El futuro es de los pueblos

La historia del panafricanismo es la historia de los esfuerzos de las personas africanas por unirse para enfrentar desafíos comunes como la esclavitud, el colonialismo o el racismo. En la medida en que tales cuestiones continúen, el panafricanismo seguirá siendo pertinente.

Por Selim Nadi / Jacobin

La historia del panafricanismo es la historia de los esfuerzos de las personas africanas por unirse para enfrentar desafíos comunes como la esclavitud, el colonialismo o el racismo. En la medida en que tales cuestiones continúen, el panafricanismo seguirá siendo pertinente.

Conversamos con Hakim Adi, profesor de Historia de África y la Diáspora Africana en la Universidad de Chichester (Reino Unidos), quien ha escrito mucho sobre la historia del panafricanismo y la diáspora africana. Entre sus últimas publicaciones figuran Pan-African History: Political Figures from Africa and the Diaspora since 1787 (2003), Pan-Africanism and Communism: The Communist International, Africa and the Diaspora, 1919-1939 (2013) y Pan-Africanism. A History (2018).

¿Por qué utiliza el término «panafricanismo» en lugar de, por ejemplo, «internacionalismo negro»?

Utilizo el término panafricanismo porque es el que se ha empleado en todas las principales reuniones panafricanas (incluidas tanto las de personas africanas como las de la diáspora africana) desde 1900. Por panafricanismo me refiero al movimiento por la liberación social, económica, cultural y política de África y de los pueblos africanos, abarcando los de la diáspora africana. Podemos pensar en este movimiento como un río, con muchos afluentes y corrientes diferentes, en donde lo que subyace a las múltiples visiones y enfoques es la creencia en la unidad, la historia y el objetivo común de los pueblos de África y la diáspora africana, así como en la idea de que sus destinos están interconectados.

Hasta donde yo sé, no es común utilizar el término «internacionalismo negro» para describir estas organizaciones o encuentros. El término «internacionalismo negro» fue acuñado en la década de 1920 por Jeanne Nardal, originaria de Martinica pero con actividad en París, donde vivió junto a su hermana Paulette. Ambas fueron figuras importantes, comprometidas con el desarrollo de un panafricanismo francófono del que posteriormente surgió el movimiento de la negritud. Podríamos decir que las hermanas Nardal son las madres de la negritud.

Jeanne utilizó el término «internacionalismo negro» para referirse a los intereses y preocupaciones comunes de «personas negras de todos los orígenes y nacionalidades», a un «cierto orgullo de ser persona negra» y al «regreso a África, cuna de las y los negros, recordando así su origen común». En concreto, ella tenía en mente el movimiento del Congreso Panafricano, iniciado por W. E. B. Du Bois, y la influencia de la Universal Negro Improvement Association and African Communities League (UNIA-ACL) fundada por Marcus Garvey.

No obstante, dicha expresión desapareció prácticamente después de que ella la usó por primera vez en La Dépêche Africaine, en 1928. Más recientemente, ha sido redescubierta por académicos y académicas estadounidenses que la utilizan para referirse a luchas que «aunque tienen lugar en sitios particulares» están «vinculadas y englobadas por la noción de liberación negra». Lo cual coincide con la descripción del panafricanismo, por lo que no veo ninguna razón para usar otro término.

Más allá de la experiencia histórica del panafricanismo, ¿qué tan relevante le parece este concepto para pensar el mundo contemporáneo?

Si examinamos la historia del panafricanismo, podemos ver que se trata de los esfuerzos de las personas africanas por unirse para enfrentar desafíos comunes: esclavitud, colonialismo, racismo, etc. En la medida en que tales cuestiones y sus legados continúen existiendo, considero que el panafricanismo sigue siendo pertinente.

En el período posterior a 1945, el panafricanismo se afianzó en África de manera más contundente, convirtiéndose en parte de las luchas anticoloniales en curso. Nkrumah y otros liderazgos imaginaron un África unida (los Estados Unidos de África), como un medio necesario para promover los intereses de la región y lograr la liberación total del continente africano. Desde entonces se han creado dos organizaciones continentales, la Organización para la Unidad Africana (OUA) y la Unión Africana (UA), ambas basadas en los principios del panafricanismo, sin embargo, por diversas razones no podemos decir que se ha logrado la liberación total de África y sus pueblos.

Es por esta razón que podemos afirmar que el panafricanismo en su forma continental sigue siendo relevante y, como sabemos, la UA abarca a toda la diáspora africana como sexta región. El mes pasado, Julius Malema, el famoso político sudafricano, habló sobre la importancia del panafricanismo, la necesidad de una lengua franca en África y muchos otros temas relacionados.

¿Por qué escribió todo un capítulo sobre las luchas africanas en el siglo XVIII?

Escribí un capítulo introductorio que repasa la historia del panafricanismo desde el siglo XVIII, aunque algunas personas sostienen que hubo manifestaciones de este antes de esa época. Simplemente he tratado de evidenciar que existen ejemplos de la unidad y propósito común entre las y los africanos, especialmente de las personas en la diáspora, mucho antes de la Primera Conferencia Panafricana de Londres en 1900. Olaudah Equiano y Sons of Africa en Londres durante el Siglo XVIII, son un buen ejemplo de personas africanas de diversos orígenes que se unen para enfrentar los problemas comunes que plantea la opresión, por ejemplo, lucharon para superar la trata de seres humanos que ocurría desde África a través del Atlántico.

