El periodista Pablo González preso en Polonia impunemente

Pablo González, periodista español, lleva preso 16 meses en Polonia. El 28 de febrero de 2022 fue detenido cerca de la frontera polaco ucraniana, en Przemysl.

Por Santiago González Vallejo | Rebelión

Sin acusación formal, ni aportación de pruebas a su defensa, está internado en Ramdom, en una celda 23h al día, sin luz natural y, en el cuadrilátero de patio donde sale, no ve el sol. Aislado durante todo este tiempo, sólo acompañado por otro preso en el último mes, sólo ha podido ver a su compañera Oihana Goiriena en dos ocasiones en noviembre 2022 y junio de 2023.

La acusación informal es de ser espía al servicio de Rusia.

Los elementos circunstanciales fueron despejados desde el principio. Pablo González es español, pero también ruso, por la simple razón de ser descendiente de uno de los niños de la guerra civil española, refugiados en la entonces Unión Soviética.

Es experto del espacio postsoviético, sabe ruso y ha estado en toda esa área y países.

No hay más elementos inculpatorios.

Sobre Pablo hay todo un sinsentido procesal. No ha tenido asistencia letrada querida por él o su familia hasta meses más tarde de su detención.

Se prorrogan los plazos de detención por parte de las autoridades polacas, sin que haya vista judicial o aportación de las pruebas, la última el 24 de mayo.

Las autoridades españolas, empezando por el ministro de exteriores, Albares, no defienden a este conciudadano. Al revés, sus declaraciones públicas, las últimas junto al ministro polaco de exteriores, vagan entre la complicidad con el maltrato polaco y el reconocimiento de la inanidad de la defensa a un conciudadano español inocente, en un sistema procesal carcelario más parecido al de Guantánamo que al de un país respetuoso con normas y valores que dicen presidir las instituciones europeas.

De hecho, en las reuniones que el Grupo de Apoyo a Pablo González está teniendo en el Parlamento Europeo, por mediación de los europarlamentarios, Miguel Urbán (The Left) y Ana Miranda (The Green), queda reflejado que el Alto Representante de Política Exterior, Josep Borrell, conoce la situación de Pablo González, pero no hay conocimiento de ninguna actuación ante las autoridades polacas.

Este ataque a la libertad de prensa y al de información que merecen los ciudadanos parece que es consustancial a esta regresión a una guerra fría que recorre a la Unión Europea.  Parece que se priorizan alineamientos alejados de la búsqueda de información para solo primarse sesgos de propaganda.

Eso es lo que parece deducirse de la prisión prolongada a la que se está sometiendo a Pablo González.

El Grupo de Apoyo seguirá trabajando en la divulgación y en la defensa de Pablo González y en la defensa de la libertad de prensa e información.

Tras esta visita al Parlamento Europeo y las reuniones con europarlamentarios de cinco grupos, The Left, Socialista y Demócrata, Verdes, Liberales y no Inscritos, se continuará trabajando institucionalmente, con los medios de comunicación y en la calle hasta que Pablo González tenga un juicio justo con garantías o salga en libertad.

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