El Gran Capital con Hitler: el papel de la banca y las corporaciones en el ascenso del nazismo

Jacques Pauwels lanza una crítica mordaz al revisionismo que ha buscado exculpar al gran capital de su papel en el nazismo.

Por David Hurtado | 5/04/2025

El Gran Capital con Hitler, escrito por el historiador canadiense Jacques Pauwels, es una obra que desentraña con minuciosidad y rigor académico la relación simbiótica entre el gran capital —tanto alemán como internacional— y el régimen nazi liderado por Adolf Hitler. Publicado originalmente como Big Business with Hitler y traducido al español, este libro desafía las narrativas convencionales que a menudo desvían la atención de las élites económicas para centrarse en aspectos ideológicos o populares del nazismo. Pauwels argumenta de manera contundente que el ascenso y sostenimiento del régimen de Hitler no habrían sido posible sin el respaldo activo de industriales, banqueros y corporaciones, quienes encontraron en el fascismo un vehículo ideal para maximizar sus beneficios y proteger sus intereses frente a las amenazas del socialismo y los movimientos obreros.

El gran capital como pilar del nazismo

El libro comienza desmontando el mito de que el nazismo fue un movimiento exclusivamente populista o una aberración histórica impulsada por la irracionalidad de las masas. Pauwels demuestra que, lejos de ser un enemigo del capitalismo, el régimen nazi fue un aliado estratégico de las élites económicas. En Alemania, el tándem formado por la gran industria (Großindustrie) y las altas finanzas (Hochfinanz), junto con los terratenientes aristocráticos conocidos como Junkers, desempeñó un papel crucial en el ascenso de Hitler. Desde los años previos a su llegada al poder en 1933, estas élites financiaron al Partido Nacionalsocialista, viendo en él una herramienta para contrarrestar la creciente influencia de los sindicatos y los partidos comunistas y socialistas.

El autor detalla cómo empresas icónicas alemanas, como IG Farben (cuyos sucesores incluyen a Bayer y BASF), Krupp y Siemens, no solo apoyaron a Hitler, sino que se beneficiaron enormemente de sus políticas. La represión de los movimientos obreros, la privatización de activos estatales y el rearme masivo impulsado por los nazis generaron una bonanza económica para estas corporaciones. Pauwels subraya que el nazismo no obstaculizó el desarrollo del capitalismo, como algunos podrían suponer, sino que lo potenció al eliminar barreras sociales y sindicales, permitiendo a las empresas operar con mano de obra barata —a menudo esclava— y sin restricciones.

Lucro a través de la guerra y el genocidio

Uno de los aspectos más impactantes del análisis de Pauwels es cómo el gran capital se lucró directamente de las políticas más atroces del régimen nazi, incluyendo la guerra de conquista y el Holocausto. La maquinaria bélica alemana, alimentada por contratos estatales masivos, convirtió a las grandes empresas en beneficiarias de un ciclo económico basado en la agresión imperialista. Los países ocupados fueron saqueados sin piedad, y sus recursos fueron canalizados hacia las arcas de las corporaciones alemanas. Además, el uso de millones de trabajadores forzados —hasta 12 millones en Alemania y 36 millones en el imperio nazi más amplio— permitió a estas empresas reducir costos y aumentar ganancias a niveles sin precedentes.

El libro también expone la complicidad del capital estadounidense, un tema que a menudo se pasa por alto en las narrativas históricas dominantes. Compañías como Ford, General Motors, IBM y Standard Oil mantuvieron operaciones lucrativas en Alemania a través de sus filiales, suministrando vehículos, tecnología y combustible esenciales para la máquina de guerra nazi. Pauwels argumenta que esta colaboración no fue un accidente, sino una decisión calculada: el fascismo ofrecía un entorno favorable para los negocios, y las corporaciones estadounidenses estaban dispuestas a ignorar las atrocidades con tal de proteger sus intereses económicos. Incluso durante la Segunda Guerra Mundial, algunas de estas empresas maniobraron para evitar sanciones y mantener sus vínculos con el régimen de Hitler, lo que retrasó la entrada de Estados Unidos en el conflicto.

Una crítica al revisionismo histórico

Pauwels no solo ofrece un relato histórico; también lanza una crítica mordaz al revisionismo que ha buscado exculpar al gran capital de su papel en el nazismo. Obras populares como El sonido de la música o La lista de Schindler han perpetuado mitos de aristócratas e industriales heroicos opuestos al fascismo, cuando la realidad era radicalmente opuesta. Asimismo, el autor cuestiona interpretaciones como la de Daniel Goldhagen, que atribuyen el ascenso de Hitler al supuesto antisemitismo inherente del pueblo alemán, desviando la atención de la responsabilidad de las élites económicas.

El Gran Capital con Hitler es una obra imprescindible para quienes buscan comprender las raíces económicas del fascismo y las dinámicas de poder que lo sustentaron. Jacques Pauwels combina una investigación exhaustiva con una narrativa accesible, respaldada por una amplia gama de fuentes en varios idiomas. Su análisis no solo ilumina un capítulo oscuro de la historia, sino que también invita a reflexionar sobre las conexiones entre el capital y los regímenes fascistas en otros contextos.

3 Comments

  1. Ahora también las grandes fortunas hablan de rearme y de terceras guerras mundiales.
    Haciendo grandes negocios a costa de la población, no hay más que ver cómo manejan la Bolsa
    Ocurrirá lo mismo?. Seremos, con perdón,tan idiotas como los alemanes en la
    Los 40?.

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