En dicho texto también menciono la revolución en la colonia francesa de Saint-Domingue, en donde las y los africanos que hablaban diferentes idiomas se organizaron, destruyeron el sistema esclavista, se liberaron, crearon la primera República africana moderna, desarrollaron el primer concepto moderno de Derechos Humanos y establecieron un refugio y un símbolo de libertad para otras personas africanas. Es por esto que podemos decir que la Revolución Haitiana es un ejemplo previo de la puesta en práctica del panafricanismo.

¿Cuál fue la relación de Du Bois con el panafricanismo? ¿Qué quiere decir con pan-negrismo?

La principal contribución de Du Bois fue la organización de cuatro Congresos Panafricanos desde 1919 hasta 1927. El primero tuvo lugar en París y tenía como objetivo posicionar lo que África y las personas africanas tenían que decir sobre las condiciones inmediatas después de la guerra. En ese momento, las fuerzas victoriosas de la Primera Guerra Mundial, es decir, Francia y Gran Bretaña, se estaban dividiendo el mundo entre ellas.

Obviamente, esta es la razón que provocó la guerra y Du Bois ya lo había escrito en su famoso artículo «The African Roots of War», pero al finalizar la misma volvieron a dividir África, confiscando las colonias de Alemania e incorporándolas a sus propios imperios coloniales. Tanto Du Bois como Garvey,se opusieron a la fragmentación del continente y argumentaron que estos territorios que estaban «bajo mandato» deberían ser administrados por las y los africanos. Evidentemente no lograron que este argumento triunfara, pero lo defendieron en estos congresos y también exigieron diversas reformas del sistema colonial, así como una campaña contra las manifestaciones de racismo antiafricano.

El pan-negrismo de Du Bois puede considerarse como una forma temprana de panafricanismo. Él utiliza este término en un artículo publicado en 1897, «The Conservation of Races», texto que se centra principalmente en la explicación de la posición y el futuro de las personas afroamericanas, así como en el establecimiento de la American Negro Academy. Su principal argumento es que las y los afroamericanos deben unirse y verse a sí mismos como un solo cuerpo y establecer sus propias instituciones para defender sus intereses.

Específicamente, Du Bois y compañía creían que esto podría lograrse mediante una educación superior ilustrada, a través de lo que llamó el «décimo talento». Al mismo tiempo, afirmó que las y los afroamericanos eran parte de la gran «raza» y que este reconocimiento debería orientar «la construcción de un ideal racial en América y África, para la gloria de Dios y la exaltación del pueblo negro».

¿Qué importancia tuvo el caso de Scottsboro, así como la invasión de Etiopía por la Italia fascista en la década de 1930, en el desarrollo del movimiento panafricano?

Abordé ampliamente estos dos temas en mi libro anterior, Panafricanismo y comunismo. La Internacional Comunista, África y la diáspora (1919-1939). Ambos casos generaron campañas mundiales que unieron a las y los africanos, así como a otros pueblos. De los dos, la invasión fascista fue más significativa, ya que Etiopía fue el único país independiente de África que mantuvo su soberanía a través de su destreza militar, lo cual era un símbolo de la libertad africana.

La invasión fascista no solo hizo evidente el peligro del fascismo y la guerra, sino que también puso el foco sobre el carácter colonial de las conquistas de Gran Bretaña y Francia. Esto contribuyó a un aumento de la organización anticolonial y panafricana, e incluso en el incremento de la cantidad de personas que se ofrecieron como voluntarias para combatir, lo que culminó en el famoso Congreso Panafricano de Manchester en 1945. Este evento se iba a celebrar inicialmente en París, pero a última hora se trasladó a Manchester, ¿quizás debido a mejores condiciones climáticas?

El capítulo 5 de su libro se centra en Francia: ¿qué importancia tuvo la relación de las organizaciones panafricanas con el Partido Comunista Francés (PCF) durante el período de entreguerras?

No hay duda de que el PCF y la Internacional Comunista tuvieron una influencia considerable sobre los movimientos panafricanos en Francia, así como en otros países, durante el período de entreguerras. El movimiento comunista fue el único organismo internacional que fue abiertamente anticolonial y antirracista y que ofreció una cosmovisión y un programa de acción o agenda para acabar con el dominio colonial y el sistema imperial de Estados.

Además, el PCF apoyó la creación del Comité de Défense de la Race Nègre (CDRN), la Ligue de Défense de la Race Nègre (LDRN) y la Union des Travailleurs Nègre (UTN). Las y los comunistas jugaron un papel clave en el movimiento contra la invasión de Etiopía y claramente tuvieron una influencia considerable en individuos como Lamine Senghor, Aimé Césaire y otros, tanto en Francia como en el mundo francófono, donde por ejemplo destacaron André Aliker y Jacques Roumain.

