El Caso Idris Farhan: Espionaje, Extorsión y la Encrucijada de la Justicia Italiana

Durante años, Idris Farhan fue visto como un opositor al régimen autoritario de Marruecos. Como periodista, utilizó su plataforma para denunciar las violaciones de derechos humanos en su país natal y para movilizar a la diáspora marroquí en Europa en defensa de las libertades civiles.

Por Héctor Bujari Santorum | 10/08/2024

La Caída de un Supuesto Activista

Idris Farhan, un nombre que hasta hace poco tiempo sonaba en los círculos de la disidencia marroquí como el de un periodista marroquí, ha quedado envuelto en un escándalo que ha sacudido a la comunidad marroquí en el exilio. Su arresto en Italia en mayo de 2024, tras una solicitud de extradición por parte de Marruecos, ha puesto en el centro de la atención internacional una serie de acusaciones que incluyen espionaje, extorsión y manipulación política.

Este caso no solo ha generado un debate sobre la legitimidad de las actividades de Farhan, sino que también ha planteado serias dudas sobre la integridad de los procesos judiciales en los que están implicados disidentes políticos. En medio de esta tormenta, han surgido alegaciones de que Farhan podría ser un agente doble al servicio de la Dirección General de Estudios y Documentación (DGED) de Marruecos, lo que añadiría una capa de complejidad a un caso que ya es profundamente complicado.

Perspectiva de los medios marroquíes: ¿Ataque o encubrimiento?

Medios pro-marroquíes han informado que Idris Farhan ha sido acusado de varios delitos, incluyendo trata de personas, migración irregular e incitación al terrorismo. También se le ha acusado de promover actos violentos contra instituciones marroquíes y de recibir apoyo de los servicios de inteligencia argelinos, además de respaldar puntos de vista críticos hacia Marruecos.

También fueron mencionados Abdellah Boussouf, actual secretario general del Consejo de la Comunidad Marroquí en el Extranjero (CCME), Saïd El Fekkak, miembro del buró político del Partido del Progreso y el Socialismo (PPS) y ex presidente de la Fundación Hassan II para la promoción de las obras sociales en el sector de la salud, así como Abdellatif Ouzine. Estos individuos fueron referidos el martes 27 de marzo ante el Fiscal del Rey en el Tribunal Penal de Ain Sebaa en Casablanca.

Según una fuente cercana al caso citada por nuestro colega «Kifach», el fiscal ordenó remitir el caso a la policía judicial para profundizar en la investigación sobre los hechos de los que se acusa a las personas mencionadas. Todos ellos son sospechosos de estar implicados en la asistencia y el suministro de fondos a Idris Farhan, propietario de un sitio web de noticias en Italia especializado en difamar a las instituciones marroquíes.

En el mismo contexto, un conductor de la misma institución que dirigía Saïd El Fekkak ha sido detenido por su presunta relación con el caso.

Sin embargo, estas informaciones son poco creíbles y deben ser corroboradas con cautela.

El Zarpazo del León del Atlas: El Intento de descartar a Farhane

El mandato de arresto se refiere a la organización de la inmigración clandestina. Driss Farhane habría solicitado dinero a sus compatriotas en Marruecos para transportarlos a Italia. El Tribunal de Fez ha solicitado su extradición. Sin embargo, el caso de Farhane, quien lleva en prisión en Brescia desde el 26 de abril y ha residido en Italia durante décadas con su esposa e hijas nacidas en el país, es mucho más complejo de lo que parece.

Un nexo oscuro une al arrestado de 59 años y a su sitio de información, Choroknews24, con uno de los mayores escándalos en Marruecos en los últimos años. Este escándalo gira en torno a las protecciones que, tal vez incluso después de 2019, el narcotraficante maliense-marroquí Hadj Ahmed Ben Brahim, apodado «el Pablo Escobar del Sahara», habría recibido. Ben Brahim, un personaje digno de película, construyó un imperio que abarca desde el cannabis, una tradición en Marruecos, hasta la cocaína importada de Colombia mediante pequeños aviones. La situación llegó a tal punto que el rey Mohammed VI se vio obligado a intervenir para «moralizar» la vida pública.

