Tampoco ha de sorprender si una vez pudieron aspirar a algo ya afirmaban “no ser de izquierdas ni de derechas, los de abajo contra los de arriba” ¡Por favor, algo de contenido ideológico!.
Por Jordi Nova.
Últimamente cierto espectro popular asiste atónito a los resultados electorales que dejan frustradas sus expectativas, ¿cómo pueden votar a los que les están robando? o ¿cómo un obrero puede votar a la ultraderecha?
No nos engañemos, en el estado español siempre ha existido tradicionalmente un electorado de derechas y no vamos a entrar en los motivos por los que familias votan contra sus propios intereses de clase, más aún en el medio rural, donde todos se conocen y votan a un vecino o directamente al que le soluciona la papeleta, que suele coincidir con el que tiene el dinero. Lo que de verdad a un servidor le preocupa es la desmovilización que los supuestos partidos de izquierda producen entre su propio electorado potencial.
Los que asaltaban los cielos y recogieron el testigo de un movimiento ciudadano de hastío e indignación han terminado por institucionalizarse y accediendo con ello a propiciar leyes y gobiernos que solamente 10 años antes hubieran criticado con fiereza, no sirve el número de diputados que se tengan o que los grupos mediáticos sean un poco de derechas o muy de derechas, que les acosen o que les calumnien, ¿A caso no lo sabían o es algo que no ocurriera con anterioridad?.
Centrando el tiro a nivel estatal, el que se supone partido socialdemócrata ha actuado acorde a lo que se esperaba de el, en cambio sus socios de gobierno y sus líneas rojas que todo pacto de gobierno debe tener no pueden ser tan difusas, al menos por lo que respecta a una coalición que se presupone que está más a la izquierda. Tampoco ha de sorprender si una vez pudieron aspirar a algo ya afirmaban “no ser de izquierdas ni de derechas, los de abajo contra los de arriba” ¡Por favor, algo de contenido ideológico! ¿Dónde quedo aquello de legislar sobre pedir responsabilidades a los gobiernos que incumplieran las promesas electorales? Desde luego, a largo plazo, el incumplimiento de los pactos electorales con arreglos de reformas laborales pasadas o retoques de leyes que coartan la libertad de expresión, dan como resultado algo muy distinto de lo que es una derogación y como consecuencia traerá un menor número de diputados y una menor trascendencia todavía. Tanta ansia en entrar en gobiernos con el papel que se puede hacer con un grupo parlamentario fuerte y necesario para mantener el gobierno.
En cuanto al resultado de ese gobierno, deberían centrar más el tiro en la clase, que es una y siempre lo será, centrarse en los problemas diarios de la clase obrera y ser más valientes a la hora de abordarlos, aún a costa de terminar la legislatura, ya que con esta dinámica de no ser valientes, lo que se va a conseguir es agotar la legislatura si, pero se dispararán las posibilidades de que las próximas legislaturas sean aún más conservadoras y que todos esos avances sociales, por los que ha apostado claramente una parte de este gobierno sean, y estos sin ningún tipo de media tinta, derogados.
No seré yo quién esté en contra de ningún avance social, atendiendo claro está, a las distintas sensibilidades de los diferentes colectivos que reclaman sus derechos, pero hay que centrar el tiro en el discurso y distanciarse de posiciones más centristas si se quiere movilizar y aglutinar el voto obrero en la izquierda y no en posiciones antagónicas con lo que supondrá esto para la gente trabajadora de este país, solamente hay que mirar arriba en el mapa y ver lo que se cuece más allá de los Pirineos.
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