El PSOE demuestra, una vez más, su total falta de coherencia en asuntos internacionales. Mientras se pliega sumisamente a los dictados de Marruecos, ignorando décadas de resoluciones de la ONU.
Por Héctor Bujari Santorum | 4/03/2025
El PSOE sobrepasa todas las líneas en el previo a la votación de la proposición de ley de SUMAR sobre la concesión de la nacionalidad española para los saharauis nacidos antes del ’76 en el territorio del Sahara español. Tomó la palabra el señor Sergio Gutiérrez, que argumentó que el procedimiento propuesto presentaba problemas jurídicos, lo cual es cierto, pero no por los motivos que este señor expone.
En particular, señaló que no consideraba adecuado que una entidad privada como el Frente Polisario, no reconocida por Marruecos.
El Frente Polisario es reconocido por las Naciones Unidas como el representante legítimo del pueblo saharaui en el proceso de descolonización del Sáhara Occidental. Desde la aprobación de la Resolución 3437 de la Asamblea General de la ONU en 1979, el organismo ha reafirmado el derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación y ha reconocido al Frente Polisario como su representante.
Al firmar el alto el fuego en 1991 bajo la supervisión de la ONU y aceptar la MINURSO (Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental), Marruecos estaba negociando directamente con el Frente Polisario, lo que implica un reconocimiento de facto como interlocutor legítimo.
Asimismo, al ingresar en la Unión Africana en 2017, Marruecos aceptó formar parte de una organización en la que la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) es un miembro de pleno derecho. Aunque Marruecos ha insistido en que su ingreso no implica un reconocimiento directo de la RASD, el hecho de compartir espacio en la misma organización sí implica cierto grado de reconocimiento institucional.
El PSOE demuestra, una vez más, su total falta de coherencia en asuntos internacionales. Mientras se pliega sumisamente a los dictados de Marruecos, ignorando décadas de resoluciones de la ONU, ahora pretende cuestionar la legitimidad del Frente Polisario, el mismo interlocutor con el que Rabat ha negociado bajo supervisión de Naciones Unidas. Su postura no solo es una traición histórica al pueblo saharaui, sino también un insulto a la legalidad internacional.
Todo esto lo hacen mientras avalan el movimiento de Saharauis por la Paz, una organización promovida por Marruecos para socavar la representación del Frente Polisario y dividir la causa saharaui.
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