Neoliberalismo cannábico

Por Daniel Seixo

La ilegalidad del Cannabis es indignante, un impedimento para la utilización plena de una droga que ayuda a generar la serenidad y el entendimiento, la sensibilidad y el compañerismo que tan desesperadamente hacen falta en este mundo cada vez más loco y peligroso.

Carl Sagan

«El comerciante no vende su producto al consumidor, vende el consumidor a su producto. Mejora o simplifica su mercancía, si no que se degrada y simplifica al cliente.«

«En general la resistencia está en manos de aventureros que se proponen superar y desplazar a los jefes actuales.«

William Burroughs

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«En España el proceso para conseguir una concesión para el cultivo de cannabis no es claro y está sujeto a “particularidades que se puedan producir en cada caso concreto”. Situación que se une a una burbuja especulativa internacional. A esto se suman presiones de multinacionales a los Gobiernos para conseguir una regulación a medida de sus intereses, sin tener en cuenta las necesidades de las personas.«

Hace un año el Observatorio Europeo del Cultivo y Consumo de Cannabis acudía a Monsanto Cartagena, para presentar el informe licencias 2019. Hoy, un año después, este grupo multidisciplinar de expertos, sin ánimo de lucro, dedicado al estudio del cannabis y a proponer alternativas a los modelos legales actuales, presenta el informe licencias de 2020, alertándonos acerca de la opacidad y los intereses lobbistas que parecen marcar a pasos agigantados el camino de la futura regularización del cannabis en el estado español.

En medio de las protestas generalizadas del mundo rural, achacando a intermediarios y grandes corporaciones un papel fundamental en el desequilibro que vive la agricultura española y europea, el informe 2020 acerca de la «Licencias para cultivar cannabis en España y la burbuja especulativa internacional» pone precisamente su foco en factores como la falta de transparencia nacional en la elaboración de un plan a futuro con el mercado del cannabis, la existencia de una burbuja especulativa internacional o las malas practicas de unos lobbys que atraídos por un posible mercado de miles de millones de euros en estado español, buscan ejercer su poder en un proceso de negociación y estructuración de una futura regulación del cannabis en España, que cada vez se aleja más de las necesidades del futuro consumidor y las pequeñas y medianas organizaciones canábicas, para abrazar, como es ya es costumbre en el marco neoliberal, a las grandes corporaciones y sus intereses particulares.

A la falta de transparencia en la regularización en España, se le suma ahora una burbuja cannábica internacional, con sobornos a funcionarios, conflictos de interés y numerosas malas prácticas

En la actualidad existen en el estado español tan solo ocho documentos con datos acerca de las licencias para el cultivo de cannabis en España, concedidas por la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS), en estos documentos, se pueden observar importantes contradicciones en datos básicos como número de licencias y adjudicatarios o la extensión cultivada. Datos que a día de hoy deberían resultar transparentes, pero que a falta de un proceso claro y detallado, dejan entre los cultivadores tradicionales, serias sospechas de lobbismo por parte de las multinacionales sobre los gobiernos con la intención de conseguir establecer en nuestro estado una regularización a medida.

Entre las diferentes trabas de acceso al cultivo tradicional, nos encontramos con la exigencia de una trazabilidad de las semillas de cannabis, un requisito que tras décadas de prohibicionismo y evolución en el mercado negro, resulta casi imposible de garantizar para los pequeños productores, dejando únicamente en manos de un grupo de grandes empresas la posibilidad de mediante costosos y polémicos estudios, intentar garantizar una trazabilidad que en la mayoría de casos se trata únicamente de nombres totalmente inventados y en otros muchos de obviedades y generalidades garantizadas con una firma pagada a precio de oro.

La trazabilidad de la semilla se ha convertido en una polémica e innecesaria barrera destinada a garantizar una situación de oligopolio en la concesión de licencias a favor de las farmacéuticas y las grandes multinacionales. Una situación que curiosamente perjudica gravemente al mercado español, un estado en el que el desarrollo y la investigación en el mundo del cannabis ha llevado a que muchos de sus bancos de semillas hayan sido reconocidos por los mejores criadores del mundo, llegando incluso a igualar o superar a los bancos de semillas holandeses que siempre habían supuesto un claro referente mundial gracias a las facilidades legislativas que les facilita el estado. Una vez más, sin sentido alguno, el interés de las multinacionales y el oscurantismo parecen prevalecer en el estado español frente a los propios intereses y a las posibilidades de desarrollo de la industria local.

