El gobierno, más allá de los paños calientes acometidos para bajar algo el precio de la luz, poco o nada ha hecho para acabar con el oligopolio de las eléctricas.
Por Puño en Alto
A diferencia del gobierno del PP que para salir de la crisis económica del 2008 subió todos los impuestos, recortó derechos e impuso una reforma laboral que aún la padecemos entre otras medidas antisociales abandonando a su suerte a cientos de miles de ciudadanos, el gobierno PSOE-UP paras salir de las consecuencias económicas originada por la mayor pandemia de la historia moderna ha puesto en marcha un importante escudo social para no dejar nadie atrás y, además, ha subido de forma sensible el SMI situándolo a niveles homologables de los países de nuestro entorno, ha puesto en marcha el IMV, así como, ha aprobado por ley la revalorización de las pensiones mediante el IPC y eliminado el perverso factor de sostenibilidad, ha homologado las cotizaciones de los autónomos para que puedan acceder al desempleo, los ERTEs, etc.
Sin embargo, en lo que se refiere a la luz, todo hace pensar que al gobierno progresista de PSOE-UP se está viendo sobrepasado y más allá de los paños calientes acometidos para bajar algo el precio de la luz poco o nada ha hecho para acabar con el oligopolio de las eléctricas.
Hasta el momento, el Ejecutivo español ha aprobado la rebaja del IVA de la luz del 21 al 10 % para los consumidores con una potencia contratada de menos de 10 Kwh, ha suprimido el impuesto del 7 % a la generación de energía, ha aumentado las subastas de renovables y ha establecido las franjas tarifarias, medidas que deberían repercutir en la factura final. Pero al final no está siendo así y es porque no se está yendo al meollo de la cuestión, que no es otro que modificar el caprichoso, injusto e incomprensible sistema de formación de precios marginalistas, así como, acabar con el control del mercado que ejercen las eléctricas tan impunemente.
Dice la ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, no exenta de razón, que el responsable del abuso de las eléctricas y de los déficit y deficiencias que arrastra el mercado eléctrico es el Gobierno de Rajoy y que en tres años no se pueden anular o compensar 10 años de inacción. En esto último ya no tiene tanta razón, ya que siendo conscientes de la perversa herencia dejada por el gobierno del PP en esta materia, debieron desde el minuto uno del gobierno progresista estudiar y acometer las medidas que evitaran los abusos de las eléctricas y no esperar a que se haga socialmente insostenible las continuas subidas del precio de la luz, marcando máximos históricos días si y días también.
En agosto se anotaron precios diarios de la electricidad en el mercado al por mayor por encima de los 100 euros el megavatio hora continuamente. De tal manera que a día de hoy se paga más del triple que hace justo un año. Ese mercado impacta directamente en la factura final que pagan los consumidores domésticos. En el tramo de horas punta pesa un 50%; en las llanas, un 70 % y en las valles, un 90 %, aproximadamente. El resto son costes del sistema históricamente empotrados en el recibo por el Gobierno.
Todo el mencionado esfuerzo socialeconómico realizado por contrarrestar las consecuencias de la pandemia, poca recompensa tendrá, si el precio de la luz sigue marcando máximos históricos, como presagian muchos, ante el impasse del gobierno en acometer decisiones firmes y valientes que evite de una vez por todas el abuso de las eléctricas. Esperar que las compañías eléctricas tengan empatía social, como ha manifestado la ministra para la transición ecológica, Teresa Ribera, además de pedir peras al olmo, es la muestra palmaria de su incapacidad y falta de iniciativas para controlar a las eléctricas.
Qué duda cabe que este impasse en el que se encuentra el gobierno progresista va a tener un importante reflejo electoral y, tal como reflejan las encuestas, difícilmente podría repetir un gobierno progresista de convocarse elecciones. De nuevo, serán las eléctricas, por acción u omisión, quienes pongan o quiten gobiernos, mientras siguen obteniendo pingües beneficios a costa del sufrido consumidor y, paradójicamente, la derecha siendo responsable del desaguisado, tirando de manual del populismo, se beneficie llegando otra vez al poder.
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