L. R. James publicó un libro en 1938 llamado A History of Negro Revolt, el cual renombró en 1969 como Histoire des revoltes panafricaines (ed. Amsterdam, 2018). ¿Cómo explicar la importancia del panafricanismo después de la Segunda Guerra Mundial y especialmente durante las décadas de 1960 y 1970?

Como dije anteriormente, después de 1945 el panafricanismo afrocéntrico se volvió cada vez más importante, a raíz de que algunas personas argumentaron que el mismo debía «regresar a casa». Estamos hablando de una corriente que unió las luchas anticoloniales en África y que presentó la necesidad de que las y los africanos se unieran para liberar a todo el continente. Esto tomó diversas formas: los escritos y actividades de Nkrumah, la formación de la OUA y la Pan-African Women’s Organisation (PAWO), los festivales culturales de Argel en 1969 y Lagos en 1977, y el surgimiento de una conciencia negra y una lucha anticolonial liderada por Steve Biko en Sudáfrica.

Era una época en la que los movimientos populares avanzaban a pesar de las difíciles condiciones de la Guerra Fría. Los 60’s fue la década de la liberación africana, mientras que en la de 1970 el régimen fascista en Portugal también fue derrocado gracias a las luchas anticoloniales en África: Mozambique, Angola, Guinea-Bissau, etc. No debemos olvidar tampoco la importancia de la realización del VI Congreso Panafricano en Tanzania, en 1974. Por tanto, estas décadas fueron muy relevantes ya que la victoria parecía estar en el horizonte, a diferencia de hoy, donde todo parece estar en declive.

¿Podría mencionar su propia experiencia en las luchas panafricanas?

En mi opinión y como dije anteriormente, el panafricanismo implica una orientación, es un río con muchas corrientes, pero la cuestión es: ¿cuál de estas corrientes hará avanzar las cosas? Así, mi propia experiencia de trabajo con y dentro de las organizaciones panafricanas, especialmente durante la década de 1980, es que no basta con ser panafricanista, lo importante es saber qué dirección tomar y a  cuáles problemas buscarles solución:

¿Quiénes son enemigos y quiénes son aliados? ¿Cuáles son las perspectivas de avance en cada momento? Recuerdo que en ese sentido la Guerra Fría creó mucha confusión de época. ¿Cuál fue el papel de la Unión Soviética y de otros países de África? ¿Fue un rol positivo o negativo? Existía una tendencia a sentir presión de tomar una u otra posición, incluso con respecto a las organizaciones de liberación nacional en África. Luego, en Gran Bretaña, se dio la discusión sobre cuáles eran los principales temas en torno a los cuales las personas podían organizar sus luchas y sobre todo, los debates sobre cómo hacerlo.

Pienso que la conclusión de esta pregunta es que debemos ser parte de un movimiento más amplio de personas que demandan transformaciones y empoderamiento y esta fue la percepción de las y los panafricanistas más visionarios a lo largo de la historia, como Lamine Senghor, Jacques Roumain, Olaudah Equiano y las personas que se reunieron en Manchester en 1945.

¿Cómo ve el futuro del panafricanismo?

El futuro es de los pueblos, de eso estoy seguro. Por tanto, el panafricanismo debe organizarse en dicha perspectiva. Si hablamos de África, está claro que la lucha anticolonial debe completarse, librando al continente de la intervención extranjera y de todos los vestigios del colonialismo.

En Europa, las y los panafricanistas pueden jugar un papel relevante poniendo fin a la intervención de las grandes potencias en África, y eso implica abordar la cuestión de su propio empoderamiento, es decir, el jugar un rol protagónico en el fortalecimiento de estos movimientos en Francia, Gran Bretaña, etc. Imaginemos que las y los panafricanistas estuvieran entre las personas tomadoras de decisiones en Europa, dirigiendo Estados con gobiernos en contra de la guerra, negándose a interferir en los asuntos africanos y dispuestos a pagar reparaciones por crímenes pasados ​​y presentes.

[*] Esta entrevista fue realizada en inglés y traducida al francés por Sophie Coudray y Selim Nadi para la revista Contretemps en marzo de 2019, a propósito de la publicación del libro de Hakim Adi, Pan-Africanism. A History editado por Bloomsbury Publishing en 2018.

Sobre el entrevistador: Selim Nadi es Doctor en Historia y forma parte del comité editorial de las revistas QG DécolonialPériode y Contretemps. También es miembro del Parti des Indigènes de la République, organización antirracista y de izquierdas en Francia.

Sobre el traductor: Mauricio Sandoval es Magíster en Ciencias Políticas por la Universidad de Costa Rica y se desempeña como investigador y docente en análisis sociopolítico, violencia y organización política en América Latina. Forma parte del Grupo de Trabajo de CLACSO «Herencias y perspectivas del marxismo».

HAKIM ADI

Doctor en Filosofía e Historia de África por la Escuela de Estudios Orientales y Africanos de London University (Inglaterra) y profesor de Historia de África y de la diáspora africana en University of Chichester (Inglaterra). Es autor de libros de referencia sobre la historia de las luchas anticoloniales, el panafricanismo y las relaciones transnacionales entre movimientos afro y el comunismo.

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