¿El fin de dominio del dólar?

El papel del dólar como moneda refugio ante situaciones de crisis se evidencia también en la evolución de su valor respecto de otras divisas. Cuando aparecen las complicaciones, el capital huye hacia el dólar, y esos incrementos de la demanda fomentan su apreciación. Por ejemplo, el tipo de cambio USD/EUR ha caído nada menos que un 60% desde el verano de 2008 hasta hoy.

Por Mario del Rosal, profesor de Crítica de la economía política

A raíz de la invasión de Ucrania, y como colofón a una estrategia de guerra económica de largo plazo, Estados Unidos y su capataz, la Unión Europea, han impuesto una durísima serie de sanciones a Rusia. Entre otras cosas, esas sanciones han incluido la prohibición de comerciar con determinadas empresas rusas, la congelación de activos de capitalistas rusos en Occidente y la confiscación de las reservas en oro y divisas que el Banco Central de Rusia tenía en Europa y Estados Unidos.

Es obvio que los efectos sobre la economía rusa son y serán graves[1]. Sin embargo, las sanciones y sus consecuencias han relanzado un debate de mucho mayor calado: ¿hasta qué punto esta situación supone un punto de inflexión en la historia de poderío monetario del dólar como dinero mundial? Dicho en pocas palabras: ¿estamos asistiendo al comienzo del fin del dominio imperialista de la moneda estadounidense?

En mi opinión, es evidente que el dólar sigue siendo la moneda mundial y su preeminencia está aún lejos de estar amenazada, ya sea por un país concreto (China suele ser el ejemplo más habitual) o por un supuesto bloque oriental (donde, además de China, estaría Rusia e, incluso, India).

Desarrollaré brevemente este razonamiento en tres partes: una sobre el dominio monetario actual del dólar, otra sobre la relativa decadencia de ese dominio, y una tercera sobre la inexistencia de ninguna alternativa clara a ese dominio en este momento.

El dominio monetario actual del dólar

La moneda estadounidense sigue siendo en la actualidad lo que Marx llamó «dinero mundial», es decir, un «medio general de pago, medio general de compra y concreción material, absolutamente social, de la riqueza en general»[2]. En términos más contemporáneos, diríamos que el dólar ocupa la cúspide de la jerarquía de las distintas divisas en el Sistema Monetario Internacional y, como tal, es el medio de pago y de crédito por excelencia, así como la moneda refugio de referencia ante situaciones de crisis.

Según el FMI, el 58,81% de las reservas mundiales de los Bancos Centrales en divisas son dólares. Y la segunda moneda más utilizada en este sentido, el euro, no llega al 21% del total[3]. En este sentido, la Reserva Federal de los Estados Unidos es uno de los Bancos Centrales que mayor porcentaje de sus reservas tiene en oro, el 68%, lo que responde al hecho de que su propia moneda sea la reserva monetaria no aurífera más importante del mundo[4].

Por otro lado, cerca del 90% de las transacciones que se realizan en los mercados de divisas involucran al dólar, que es la moneda empleada habitualmente para operaciones de triangulación entre divisas menores. Asimismo, alrededor del 40% de las operaciones comerciales se hacen en dólares. De igual modo, más del 60% de las deudas internacionales y más del 50% de los préstamos internacionales están denominadas en la divisa estadounidense.

Además, el dólar es la referencia en más del 90% de los regímenes cambiarios en los que una divisa está anclada a otra o en los que un país decide utilizar como moneda nacional la divisa de otro país.

Por otra parte, el dólar tiene un peso del 41,73% en la composición de los derechos especiales de giro del FMI, muy por delante del resto de divisas que los conforman: el euro (30,93%), el renminbi (10,92%), el yen (8,33%) y la libra esterlina (8,09%)[5].

