El EZLN convocó para hoy a una jornada mundial de solidaridad con los pueblos autónomos de Chiapas, en el sureste mexicano, que son atacados por paramilitares y sicarios cada vez con más frecuencia
Chiapas está al filo de una guerra civil. Eso grita, por estos días, la garganta del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), desde el sureste mexicano. En un comunicado difundido a finales del mes pasado, el EZLN explicó que la situación de violencia es debido a la presencia cada vez mayor de paramilitares y sicarios de diferentes cárteles del narcotráfico, “que se disputan la plaza y grupos de autodefensas, con la complicidad activa o pasiva de los gobiernos de Rutilio Escandón Cadenas y Andrés Manuel López Obrador”.
El alerta lanzado por el zapatismo y sus bases de apoyo se produjo luego de que, el 22 de mayo, paramilitares de la Organización Regional de Cafeticultores de Ocosingo (ORCAO) lanzaran un ataque armado en contra de la comunidad de Moisés y Ghandi, en Chiapas. Durante el hecho, resultó gravemente herido el zapatista Jorge López Santíz.
En el comunicado, firmado por más de 800 personalidades de todo el mundo y organizaciones políticas y sociales, se recordó que el EZLN “ha mantenido la paz y ha desarrollado su proyecto autonómico en sus territorios”, al mismo tiempo que “ha tratado de evitar el choque violento con paramilitares y otras fuerzas del Estado mexicano”. Pese a esta postura, denunciaron que el EZLN “es hostigado, agredido y provocado constantemente”.
Entre les firmantes del texto, se encuentran el intelectual y lingüista estadounidense, Noam Chomsky; la ex candidata presidencial de México, María Jesús Patricio Martínez; el filósofo Michael Hardt, el sociólogo Yvon Le Bot y los actores Diego Luna y Gael García, entre otres.
En el comunicado, el EZLN dejó en claro que “el ataque de la ORCAO no es un conflicto entre comunidades, como lo caracterizaría Carlos Salinas y como seguramente pretenderá hacerlo López Obrador. El ataque es responsabilidad directa del Gobierno de Chiapas y del Gobierno Federal”. A su vez, explicaron que la administración del Estado del sureste mexicano solapa “el crecimiento de grupos criminales que han hecho que Chiapas pasara de una relativa tranquilidad a ser un foco rojo de violencia”. Al referirse al Poder Ejecutivo, el EZLN lo acusó de “guardar silencio y pasividad ante la evidente situación del sureste”.
“¿Por qué ataca la ORCAO a las comunidades zapatistas? –se preguntaron les zapatistas- Porque pueden. ¿Por qué lo permite el gobierno de Rutilio Escandón? Porque, en el Chiapas de arriba, gobernar significa bañarse con sangre indígena. ¿Por qué guarda silencio López Obrador? Porque el gobernador de Chiapas es cuñado de su muy querido secretario de gobernación, Adán Augusto López, porque, como sus antecesores, no soporta que un grupo rebelde sea el referente de esperanza y dignidad, porque necesita justificar una acción militar para ‘limpiar’ el sureste y por fin poder imponer sus megaproyectos”.
Semanas antes de conocerse la posición del EZLN, organizaciones como el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas (Frayba) advirtieron sobre “la descomposición del tejido social en distintas partes de Chiapas, con enfrentamientos entre los Cárteles de Sinaloa y el Cártel de Jalisco Nueva Generación que se disputan el control de la frontera con Guatemala, reclutamiento forzado de jóvenes, desplazamiento de miles de personas de sus comunidades, asesinatos y bloqueos de vialidades, junto a las problemáticas de antaño que persisten en la entidad como los conflictos religiosos y las disputas por tierras”, según informó el portal mexicano Sin Embargo.
En el comunicado, también se reprodujeron las exigencias ya presentadas por el Congreso Nacional Indígena (CNI), entre las que destacan que “se garantice la salud del compañero Jorge y que se le brinde toda la atención necesaria y por el tiempo que se requiera”, “que se detenga el ataque armado contra la comunidad Moisés Gandhi y sea respetado su territorio autónomo” y que “sean castigados los autores materiales e intelectuales de estos ataques paramilitares”. A su vez, se demandó el desmantelamiento de “los grupos armados mediante los cuales se mantiene activa y creciente la guerra contra las comunidades zapatistas”. Por último, se reclamó “la libertad inmediata de Manuel Gómez, base de apoyo del EZLN, de cuyo injusto encarcelamiento no nos olvidamos”.
Debido a la situación de represión en Chiapas, el EZLN y sus bases de apoyo convocaron para hoy a una jornada internacional de solidaridad para denunciar lo que sucede. En Argentina, los grupos solidarios con el zapatismo convocaron a un acto para el viernes próximo, a partir de las 12 de mediodía frente a la embajada de México en Buenos Aires, ubicada en la calle Arcos 1650.
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En el llamado a participar en las actividades, les organizadores expresaron que “el movimiento zapatista sigue siendo un ejemplo de lucha, autonomía y dignidad que quieren acallar con ataques de los narco-paramilitares y la represión del gobierno de Andrés Manuel López Obrador”. También advirtieron sobre el polémico proyecto del Tren Maya, que permitirá “abrir los caminos del extractivismo y la contrainsurgencia en el sureste mexicano”.
Desde su levantamiento en armas el 1 de enero de 1994 contra el gobierno neoliberal del entonces presidente Carlos Salinas de Gortari, el EZLN logró consolidar un total de 43 territorios en Chiapas, que se rigen por el autogobierno y tienen sus propias leyes y autoridades autónomas. El reclamo originario del zapatismo, que reza “democracia, libertad, tierra, paz y justicia”, tres décadas después, todavía no fue resuelto por las autoridades mexicanas.
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