El relativismo lingüístico

Por Susana Gómez Nuño

Básicamente, el relativismo lingüístico defiende la relación entre pensamiento y lenguaje, de forma que el primero depende del segundo. Dicho en otras palabras, la lengua que hablamos configurará nuestra visión del mundo. Esta cuestión puede, además, abordarse desde diferentes puntos de vista.

Remontándonos a Wundt encontramos su propuesta basada en la lengua como vehículo de traducción del pensamiento en las diferentes comunidades. Por otro lado, la correspondencia entre la lengua y el carácter de un pueblo también habían sido planteadas por Herder, el cual postulaba el lenguaje como una forma de pensamiento a la vez que, en cierta manera, lo limitaba. Humboldt, por su parte, expone su creencia de que cada lengua posee una visión del mundo propia e introduce el termino “nación” como sinónimo de comunidad lingüística y considera el pensamiento individual como algo dependiente del “espíritu de la nación”.

No obstante, el relativismo lingüístico suele designarse con la “hipótesis Sapir-Whorf”, aunque como veremos a continuación, estos dos autores no defienden las mismas tesis.

Según Sapir, el lenguaje cumple una función de representación y pasa a ser un instrumento en el ámbito del pensamiento

Sapir retoma las cuestiones acerca de la correspondencia entre la lengua y el carácter de un pueblo, que ya habían sido planteadas, en su día, por Herder y Humboldt, y establece que el lenguaje es un instrumento para la comunicación. Esto implica que las personas que deseen comunicarse mediante una lengua deberán negociar un conjunto de convenciones que posibilitarán esa comunicación. De este modo, el lenguaje cumple una función de representación y pasa a ser un instrumento en el ámbito del pensamiento.

Así pues, Sapir defiende la idea de lenguaje como producto social, que refleja los intercambios que una comunidad, con una misma lengua, hace con la naturaleza, es decir, refleja las experiencias de las comunidades. Por otro lado, limita el lenguaje a los aspectos lexicales, dejando de lado los gramaticales. Sapir se interesa por conocer hasta qué punto influye el lenguaje, entendido como un reflejo de unas condiciones sociales y culturales concretas, en la manera como las personas perciben el mundo que las rodea. Es obvio que para este autor el lenguaje juega un papel muy activo en la formación de la imagen que tenemos del mundo.

Whorf afirmaba que el sistema de lenguaje influía en la manera de percibir la realidad, así como en el comportamiento de las personas

Por su parte, Whorf, discípulo de Sapir, dio un giro a las observaciones de Sapir originando, así, la hipótesis Sapir-Whorf, que postula dos puntos clave. El primero tiene en cuenta que las diferentes lenguas implican diferentes realidades y visiones distintas del mundo, con lo que no se pueden traducir entre ellas. El segundo nos habla de la influencia del lenguaje en el comportamiento individual de las personas que conforman una comunidad lingüística determinada. Después de algunas investigaciones, Whorf afirmaba que el sistema de lenguaje influía en la manera de percibir la realidad, así como en el comportamiento de las personas.

Para Whorf, la gramática de cada lengua “no es simplemente un instrumento que reproduce las ideas, sino que es más bien en sí mismo el verdadero formador de ideas”.  Aquí radica la principal diferencia con Sapir. La realidad social no solo se refleja en el léxico sino también en la gramática, que conlleva una visión del mundo que comparten todos los hablantes de una misma lengua. Por el contrario, hablantes de diferentes lenguas, pueden tener maneras de conceptualizar la realidad totalmente diferentes.

La diferencia fundamental entre la tesis de Sapir y Whorf es que el primero considera que el lenguaje influye en la manera de percibir la realidad, y el segundo cree que el lenguaje la crea a partir de una visión particular, incluida en la gramática, que es impuesta de forma obligatoria a los hablantes de una lengua

Las aportaciones de ambos autores han sido muy importantes en psicología, concretamente en psicolingüística, donde se han realizado numerosos trabajos experimentales relacionados con el léxico y la gramática, que han intentado dar respuesta a los tipos de relación entre la estructura de  la lengua y la estructura psicológica de las personas.

Los estudios que se han llevado a cabo se han fundamentado en el léxico y en los aspectos gramaticales. Respecto al léxico se han realizado diversos análisis relacionados con el color, ya que algunas lenguas disponen de muchos términos para designar colores mientras que otras poseen una escasa terminología para definirlos. Estos estudios, junto con otros similares referidos también al léxico, parecen confirmar la versión débil de la hipótesis Sapir-Whorf, es decir, la de Sapir, mostrando la influencia que las categorías léxicas ejercen sobre la concepción de la realidad por parte de las personas, sin llegar, no obstante, a determinarla.

Los trabajos experimentales basados en los aspectos gramaticales, como los estudios basados en comparaciones de diferentes lenguas a nivel gramatical, también nos muestran un apoyo empírico a la versión débil de la hipótesis Sapir-Whorf y nos sugieren la existencia de “una cierta influencia de las diferencias lingüísticas en las clasificaciones y en las tareas cognitivas de las personas.”

Estudios psicolingüísticos dan veracidad a la versión débil de la hipótesis de Sapir-Whorf, la cual plantea que el lenguaje, en su vertiente social, sin llegar a definir el pensamiento de los hablantes, sí influye en su percepción de la realidad

Contrariamente, los estudios experimentales no sustentan la versión fuerte de la hipótesis de Sapir-Whorf, que plantea que las lenguas son intraducibles, ya que cada una conlleva una visión particular de la realidad que se impone de forma obligatoria a los hablantes, de forma que su conocimiento se configura en base a la lengua que hablan.

En conclusión, las aportaciones de Sapir y Whorf a la psicología ha abierto las puertas a nuevos estudios y descubrimientos, sobre todo en el ámbito de la psicolingüística, donde parecen dar veracidad a la versión débil de la hipótesis de Sapir-Whorf, la cual plantea que el lenguaje, en su vertiente social, sin llegar a definir el pensamiento de los hablantes, sí influye en su percepción de la realidad, de forma que las personas de una misma comunidad lingüística tienen una visión particular del mundo.

En el siguiente video podemos ver un ejemplo claro de relativismo lingüístico que sustenta la versión débil de la hipótesis Sapir-Whorf. Los himba de Namibia tienen menos palabras para designar los colores, los cuales son observados e interiorizados de forma distinta a la nuestra.

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