Hemos querido recabar una primera impresión entre compañeros de profesión de Pablo, muchos no han querido manifestarse, pero entre los que si han querido dar su opinión, vamos a intentar mostrar el sentir de un periodismo que tendría mucho que decir sobre el caso.
Por Angelo Nero | 6/08/2024
Durante los dos años y medio en los que nuestro compañero, el periodista Pablo González, ha estado detenido en una prisión polaca, desde NR hemos pedido su liberación, o al menos, la celebración de un juicio al que nunca pusieron fecha, extendiendo hasta más allá de lo admisible su prisión preventiva, en un régimen carcelario especialmente duro. Finalmente no ha sido liberado gracias a las gestiones del gobierno español, al que la libertad de prensa parece preocuparle mucho en Venezuela, en Cuba o en Irán, pero poco si es en un país de la Unión Europea, sino que ha sido puesto en libertad gracias a un canje de prisioneros entre varios países de la OTAN y Rusia, ya que Pablo González también tiene la nacionalidad rusa.
Hemos querido recabar una primera impresión entre compañeros de profesión de Pablo, muchos no han querido manifestarse, pero entre los que si han querido dar su opinión, vamos a intentar mostrar el sentir de un periodismo que tendría mucho que decir sobre un caso que ha sido silenciado, durante estos largos dos años y medio, por los grandes medios de comunicación de este país.
Juan Teixeira, es fotógrafo documental y periodista independiente y cofundador, junto a Pablo González, del medio digital Euxile, es miembro en la actualidad del equipo de Spanish Revolution, y ha participado activamente en la campaña #FreePabloGonzález. Esta es su primera valoración sobre la liberación de nuestro compañero:
“Me gustaría recordar que Pablo González ha estado dos años y medio, prácticamente secuestrado, porque no ha habido juicio, no ha habido cargos, no se ha presentado absolutamente nada y creo que eso es un hecho más que probatorio de que los servicios de inteligencia de la OTAN, Polonia, Ucrania, España y demás, no tenían nada contra él, y bajo mi punto de vista, el poder intercambiarlo ha sido una forma de salir del paso por parte de Polonia, porque lógicamente era una situación bastante complicada para los servicios de inteligencia y para la fiscalía, como deshacer este entuerto de tener a un periodista europeo, dos años y medio detenido en unas condiciones tan duras y no tener pruebas contra él.
Entonces, tenían la opción de un juicio farsa, o, al final esta opción, que es muy positiva para Polonia, porque se deshace del marrón que suponía para ellos la detención de Pablo González, y además de quedarse con la razón, porque parece ahora que porque le ha dado la mano Vladimir Putin eso ya demuestra que es un espía, lo cual me parece un absurdo a todas luces, porque si el gobierno español hubiera movido un dedo por Pablo, y lo hubieran extraditado a España, y lo hubiera recibido Pedro Sánchez, en el aeropuerto, y le diera la mano, ¿en que lo convertiría con eso?.
De momento la única prueba que tiene la derecha mediática o los grandes medios y demás, para culpabilizar a Pablo es que Putin le ha dado la mano, lo cual me parece un absurdo absoluto. Es una muestra de la situación complicada en la que se encuentra el periodismo, y de la podredumbre de gran parte del periodismo de masas, que se han lanzado contra Pablo con todo, desde El Mundo, El Español, El País, por citar a Xavier Colás o a María Sahuquillo, por poner dos ejemplos evidentes de falta de profesionalidad total y absoluta por su parte, y de falta de compañerismo y humanidad.
Porque recordamos que Pablo es una víctima, ha estado dos años y medio en unas condiciones durísimas, que no se le devolverán esos dos años y medio de sufrimiento, ni a él ni a sus hijos ni a su familia, y en lugar de estar intentando aclarar lo sucedido, lo que están haciendo estos pseudo-periodistas es seguir con esas acusaciones continuas, sin que exista, a día de hoy, ninguna prueba.
Pablo está ahora mismo en un hospital, por problemas médicos, que todavía no sabemos que gravedad revisten, ha pasado por una situación durísima y gravísima a nivel sicológico, y vemos a estos “compañeros” pseudo-periodistas, atacando con bulos y desinformación, de forma continua, para intentar demostrar de alguna manera esa vinculación de Rusia con el separatismo catalán, en el que está involucrado, de alguna manera, las cloacas del estado, y donde Pablo se ha visto envuelto en toda esa locura y ha pagado un poco los platos rotos, y ahora solo nos queda esperar que Pablo se recupere tanto física como psicológicamente, y que sea el mismo el que se defienda y el que hable, y que explique todo lo que ha sucedido durante este tiempo.
Creo que cuando esto suceda estos pseudo-periodistas como Xavier Colás o María Sahuquillo, tendrán que comerse sus palabras y pedir perdón, en todo caso, si no enfrentarse a temas legales o jurídicos, porque desde luego están difamando el nombre de Pablo sin ningún tipo de prueba y veremos como se desarrolla todo esto pero la situación a nivel mediático en el estado español es trágica, porque estamos viendo a compañeros que siguen atacándolo, simplemente por el hecho de que ha sido Rusia el que lo ha liberado y no España, que no ha movido un dedo, al contrario, lo que ha hecho ha sido crear fango, e inculpar a Pablo a través de los servicios de inteligencia. Ahora solo queda esperar, desear que Pablo se recupere, y esperar nuevos acontecimientos.”
