Feijóo vive instalado fuera del tiempo presente, en la nostalgia por una idealidad del siglo pasado, añora la cultura política de la Transición, cuando el miedo era el principal elemento de la política española.
El PP cree que necesita anunciar tragedias para seguir teniendo votantes. Pero se equivoca, a la larga es la forma segura de irlos perdiendo. El PP se ha quedado encerrado en la máquina del tiempo. Sus propuestas son catastrofistas, tienen el atronador sonido de las tragedias bíblicas, de una especie de continuos desastres naturales anunciados para personas: la destrucción de la familia, la destrucción de la patria. Le ha copiado el pesimismo a la ultraderecha y sin capacidad para inyectar optimismo vital ni ilusión por la novedad de proyecto político alguno, generacionalmente queda condenado al envejecimiento de sus votantes. De seguir así no tardará en seguir el camino de Vox, este último condenado a su ruralización, tal y como se demostró en sus últimos resultados electorales.
Feijóo vive instalado fuera del tiempo presente, en la nostalgia por una idealidad del siglo pasado, añora la cultura política de la Transición, cuando el miedo era el principal elemento de la política española. Habría sido un buen líder para la derecha de 1975, pero vivimos en el 2023.
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