A la falta de transparencia en la regularización en España, se le suma ahora una burbuja cannábica internacional, con sobornos a funcionarios, conflictos de interés y numerosas malas prácticas que han llevado a numerosa gente a arriesgar grandes cantidades económicas en un juego que parece a todas luces marcado de nuevo por la mano invisible del neoliberalismo. Así vemos como el reciente congreso Cannabis Europa, se celebra en esta ocasión en un hotel de cinco estrellas con una invitación directa a todos los grupos relevantes del Parlamento Español a participar y una falta absoluta de información acerca de su comité organizador e intereses.

Una futura regulación del cannabis en España, que cada vez se aleja más de las necesidades del futuro consumidor y las pequeñas y medianas organizaciones canábicas, para abrazar, como es ya es costumbre en el marco neoliberal, a las grandes corporaciones y sus intereses particulares.

Si bien la regularización integral del cannabis, una sustancia perseguida y criminalizada que ha sobrevivido únicamente gracias a su testaruda comunidad de consumidores, debería atender con mayor premura al interés de los mismos y al de los pequeños productores locales, nos encontramos ante una clara apropiación de un mercado por parte de los intereses de las multinacionales y de la farmaindustria. Estamos inmersos en una clara fiebre del cannabis, en la que una serie de individuos y organizaciones multinacionales que ya han copado los mercados de países como Estados Unidos, Canadá o Colombia, pretenden ahora aterrizar en el estado español de cara a imponer su supremacía sobre un sector en el que organizaciones como el Observatorio Europeo Cultivo y Consumo Cannabis, parecen dispuestas a dar la batalla a un modelo industrial contra el que ahora mismo también están luchando muchos de los agricultores de nuestro país, arruinados por décadas de malas decisiones políticas y que han conllevado la socavación constante de nuestra soberanía económica. Y de nuevo nos econtramos ante el mismo procedimiento, las mismas presiones lobbistas y si no conseguimos evitarlo, las mismas consecuencias y miserias. Por ello, con la intención de avanzar de cara a un cannabis libre y no liberal, desde el Observatorio Europeo Cultivo y Consumo Cannabis, exigen que la política española atienda en su discurso a una serie de premisas indispensables de cara a una futura regularización en el sector:

■ Primero las personas. Décadas de luchas de las personas que usan y cultivan cannabis han conseguido que la regulación de la marihuana se convierta en una opción. Lo primero es atender las necesidades de estas personas y respetar sus derechos. Un mercado eficaz solo se creará con una regulación integral, que incluya los aspectos lúdico y medicinal.

■ Renovar la legislación sobre licencias. Es preconstitucional y está desfasada, debe ser sustituida por una regulación que permita autocultivo terapéutico individual y colectivo, además de fitofármacos de bajo coste. El OECCC detalla cómo realizar un sistema de licencias moderno en su documento de trabajo sobre la ley del cannabis medicinal y terapéutico.

■ Privilegiar al sector del cannabis español frente a la intervención de multinacionales del cannabis canadienses.

■ Aplicar las 23 propuestas de transparencia de Civio. Incluye la publicidad de agendas de altos cargos, diputados y senadores, y registros de lobby en el Gobierno y Congreso. También publicar con cada ley la huella legislativa completa, que incluya actores y documentos y cómo han afectado al texto final.

■ Intervención de la Comisión Nacional del los Mercados y la Competencia (CMNC) y de la Comisión Nacional del Mercado de Valores para investigar si se han dado prácticas contrarias a la competencia, así como desinformación a los inversionistas que han perdido dinero en el estallido de la burbuja de las multinacionales del cannabis.

2 Comments

  1. Ante todo, gracias por su comentario. Los consumidores de cannabis, son un colectivo, diverso, pero colectivo al fin y al cabo, nadie habla de victimizar, sino de exigir derechos, derechos que por otra parte sobrepasan al ámbito del cannabis para situarse en el mercado y el consumo. Y me temo que le guste más o menos, en un estado de derecho, las decisiones políticas le dirán lo que tiene que hacer, el caso ahora es conseguir que el marco regulador atienda a sus necesidades y no únicamente a las de las grandes corporaciones. En cuanto al individualismo del colectivo, en mi experiencia, no es precisamente este un colectivo ajeno a las luchas desde agrupaciones o asociaciones de muy diversa índole.

  2. Los consumidores de cannabis no somos una comunidad ni una minoría a la que proteger. Solo somos otro grupo más de personas luchando por nuestro derecho a que ningún político nos diga qué hay o no que hacer. Gracias por la difusión del Observatorio y su estudio pero nada de acuerdo con victimizar ni colectivizar un grupo social tan heterogéneo e individualista como la propia naturaleza humana.

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