También ha querido dar su opinión el periodista Iker González Izaguirre, integrante del consejo de redacción del medio digital aragonés AraInfo y uno de los cofundadores:
“Estamos felices. Por fin, tras 29 meses de injusticia nuestro compañero Pablo González es libre. Fue detenido sin pruebas. Encarcelado en durísimas condiciones por un gobierno de la Unión Europea. Sin garantías procesales, sin fecha de juicio. Prácticamente incomunicado. Mucho tiempo. Demasiado tiempo ha pasado encerrado siendo vulnerados sus derechos más elementales ante el atronador silencio de los grandes medios de comunicación y de un Gobierno español que ha dejado a su familia sola. Esto ha sido escandaloso.
Su liberación es una gran noticia para la libertad de prensa, para el periodismo, profesión que Pablo acostumbra a ejercer en primera línea, contando la realidad desde el terrero. Algo, desafortunadamente, cada vez más extraño. En tiempos difíciles como estos, de fake news, de propagación de bulos por la ultraderecha, necesitamos más periodistas como Pablo, comprometidos con su profesión.
Desde AraInfo deseamos que Pablo pueda reunirse pronto con su familia y les mandamos un cariñoso y solidario abrazo.”
Desde Uzbekistán nos contestaba Ignacio Hutin, periodista especializado en Europa Oriental, Eurasia post soviética y Balcanes, y autor de libros como Ucrania/Donbass: Una renovada Guerra Fría o Ucrania, una guerra desde el frente:
“Yo no voy a poner las manos en el fuego por alguien que no conozco. No soy quién para juzgarlo, para decir si fue culpable o no. Lo que sé es que toda persona es inocente hasta que se demuestre lo contrario. Y contra Pablo González no se presentaron pruebas ni cargos. La detención durante dos años y medio de un periodista, incluyendo el tiempo en el que se lo mantuvo incomunicado, fue absolutamente irregular y, vale aclarar, en un país hasta hace poco gobernado por PiS, un partido de derecha radical al que poco le importa la libertad de prensa o la democracia. Nunca demostraron su culpabilidad y, por lo tanto, fue una detención arbitraria y es de celebrar que haya sido liberado. Dicho esto, llama la atención que en el intercambio él haya sido uno de los tan sólo 8 liberados que fueron a Moscú. Como si fuera relevante para el Kremlin. No lo sé. En cualquier caso, si es o fue un espía, hubiera estado bien que se lo juzgara en un juicio justo. Como no pasó, supongo que nunca lo sabremos.”
También ha querido darnos su opinión el sociólogo Aníbal Garzón, que colabora como analista político internacional en diversos medios, entre ellos el nuestro, a su regreso de Venezuela, donde ha participado en el proceso electoral como veedor internacional:
“El caso del periodista vasco, Pablo González, detenido en Polonia al ser acusado como espía ruso, refleja que el gobierno español ha preferido dar prioridad en su política exterior a las directrices de la OTAN, por el conflicto de Ucrania desde febrero de 2022, que a los derechos de libertad de expresión e información de un ciudadano español. González, que también tiene la ciudadanía rusa, no ha tenido ningún juicio en casi sus dos años y medio de encarcelamiento, y por ello no han podido comprobar las autoridades polacas esa acusación. A todo esto, el silencio del gobierno de Pedro Sánchez confirma, una vez más, la falta de independencia y soberanía de España en lo respectivo a la política internacional, y su docilidad con Washington y sus gobiernos títeres.
La libertad de Pablo González llevada a cabo en una negociación entre Rusia y EEUU, con la participación de otros países europeos pero sin España, para el intercambio de presos ha hecho evidente que le ha importado más esta vulnerabilidad y violación del derecho internacional a Vladimir Putin que a Pedro Sánchez. Un caso más que desenmascara el discurso occidentalista sobre que “Europa es un jardín y el resto del mundo una jungla”, cuando gracias a esa jungla es hoy Pablo González libre de ese jardín.”
La periodista Rebeca Quintáns, autora de Un rey golpe a golpe, la biografía no autorizada de Juan Carlos de Borbón, que se ha reeditado recientemente, nos ha trasladado también su primera valoración sobre la liberación de Pablo González:
“Me parece que ha quedado retratado el gobierno, pasando ampliamente del asunto. Y ahora, todos callados. Está claro que, de no ser por Rusia, se hubiera quedado en Polonia secuestrado. Sin poder defenderse, sin juicio, sin derechos. ¿Qué significa exactamente eso de ser «espía ruso»? Tendrían que explicarlo, para que pudiéramos reírnos todos.”
En próximos días continuaremos publicando las opiniones recabadas entre los compañeros de profesión de Pablo González, así como las valoraciones sobre su liberación de sus allegados.
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