En diciembre de 2023, se llevaron a cabo arrestos basados en las revelaciones de Ben Brahim y, al parecer, también bajo presión de Estados Unidos. Entre los arrestados estaban figuras prominentes del empresariado, la política y los aparatos de seguridad marroquíes, incluyendo a Said Naciri, entonces presidente del Wydad, uno de los equipos de fútbol más prestigiosos de Casablanca y de África. Más de un año antes, Farhane, a través de su sitio, ya había nombrado a algunos de estos individuos, formulando graves acusaciones que aún deben ser corroboradas. Entre ellos, Abdelnabi El Biaoui, diputado del Partido Autenticidad y Modernidad (PAM), conocido por su postura liberal y actual presidente de la región Oriental: “Representa el lobby que lleva la cocaína a Marruecos desde hace años”, afirmaba Choroknews24 el 17 de noviembre de 2022, cuando aún no se admitía oficialmente la protección de alto nivel que Ben Brahim recibía.

Farhane también apuntaba más alto. El 24 de enero, en un video en YouTube, mostrando un informe de la Gendarmería Real, acusó a Fouad Ali El Himma, un poderoso consejero y cercano amigo del monarca, de ser el «rey de la cocaína». Otras acusaciones, cuya veracidad es incierta, involucraban a Abdellatif Hammouchi, jefe de la policía y de los servicios secretos internos (DST) de Marruecos, quien es interlocutor de agencias de inteligencia global en la lucha contra el extremismo islámico.

Recientemente, en sitios pro-gubernamentales marroquíes como m.alayam24.com, aparecieron acusaciones de extorsión contra Farhane por parte de Latifa Raafat, ex-esposa de “Escobar”, una cantante conocida. Sin embargo, Farhane ha salido indemne de las querellas por difamación presentadas en Italia por instituciones marroquíes.

Marruecos está presionando para la extradición a través de nuestros ministerios de Exteriores y de Justicia. La colaboración con Rabat es crucial en temas de inmigración y otros asuntos. Sin embargo, la Corte de Apelaciones de Brescia rechazó una solicitud de entrega de Farhane en agosto pasado. Se le acusaba de difamación en línea contra una serie de personalidades marroquíes, incluyendo al consejero del rey El Himma y al jefe de los Servicios Hammouchi. El juez Claudio Mazza escribió que la Corte tiene razones fundadas para creer que la solicitud de extradición podría tener motivos políticos, es decir, que responde a sus opiniones personales. La Fiscalía General presentó una amplia documentación sobre las persecuciones contra periodistas en Marruecos.

La embajada marroquí en Roma no respondió a las consultas de Il Fatto. Rabat obtuvo el arresto a través de Interpol y tiene un plazo de 40 días para presentar una nueva solicitud de extradición. Mientras tanto, la Corte de Apelaciones ha ordenado la prisión de Farhane debido a que, desde 2022, no cuenta con un permiso de residencia válido, “no ha demostrado la posesión de una vivienda ni la disponibilidad de parientes para hospedarlo”, y por lo tanto existe un “riesgo de fuga”, según el juez Antonio Minervini el 30 de abril. El abogado Cinquepalmi solicitará la revocación de la prisión, argumentando que la casa donde residen la esposa y las hijas de Farhane sí existe. Si el gobierno desea extraditarlo, necesitará un dictamen favorable de los jueces.

La Figura de Idris Farhan: De Héroe a Villano

Durante años, Idris Farhan fue visto como un opositor al régimen autoritario de Marruecos. Como periodista, utilizó su plataforma para denunciar las violaciones de derechos humanos en su país natal y para movilizar a la diáspora marroquí en Europa en defensa de las libertades civiles. Su arresto en Italia, sin embargo, ha revelado un lado oscuro que contradice su imagen pública.

