La lucha entre el capital y el trabajo había dado motivo para la encíclica, Rerum Novarum, ya que el papa se refería en la introducción a las “mudanzas en el orden económico” y concretamente a la cuestión obrera.
Por Eduardo Montagut
En el cincuentenario de la encíclica de León XIII, Quod Apostolici Numeris (28 de diciembre de 1878), y que supuso una condena del “socialismo, comunismo y nihilismo”, al considerar el pontífice que eran tres manifestaciones de una única ideología opuesta a los valores morales, instituciones naturales y a los principios de autoridad y propiedad, El Siglo Futuro publicó un largo trabajo del padre jesuita Narciso Noguer sobre la misma, y al que queremos regresar en futuros artículos.
Narciso Noguer (1858-1935) fue, como hemos indicado, un jesuita catalán, sociólogo y escritor. Con una intensa formación en filosofía y teología fue un importante redactor de Razón y Fe, a la que contribuyó a fundar y a la que dedicó no pocos esfuerzos hasta su fallecimiento, sin que dejara de colaborar en otras publicaciones españolas y extranjeras. En Razón y Fe se ocupó, especialmente, de temas sociales como la propiedad, el socialismo, los sindicatos, cajas rurales, jornada laboral, etc.
Pues bien, en este apunte nos centraremos en la cuestión del socialismo como enemigo.
Para el padre Noguer el texto del papa León XIII fue una especie de clarín de guerra contra el socialismo y el principio de otras condenas que habría realizado posteriormente. En todo caso, ya en su primera encíclica, nos recordaba el escritor jesuita, Incrustabili Dei Consilio, del 21 de abril de 1878, al poco de subir al papado, habría considerado, pero sin nombrarlo, al socialismo como una peste. Pero no sería hasta la encíclica que se recordaba en su artículo cuando el papa había condenado al socialismo y a sus ideas sobre la autoridad, el matrimonio y la propiedad, haciendo un llamamiento a los pueblos y los reyes para que se “guareciesen de la inminente tempestad en el seguro puerto de la Iglesia Católica”, que se había abandonado en “mala hora”. Noguer vinculaba los progresos del socialismo con los estímulos que habían provocado distintos atentados.
La lucha entre el capital y el trabajo había dado motivo para la encíclica, Rerum Novarum, ya que el papa se refería en la introducción a las “mudanzas en el orden económico” y concretamente a la cuestión obrera. El papa condenaría el socialismo cuando pretendía presentarse como la panacea del mal social. Frente a eso estaría el remedio que presentaba la Iglesia Católica.
Ambas encíclicas, a juicio del jesuita catalán, serían como un toque de rebato contra el enemigo, considerado, como capital, de la civilización: “El socialismo: ¡He ahí el enemigo”. Hemos trabajado con el número del 18 de diciembre de 1928 de El Siglo Futuro. La biografía de Noguer puede ser ampliada en el Diccionario Biográfico de la Real Academia de la Historia.
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