El papel del dólar como moneda refugio ante situaciones de crisis se evidencia también en la evolución de su valor respecto de otras divisas. Cuando aparecen las complicaciones, el capital huye hacia el dólar, y esos incrementos de la demanda fomentan su apreciación. Por ejemplo, el tipo de cambio USD/EUR ha caído nada menos que un 60% desde el verano de 2008 hasta hoy.

Fuente: BCE

A la luz de estos datos, es imposible negar que el dólar sigue siendo, y de largo, la moneda dominante en la economía mundial.

La decadencia relativa del dominio monetario del dólar

A pesar de todo, también es cierto que ese papel dominante del dólar ha ido decayendo paulatinamente a lo largo del tiempo. La propia imposición del patrón dólar-oro bajo los auspicios de los Acuerdos de Bretton Woods de 1944 implicaba una serie de contradicciones irresolubles que fueron haciéndose cada vez más evidentes, hasta su abolición de facto con el shock de Nixon de 1971 y de iure con los Acuerdos de Jamaica de 1976. Más allá de las propias dificultades teóricas del sistema, habitualmente formalizadas en el llamado dilema de Triffin, ha sido la paulatina decadencia relativa industrial y comercial de la economía estadounidense la que ha ido arrastrando a su propia divisa hacia una posición cada vez más compleja.

Como moneda de reserva mundial, el dólar ha pasado de representar el 71,19% del total en el primer trimestre de 1999 al 58,81% en el último trimestre de 2021. Esto supone una pérdida de más de doce puntos; pérdida que, por cierto, se ha traducido en ganancias para el renminbi, el euro y la libra.

Fuente: elaboración propia a partir de datos del FMI

No obstante, esto no significa que haya perdido su posición hegemónica, como comentábamos. El dominio internacional de una divisa no se basa únicamente en cuestiones económicas, sino que hunde sus raíces en el propio poder político y militar de su país emisor. De ahí que, a pesar del fin de Bretton Woods, de la generalización del dinero fíat y del declive económico de Estados Unidos respecto de otros países, el dólar haya mantenido su poderío mucho más allá de los años setenta. Y resulta evidente que, tanto la expresión política del imperialismo yanqui, como su ejército, tienen mucho que ver con esto.

La falta actual de alternativas al dólar

¿Hay alguna moneda que tenga hoy en día una opción realista de sustituir al dólar como dinero mundial? Viendo lo datos apuntados anteriormente, la respuesta ha de ser negativa.

El euro, que es la segunda divisa de reserva del mundo, no ha cumplido con las previsiones que, desde su nacimiento, hace ya 23 años, aseguraban que se convertiría en la sucesora del dólar. Y, desde luego, el futuro económico de Europa no parece apuntalar esa idea, ni mucho menos.

El renminbi, por su parte, es la divisa que más ha reforzado su papel como moneda de reserva mundial. Además, el Banco Popular de China ha quintuplicado sus reservas en oro desde el cambio de siglo. Y, lo que es más importante, se trata de la moneda de la potencia emergente más fuerte del planeta. No obstante, aún no es plenamente convertible y su presencia en los circuitos financieros y comerciales es bastante marginal.

El escenario actual apunta, más bien, a que se va a seguir produciendo un declive relativo del dólar, pero sin que su lugar sea ocupado por ninguna otra moneda de referencia. A fin de cuentas, el Sistema Monetario Mundial no deja de ser un reflejo del sistema capitalista mundial, donde la incertidumbre derivada de la decadencia del hegemón del último siglo seguirá imperando aún durante bastante tiempo.


[1] El FMI prevé una caída del PIB de Rusia del 8,5% en 2022 y del 2,3% en 2023 (https://bit.ly/3EPwoP1).
[2] Marx, Karl (1867): El capital (vol. I), Siglo XXI, 2017, pp. 197-200.
[3] Datos del FMI: https://bit.ly/3EZoxOY.
[4] Datos del World Gold Council: https://bit.ly/3vF96XS.
[1] Datos del FMI: https://bit.ly/3Lq1wHo.

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