Fuentes dentro de la diáspora marroquí, que anteriormente apoyaban a Farhan, han comenzado a distanciarse de él, argumentando que su activismo podría haber sido una fachada para actividades mucho más siniestras. Estas fuentes sugieren que Farhan podría haber estado colaborando con la DGED, infiltrándose en los círculos de la disidencia marroquí en Europa con el objetivo de recopilar información y desestabilizar las redes de oposición. De ser cierto, esto representaría una traición monumental no solo a sus compañeros, sino también a los ideales que decía defender.

Sin embargo, estas acusaciones de espionaje no están respaldadas por pruebas concluyentes y, en muchos aspectos, parecen ser parte de una guerra de información en la que la verdad es la primera víctima.

La posibilidad de que Farhan fuera un agente doble plantea interrogantes sobre la naturaleza del activismo en contextos de alta tensión política, donde la línea entre defensor de derechos humanos y traidor se vuelve peligrosamente delgada.

La Dirección General de Estudios y Documentación (DGED)

La DGED, el servicio de inteligencia exterior de Marruecos, ha sido acusada durante mucho tiempo de operar más allá de las fronteras nacionales para suprimir la disidencia. Este organismo ha sido señalado por orquestar campañas de espionaje, infiltración y, en algunos casos, incluso secuestro de disidentes marroquíes en el extranjero. La supuesta implicación de Farhan con la DGED, de confirmarse, sería un testimonio del alcance y la sofisticación de las operaciones encubiertas marroquíes en Europa.

Históricamente, la DGED ha sido un actor clave en la preservación del régimen marroquí, utilizando una combinación de dinero, inteligencia y coerción para neutralizar las amenazas percibidas. Las acusaciones de que Farhan podría haber estado trabajando para este organismo sugieren que el gobierno marroquí podría haber logrado infiltrar incluso los círculos más resistentes de la oposición. Tal infiltración sería un golpe a la moral de la diáspora marroquí opositora, ya que indicaría que incluso aquellos que parecen estar luchando por la libertad pueden estar sirviendo a los intereses del régimen.

La posibilidad de que Farhan estuviera involucrado en actividades de espionaje también plantea preguntas sobre la vulnerabilidad de las redes de activismo en Europa.

El Caso de Extorsión en Italia: Una Doble Amenaza

Mientras las acusaciones de espionaje continúan circulando, Farhan también enfrenta serias acusaciones de extorsión en Italia. Según los informes judiciales, Farhan habría exigido sumas significativas de dinero a ciudadanos marroquíes en Italia, prometiéndoles a cambio protección o influencias que podrían mejorar su estatus migratorio o protegerlos de amenazas. Estos cargos, que han sido detalladamente investigados por las autoridades italianas, han complicado aún más su situación legal.

El proceso judicial en Italia ha estado marcado por una serie de tensiones. La Corte de Apelaciones de Brescia, encargada de decidir sobre su extradición a Marruecos, se encontró en la encrucijada entre la presión diplomática y el compromiso con la justicia.

Finalmente, los jueces italianos decidieron no extraditar a Farhan, citando preocupaciones de que su regreso a Marruecos podría resultar en un juicio injusto o incluso en su persecución política. Esta decisión ha sido vista como un intento de proteger los derechos fundamentales de Farhan, pero también ha dejado abierta la posibilidad de que tenga que enfrentar las acusaciones de extorsión en territorio italiano.

El juez Antonio Minervini, quien ha sido un actor clave en este proceso, ha subrayado la importancia de un juicio imparcial en Italia. Según Minervini, el caso de Farhan debe ser evaluado con sumo cuidado para garantizar que las acusaciones se investiguen a fondo y que se haga justicia, independientemente de las presiones externas. La Fiscalía de Brescia ha recurrido en casación la sentencia que deniega la extradición de Farhane, por lo que el procedimiento aún no ha terminado.

El Silencio de Italia: Una Reacción Sorprendente

A pesar de la gravedad del caso y de las implicaciones internacionales que conlleva, la reacción en Italia ha sido sorprendentemente limitada. Salvo algunas publicaciones aisladas, la cobertura mediática ha sido escasa, lo que ha generado preocupación entre los pocos periodistas que han seguido el caso de cerca. Alessandro Mantovani, un periodista italiano que ha investigado de manera exhaustiva este tema, ha expresado su frustración ante la aparente indiferencia de los medios y el público italiano.

