Elecciones en Nicaragua y los intentos por subvertir su soberanía

El Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) enfrenta, durante los procesos electorales en Nicaragua, a una oposición local e intereses extranjeros representados por Estados Unidos, la Unión Europea y mecanismos regionales como la Organización de Estados Americanos (OEA).

Por Danay Galletti Hernandez

En declaraciones a Prensa Latina, el académico Leonardo González aseguró que los comicios del 2006, en los cuales resultó vencedor Daniel Ortega, constituyeron una nueva experiencia o paradigma político frente a la sistemática campaña antisandinista y de terror, mediada por la injerencia foránea.

La cruzada contra ese movimiento de izquierda difundía la visión estigmatizada de que el FSLN no podía ejercer el poder, transformar la realidad o asumir iniciativas públicas en tiempos de paz, si bien desde hace 14 años impulsan un amplio programa de transformaciones sociales y económicas.

De acuerdo con el docente de la Facultad de Humanidades y Ciencias Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-Managua) en 2006 el Frente conquistó el poder por la vía comicial con las ‘reglas de juego’ establecidas por la derecha, sus magistrados, leyes y reformas electorales.

El investigador mencionó la existencia de dos tipos de oposición: una que mantiene el cauce jurídico-institucional, con el respeto al resultado de los comicios, y otra abocada en desvirtuarlo desde mecanismos internacionales, esta última ausente de las elecciones de 2021 tras cometer delitos penales.

‘Nosotros sabemos cómo actúan los observadores internacionales, con la imposición de sus criterios y el irrespeto a la soberanía. Ningún ciudadano nicaragüense puede ceder su autonomía al servicio de una potencia extranjera, eso es calificado en el país como traición, sancionado y juzgado por el estado’, explicó.

Carlos Manuel García, técnico electrónico y militante del FSLN desde 1977, advirtió a Prensa Latina sobre los intentos desestabilizadores pues ‘al no contar con candidatos para un posible triunfo electoral, asumen una táctica similar a la de Bolivia, pero no cuentan aquí con el respaldo de las fuerzas armadas y la policía’.

El activista del sandinismo aludió al golpe orquestado en noviembre de 2019, tras la reelección del mandatario indígena Evo Morales y la llegada al frente del gobierno de facto de Jeanine Añez y apuntó que esas maniobras comprenden la creación de grupos subversivos bajo la fachada de la democracia.

‘La administración norteamericana y sus aliados nacionales y foráneos destinan recursos a la organización de actos como las manifestaciones del 18 de abril de 2018, con el propósito de estimular un estallido social mediante el uso de algunas debilidades administrativas, el descontento y la violencia’, apuntó.

¿Qué caracteriza a la cruzada comunicacional antisandinista?

Los medios y partidos contrarios al actual gobierno utilizan el encarcelamiento de, al menos, una treintena de líderes opositores para ensombrecer o desconocer la elección el 7 de noviembre del presidente, vicepresidente, 90 diputados a la Asamblea Nacional y 20 al Parlamento Centroamericano.

‘Los partidos políticos incluidos, intervienen no para acompañar la esperanza, reorganización y fortalecimiento del poder ejecutivo y legislativo, sino con el propósito de mantener jurídicamente su organización partidista, tras la obtención de un porcentaje en el proceso comicial’, reconoció González.

A su juicio, esos grupos no representan los intereses de la mayoría pues, según encuestas aplicadas en los 16 departamentos del territorio centroamericano, el FSLN ostenta más del 70 por ciento de aceptación, legitimidad y apoyo, ‘para nosotros esa es la única opción que mantendría la dignidad, libertad, paz y desarrollo’, señaló.

Igualmente, aseveró que hoy ninguno de los partidos de derecha ofrece programas reales y recordó que, con la reforma constitucional de 2014, la democracia, además de representativa, incorporó los términos de directa y participativa, aplicada para todos los ciudadanos, sin distinción de ideología política, en los 153 municipios.

‘La campaña de deslegitimación comenzó en 2006 con el desconocimiento al resultado; tampoco la OEA, la Unión Europea y los demás actores involucrados reconocieron la reelección de 2011. En 2009 ocurrió la retirada del proyecto estadounidense conocido como Cuenta Reto del Milenio y otros donantes’, expresó.

Todas esas ayudas siempre fueron condicionadas, argumentó, bajo la permanencia de la democracia basada en el pensamiento europeo y ‘gringo’, la formación de defensores del modelo neoliberal, el manejo de los fondos por el sector privado y la imposición del Tratado de Libre Comercio, entre Centroamérica y Estados Unidos.

Este 2021, además del FSLN, participan en las elecciones el Partido Liberal Constitucional —en el poder desde 1996 hasta 2006 con Arnoldo Alemán y Enrique Bolaños—, Camino Cristiano Nicaragüense, Partido Alianza Liberal Nicaragüense, Partido Alianza por la República y Partido Liberal Independiente.

Triunfo electoral del sandinismo

Una vez asumió la presidencia el 10 de enero de 2007, Ortega retomó las posturas históricas del Frente, asumió la Constitución de 1987 y devolvió a la sociedad nicaragüense el carácter gratuito de la salud y la enseñanza, derecho obviado durante 16 años de gobiernos neoliberales.

La miseria y pobreza institucionalizada y la ausencia de carreteras, escuelas y hospitales resultaron las consecuencias más palpables de la mala gestión presidencial en los años ’90 del siglo pasado y, sumado a ello, la educación pública superior carecía de presupuesto.

En los últimos 14 años, Nicaragua afianzó su inserción en organismos regionales, pues el triunfo del sandinismo aconteció en paralelo a la consolidación de un nuevo eje anticolonialista conformado por líderes como los mandatarios Hugo Chávez, de Venezuela; Luiz Inácio Lula da Silva, en Brasil, y Néstor Kirchner, en Argentina.

González mencionó algunos cambios sociales de este periodo, por ejemplo, el incremento en el acceso al servicio eléctrico y agua potable de un 60 por ciento a un 98 por ciento de la población; el incremento de centros hospitalarios de 12 a 50 y una adecuada ejecución en préstamos internacionales respecto al impulso de políticas públicas.

‘Nicaragua siempre ha estado en el centro de las disputas regionales por su geografía y recursos. En abril de 2018, la extrema derecha con el respaldo de Estados Unidos vino por el Estado y el poder y encontraron al pueblo en defensa de su soberanía’, concluyó.

Para estas elecciones, con una participación prevista de más de cuatro millones de ciudadanos, el FSLN encabezado por el presidente Ortega y la vicemandataria Rosario Murillo, apuestan por un Plan Nacional de lucha contra la pobreza y a favor del Desarrollo Humano, entre los años 2022 y 2026.

Prensa Latina

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