Tras las elecciones de este martes el Dominica Labour Party ha vuelto a ganar holgadamente, ganando incluso un escaño, por lo que seguirá al frente del gobierno que decidirá los destinos de la nación caribeña en los próximos cuatro años.
Por Angelo Nero
Dominica es una pequeña república insular, de apenas 750 km², que forma parte de la Commonwealth, situada en las Antillas Menores, en el mar Caribe, entre los territorios franceses de ultramar de Guadalupe al norte y Martinica al sur, que logró la independencia del Reino Unido en 1978, y que en el último censo no llegó a los 70.000 habitantes. Este pasado 6 de diciembre ha celebrado elecciones generales anticipadas, ya que el primer ministro Roosevelt Skerrit, del Dominica Labour Party (DLP), consideraba que eran necesarias “para garantizar la renovación continua de su gobierno”.
El DLP, fundado en 1951, es un partido de corte socialdemócrata, miembro de la Internacional Socialista, y ha gobernado entre 1961 y 1980 con holgadas mayorías absolutas, y también entre 2000 y 2005, en coalición, y entre 2005 y 2022, también con mayoría, con lo que la historia de esta isla antillana está ligada al partido laborista. En las anteriores elecciones, en 2019, el DLP consiguió 18 de los 21 diputados en la cámara de diputados de Dominica.
Tras las elecciones de este martes el Dominica Labour Party ha vuelto a ganar holgadamente, ganando incluso un escaño, por lo que seguirá al frente del gobierno que decidirá los destinos de la nación caribeña en los próximos cuatro años. Aunque, en esta ocasión lo hará sin contar apenas con oposición ya que los partidos de la oposición el centrista United Workers’ Party (UWP) -que gobernó de 1995 hasta 2000- y el conservador Dominica Freedom Party (DFP) -gobernante también desde 1980 a 1995-, decidieron boicotear las elecciones, disconformes con el sistema electoral, y respaldados en parte por la OEA, la Organización de Estados Americanos.
La OEA siempre han visto con recelo la relación entre el gobierno el del cubano Díaz Canel con el de Roosevelt Skerrit, a quién en una visita oficial a Cuba, en abril de este año, condecoró con la Orden José Martí, en agradecimiento del apoyo permanente de Dominica en la lucha contra el bloqueo económico, comercial y financiero, impuesto por el Gobierno de los Estados Unidos. En Dominica, como en otras naciones del Caribe, es importante la presencia de la Brigada Médica Cubana, especialmente en la lucha contra el coronavirus.
En estas elecciones salieron elegidos también dos candidatos independientes Jesma Paul y Anthony Charles. También se presentó el Team Unity Dominica (TUD), de reciente formación, que no consiguió ningún escaño en la cámara.
El primer ministro Roosevelt Skerrit mencionó entre los desafíos desde que asumió el cargo, el cambio climático, la pandemia de la Covid-19 y el conflicto en Ucrania. “Debemos seguir siendo el faro de esperanza y la opción para quienes desean ver progresar a la nación”.
Ante las denuncias de la oposición de que esté en riesgo el sistema democrático, Skerrit ha declarado: “El gobierno actual en Barbados ha ganado dos elecciones consecutivas con una victoria absoluta en el Parlamento en cada ocasión y la democracia no está sitiada. Pero en Dominica, un partido de oposición que ha perdido cinco elecciones generales consecutivas elige tres años de mandato para deshacerse de su líder, dividirse en facciones y elegir candidatos para el liderazgo… y yo soy un villano por convocar una elección cuando el la oposición se ha quitado los pantalones”.
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