Mantovani sugiere que este silencio podría deberse a varios factores. En primer lugar, la complejidad del caso, que involucra aspectos legales, políticos y de seguridad nacional, lo convierte en un tema difícil de abordar para los medios de comunicación tradicionales.

Además, el hecho de que el caso esté centrado en un activista extranjero puede haber contribuido a la falta de interés del público italiano, que podría no percibir la relevancia directa de este caso para su contexto nacional.

Sin embargo, Mantovani también apunta a un posible desinterés deliberado por parte de algunos sectores para evitar la atención pública en un caso que podría poner en entredicho las relaciones diplomáticas entre Italia y Marruecos. Esta situación resalta una paradoja: mientras que las instituciones italianas, como la Corte de Apelaciones de Brescia, han demostrado un compromiso con los principios de la justicia, la sociedad civil y los medios de comunicación han mantenido un perfil bajo, dejando que el destino de Farhan se decida en en silencio.

El Complejo Juego de la Información: Verdad y Manipulación

El caso de Idris Farhan pone de manifiesto las dificultades inherentes a la separación entre la verdad y la manipulación en contextos. En un mundo donde la información y la desinformación se entrelazan de manera peligrosa, las acusaciones contra Farhan deben ser vistas con cautela. Si bien es posible que haya estado involucrado en actividades ilegales, también es plausible que esté siendo utilizado como un peón en un juego de poder mucho más grande.

Las campañas de desinformación no son nuevas en la política internacional, y han sido utilizadas repetidamente para desacreditar a individuos y movimientos. En este sentido, las alegaciones contra Farhan de ser un agente doble podrían ser parte de una estrategia más amplia para socavar la credibilidad de los movimientos de derechos humanos. Si este es el caso, el daño ya está hecho, pues la simple insinuación de traición ha sembrado la duda y la división entre los activistas y sus seguidores.

Por otro lado, si las acusaciones son ciertas, ello demostraría la sofisticación de las operaciones de inteligencia marroquíes y la vulnerabilidad de las redes de disidencia en Europa. En cualquier caso, el impacto de estas alegaciones ha sido devastador, y la comunidad internacional debe tomar nota de los peligros que plantea la manipulación de la información en conflictos políticos.

El Rol de la Comunidad Internacional: Justicia y Derechos Humanos en Peligro

La comunidad internacional ha reaccionado con notable cautela ante el caso de Idris Farhan. Organizaciones como Amnistía Internacional, Human Rights Watch o Reporteros sin Fronteras que usualmente actúan en casos de posible persecución política, han adoptado un enfoque más reservado, evitando pronunciarse ante el caso. Esta falta de intervención directa podría deberse a las complejidades del caso y a las dudas sobre la autenticidad de las acusaciones contra Farhan.

El silencio de la comunidad internacional también puede reflejar una falta de voluntad para enfrentarse a Marruecos, que juega un rol geopolítico importante en el Mediterráneo y el norte de África.

La Encrucijada de Idris Farhan

El caso de Idris Farhan es un microcosmos de las luchas más amplias que enfrentan los defensores de los derechos humanos. Si Farhan es culpable de las acusaciones de espionaje y extorsión, su caso será visto como un ejemplo de cómo la corrupción puede infiltrarse incluso en los movimientos sociales. Pero si es inocente, entonces se convierte en una víctima más de un sistema diseñado para silenciar a los críticos y perpetuar el poder.

El caso de Farhan ha dejado una marca indeleble en la diáspora marroquí y en la comunidad internacional de derechos humanos. Ha expuesto las complejidades y los peligros de operar en un entorno donde la información puede ser manipulada y donde la justicia a menudo se ve comprometida por intereses políticos.

El desenlace de este caso será observado de cerca, no solo por sus implicaciones legales, sino por lo que significa para el futuro de la lucha por la libertad y la justicia en Marruecos y más allá.

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