Muchos medios de comunicación, periodistas y personas influyentes difunden bulos sobre estos menores para generar odio. Utilizan noticias falsas, vídeos de agresiones ocurridas en otros países, y datos inventados para alimentar el racismo.
Por Isabel Ginés | 12/07/2024
El racismo no se puede curar simplemente con mensajes, usar la educación y trabajo pedagógico es esencial. Es un problema profundo y estructural que requiere un esfuerzo constante para erradicarlo. Un niño con muchas oportunidades puede marcar goles en la final o semifinal de su vida, pero si la sociedad en la que crece está plagada de racismo, sus logros serán siempre cuestionados por el color de su piel o su origen. Y ponerlo de ejemplo es algo ilógico: el tiene todas las oportunidades. Y el nació en España y si madre es española. No tiene sentido compararlo y últimamente se hace mucho. Compararlo con Menas es ilógico y es un mensaje erróneo: respeto a cambio de gloria.
La palabra MENA significa Menor Extranjero No Acompañado y, lamentablemente, se ha utilizado para deshumanizar a menores de edad. La mayoría de estos menores son niños vulnerables que buscan una vida mejor. Aunque este término existe desde hace mucho tiempo, los sectores más extremistas de derecha y los fachas lo han adoptado con un uso despectivo y deshumanizador.
Muchos medios de comunicación, periodistas y personas influyentes difunden bulos sobre estos menores para generar odio. Utilizan noticias falsas, vídeos de agresiones ocurridas en otros países, y datos inventados para alimentar el racismo. Aunque hay casos de agresiones cometidas por extranjeros, también hay muchos cometidos por nacionales. Sin embargo, cuando algo sucede, se pregunta inmediatamente por la nacionalidad del agresor, relegando el delito a un segundo plano. Si alguien maltrata a una mujer o comete una violación, a algunos no les importa la víctima, sino el odio y racismo que pueden generar a partir de ese suceso. Solo preguntan si nacionalidad y cuando es de los suyos borran corriendo los tuits. Como si eso tapará lo vergüenza que es como ser humano.
Ser mala persona es así. Ser racista es así. En España, ser racista implica perpetuar el odio y el desprecio hacia los demás basándose en su origen o color de piel. Este odio hacia los menas es promovido en gran parte por la ultraderecha, que utiliza el miedo y la desinformación para dividir a la sociedad. Es fundamental luchar contra este discurso y trabajar por una sociedad más justa e igualitaria. Trabajando por el bien común. Por poner ejemplos… Los trabajos en residencias de ancianos, en el campo y en la construcción son realizados por miles de inmigrantes. Estos trabajadores a menudo ocupan puestos que muchos españoles no quieren o no están dispuestos a hacer, pero a pesar de esto, se les ignora y se les invisibiliza. Sus esfuerzos y su lucha por una vida mejor pasan desapercibidos. Lo que contribuyen o sufren igual.
Los MENAS, o Menores Extranjeros No Acompañados, son niños, niñas y adolescentes menores de 18 años que llegan a España sin la ayuda supervisión ni el cuidado de un adulto. Es la cruda y dura realidad de miles de jóvenes que se ven obligados a dejar sus hogares, huyendo de la pobreza, guerras, conflictos armados y graves violaciones de derechos humanos. Aunque son muy jóvenes, recorren las mismas rutas migratorias que los adultos, enfrentándose a múltiples violaciones de sus derechos en travesías que pueden durar meses y no saber si llegarán a buen término. Al llegar encima sin recibido con odio, agresiones y falta de oportunidades. Solo vienen por una vida mejor y se ven abocados al odio y la miseria moral de muchas de personas.
Estos menores no vienen a robar ni a aprovecharse de ayudas sociales. Vienen en busca de trabajo y una vida mejor, enfrentándose a una existencia difícil y solitaria. Luchan por dar un futuro mejor a sus familias, arriesgando sus vidas para llegar aquí. No son, como algunos afirman, el mayor foco de delincuencia. Las estadísticas oficiales demuestran que no hay una relación directa entre el aumento de menores migrantes no acompañados y el índice de criminalidad.
Hay que cambiar ya la criminalización de los inmigrantes y denunciar los delitos de odio. Es necesario acabar con los mensajes de odio, el fascismo verbal y el rechazo a quienes son diferentes.
Es fundamental cambiar la narrativa y la criminalización de los MENAS. Estos niños, niñas y adolescentes han dejado atrás situaciones de pobreza, violencia y violaciones de derechos humanos en busca de una vida mejor. No vienen a delinquir ni a aprovecharse de los recursos, sino a trabajar y contribuir a la sociedad. A estudiar, educarse y prosperar. Nadie deja su país porque quiere. Nadie se aleja de sus seres amados porque le apetece. Y menos si eres un niño o niña. Es muy duro dejar a tu familia, a tu patria y donde tienes tu mundo. Nadie debe olvidar el dolor de dejarlo todo atrás y empezar tu solo en un país que encima muchos te señalan. Más empatía y menos odio.
El racismo y los mensajes de odio dirigidos hacia ellos no solo son injustos, sino que también deshumanizan a quienes merecen protección y oportunidades. Es imperativo denunciar los delitos de odio y poner fin al discurso fascista que divide a la sociedad. Solo a través de la empatía, la comprensión y la solidaridad podremos ayudar a una sociedad justa para todos. Defender a los MENAS es defender los valores de humanidad y justicia que deben guiar a cualquier sociedad civilizada.
La gente no tiene memoria,y no recuerdan cuando tuvieron que partir de esta piel de toro por sus vidas.
De verdad la gente piensa que se meten en la mayor fosa común de ahora, el Mediterráneo, sin saber nadar y en malas condiciones, si lo que dejan atrás, no es peor que jugarse la vida en el mar?