del Consejo General del Poder Judicial así lo señala. Las víctimas de los municipios más pequeños están claramente más desprotegidas. Existe un menor acceso a los recursos, hay una menor posibilidad de cara a garantizar un anonimato real que anime a acceder a esos recursos, mayores dificultades para garantizar el acceso a la información…

Por lo tanto, ser víctima en el medio rural, significa tratar de salir de esa situación en desigualdad de condiciones. El propio Pacto de Estado contra la Violencia de Género hace un mayor énfasis a la hora de abordar la lucha contra la violencia de género en el mundo rural.

Tenemos el ejemplo del banco de tierras en Galiza, una iniciativa que el Partido Popular de Galicia recupera para la gran empresa y a la que se opuso firmemente durante el bipartito, cuando el BNG decidió sacar adelante esta iniciativa

Llevamos pidiendo esta medida veinte años, veinte años durante los cuales está funcionando en Asturias. Pero claro, ahora ya tenemos otra estructura en el territorio, se han cargado el sector y parece que la alternativa es que vengan las multinacionales a gestionar nuestra tierra

Pareciese que han esperado al momento justo

El caso del campo gallego… Es terrible.

Un futuro en el rural, pasa por aplicar una perspectiva de género a la España vaciada

¿Resulta más complicado en estos ámbitos conciencias y movilizar a la población contra los diferentes machismos?

Resulta complicado abordar el tema de la violencia de género en general. Creo que este tema es complicado en el mundo rural y en el urbano, simplemente en el mundo urbano existen más posibilidades a la hora de acceder a la información con mayor anonimato, con lo que quizás la gente se siente más libre. En el mundo rural tienes que buscar las formulas, quizás tratando de impregnar otros temas con la perspectiva de la violencia de género y no hacer tantas convocatorias especificas con este tema. En el ámbito rural tenemos que abordar este tema de una forma diferente para que la gente se vea claramente reflejada en esta problemática.

A lo largo del pasado año pudimos comprobar la especial indefensión ante la violencia de género entre las trabajadoras temporeras, ¿se ha mejorado algo en este sentido? ¿existe sorodidad con estas compañeras?

Lo que nos trasladan las compañeras de Andalucía, es que sí se ha abierto un debate para intervenir en este asunto y de este modo garantizar a que quines vienen a nuestro país a los mismos derechos que al resto de compañeras. Es intolerable que quienes vienen a este país a trabajar sufran este tipo de agresiones injustificables. Nosotras desde el primer momento exigimos que toda la fuerza de la ley caiga sobre las personas que pretenden aprovecharse y abusar de estas mujeres.

Las compañeras me han trasladado que se ha abierto una reflexión y se han diseñado protocolos para esto, tenemos que garantizar que este tipo de situaciones se investiguen investigar y que caiga hasta el último responsable. El feminismo es internacionalista, por ello debemos de aspirar a mejorar y proteger la vida de todas las mujeres, no podemos asistir a este tipo de situaciones de forma impasible.

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