La derecha venció en Ecuador. El candidato a la presidencia de la alianza conservadora CREO-PSC, Guillermo Lasso, logró superar a la izquierda correísta y convertirse, al tercer intento, en presidente de Ecuador. Este domingo se impuso con una ventaja de cinco puntos porcentuales sobre Andrés Arauz, que concedió la derrota.
Arauz señaló que para él se trata de un «traspié político» pero no de una derrota. «Seguiré sirviendo al pueblo del Ecuador, desde la trinchera que nos toque estaremos sirviendo a nuestro pueblo, construyendo programáticamente, con profundidad de ideas, formando a las siguientes generaciones», ha añadido.
Lasso ha logrado unir el voto de la derecha tras haber quedado en segunda posición en la primera vuelta de las elecciones, celebrada el 7 de febrero, cuando Arauz fue el candidato más votado con una diferencia de 12,98 puntos porcentuales. Candidato presidencial en otras dos ocasiones anteriores, una contra Correa en 2013, y la segunda contra el actual mandatario, Lenín Moreno. en 2017, Lasso había asegurado que esta iba a ser la última vez que se presentaba a la liza electoral.
«Este es un día histórico, un día en que todos los ecuatorianos han decidido su futuro, han expresado con su voto la necesidad de cambio y el deseo de mejores días para todos», dijo Lasso ante sus simpatizantes reunidos en Guayaquil la noche del domingo.
Arauz: «Seguiremos tejiendo los vínculos de unidad»
El candidato por la UNES, Andrés Arauz, instó a Lasso a respetar la diferencia política, «invito a Guillermo Lasso a respetar el Estado de Derecho y a no encarcelar a los ecuatorianos que piensen diferente (…) tenemos que ser un solo país», agregó.
«Nuestro proyecto es de vida y es por el camino de la organización y construcción de un futuro mejor para toda nuestra Patria (…) Estaremos trabajando todos los días por defender los intereses de las mayorías, para asegurar que se respete nuestra Constitución», acotó Arauz.
Arauz enfatizó que le acompañarán a todos los sectores populares en sus luchas por la reivindicación de los derechos, «esta candidatura logró de manera prospectiva reconstituir los vínculos del progresismo con las organizaciones sociales, vamos a dedicarnos a seguir tejiendo vínculos de unidas», puntualizó.
«Fuimos víctimas del acoso, de persecución, del odio, de los intentos de proscribir nuestro movimiento, ataques permanentes a las familias (…) Hace falta una renovación real de la forma de hacer política, no solo como discurso, sino con gestos reales y democráticos», expresó Arauz.
Voto indígena y anticorreismo, claves
Del triunfo en las urnas de Lasso se desprenden dos claves: la primera, la capacidad de aunar el voto anticorreísta, y la segunda, la responsabilidad en esta victoria del neoliberalismo del excandidato indígena Yaku Pérez, que pidió a sus simpatizantes el voto nulo, que alcanzó una cota histórica del 16,25%, 1,6 millones de votos.
Este voto indígena era la gran incertidumbre de estos comicios, y la ruptura el pasado sábado del dirigente Jaime Vargas, presidente de la Confederación Nacional Indígena (Conaie), para alinearse con Arauz, había sembrado una gran inquietud en las filas derechistas.
El voto nulo ha llegado a poco menos de un punto del voto que Pérez obtuvo en la primera vuelta como candidato a presidente por la formación Pachakutik.
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