La única solución viable para implantar un plan de vertidos cero pasa por unir la paralización del trasvase a la expropiación inmediata de las tierras de las proximidades del Mar Menor donde se cultiva de forma irregular
Rodrigo Pasero
En las últimas semanas, se han hecho virales las imágenes de toneladas de peces y moluscos muertos en las orillas del Mar Menor. Estas imágenes, que se están repitiendo desde el año 2019, son la demostración gráfica de un desastre natural provocado por los grandes capitalistas.
La degradación del Mar Menor
El Mar Menor es la mayor albufera del Estado español y está considerada como la mayor laguna salada de Europa. Por sus características especiales de gran salinidad tiene un ecosistema único, con una gran biodiversidad. En sus aguas por ejemplo, hay una colonia de nacra, que antes del año 2016 llegaba a 600 ejemplares. Las nacras son una especie de moluscos que está en peligro crítico de extinción, de la que solo quedan ejemplares en el Mar Menor y el Delta del Ebro.
Lo que antes era una laguna cristalina llena de vida, se ha convertido en estos últimos años en una “sopa verde” completamente intoxicada por los vertidos de la agricultura intensiva. En 2016 la proliferación masiva de fitoplacton propiciada por la acumulación de nitratos y fosfatos impidió que la luz llegara a las zonas más profundas de la laguna, arrasando con buena parte de la vida en las zonas más profundas del Mar Menor. Aunque el problema salió a la luz a partir del año 2016, el origen del problema comienza mucho antes
Hace cuatro décadas se empezó a utilizar el trasvase Tajo –Segura. Este fue el origen de la destrucción del Mar Menor. Con el agua procedente del Tajo, se hizo posible que una zona de cultivos de secano se convirtiera rápidamente en una zona de regadíos.
Al comienzo del trasvase la superficie agrícola en las proximidades del Mar Menor era del 73 % de secano y el 12’8% de regadío. Hace algo más de 10 años la superficie agrícola de regadío era ya del 50,24%.
En la búsqueda del máximo beneficio las grandes multinacionales que operan en Murcia, han apostado por el cultivo intensivo, con la utilización masiva e insostenible de fertilizantes ricos en fosfatos y nitratos, y siendo plenamente conscientes de que estaban convirtiendo un paraíso natural en una macabra laguna muerta.
Así es como mientras el Mar Menor se muere, un puñado de empresarios se llena los bolsillos convirtiendo una de las zonas más áridas de Europa en una ostentosa huerta. Actualmente, una de cada cinco verduras y hortalizas que exporta el Estado español proviene de la Región de Murcia.
El plan para la protección del Mar Menor. Hay que tomar medidas drásticas.
Las impactantes imágenes que se sucedieron en el año 2019, cuando se recogieron en las orillas más de dos toneladas de animales muertos, llevaron a la aprobación en el Congreso de los Diputados de un plan para la protección del Mar Menor. En junio de 2020 la asamblea de la Región de Murcia aprobó la Ley de Recuperación y Protección del Mar Menor con los votos de PP, Ciudadanos y PSOE. Aunque esta Ley establecía restricciones al uso de fertilizantes químicos, incluía tantas excepciones que en la práctica dejó la situación como estaba. La consecuencia ha sido que la situación catastrófica se ha repetido a un nivel superior durante este mes de agosto. De momento se han recogido más de seis toneladas de animales muertos. Esto demuestra que este plan y la ley autonómica, debido a que han cedido ante los intereses de la industria agroalimentaria, han sido un estrepitoso fracaso.
El plan aprobado consistía en la creación de toda una serie de actuaciones sobre infraestructuras, retirada de fangos, eliminación de regadíos sin autorización y aumento de la zona próxima a la rambla y al propio Mar Menor en la que se prohíbe cultivar con regadíos
El caso de los regadíos ilegales es especialmente sangrante. La impunidad de la que gozan todas estas empresas ha llevado a la explotación ilegal de regadíos a un nivel estratosférico. Según el gobierno central, existen en la actualidad ni más ni menos que una extensión equivalente a 8.000 campos de futbol cultivadas de forma ilegal, sin concesiones de agua. Además la utilización masiva de fertilizantes es la tónica general de las multinacionales agroalimentarias que operan en la zona. Hace unos días el gobierno reconocía que se exceden los vertidos de nitratos en la zona del Mar Menor en 4.000 kilos al día.
El disparatado plan de López Miras y la demagogia del PP
Ahora ante esta nueva crisis, el PP de forma demagógica ha pedido la implicación del gobierno central para aprobar un plan de vertidos cero al Mar Menor. Los mismos que agitaban sus banderas con el lema “agua para todos”, con el objetivo de que los terratenientes de la zona y los grandes multinacionales agroalimentarias se hicieran de oro hoy piden medidas para parar el desastre causado. Son los mismos que han gobernado durante 40 años en la Región de Murcia sin mover un dedo frente a este ecocidio.
Pero sin duda, el premio a la mayor barbaridad desde el punto de vista ecológico es para el Presidente de Región de Murcia, Fernando López Miras, que ha propuesto que para acabar con el problema de eutrofización, la solución pasa por abrir el Mar Menor al Mediterráneo, ampliando las entradas de agua a la albufera. Este plan cuenta con el rechazo casi unánime de la comunidad científica porque supondría acabar con el ecosistema propio del Mar Menor, reduciendo sus características de hipersalinidad y abriendo aún más la puerta a especies invasoras y otros patógenos del Mediterráneo que más que probablemente provocarían la extinción de las nacras y de otras muchas especies en el Mar Menor. De hecho, una actuación similar para construir y desarrollar el puerto deportivo de la Manga tuvo ya efectos ambientales catastróficos hace casi medio siglo.
Fernando López Miras, ha propuesto que la solución pasa por abrir el Mar Menor al Mediterráneo. Una actuación similar tuvo ya efectos ambientales catastróficos hace casi medio siglo.
Por la expropiación de las tierras de regadío de las proximidades del Mar Menor
Tanto las organizaciones ecologistas como de forma demagógica el PP, están insistiendo en la creación de un plan de vertidos cero. En primer lugar, un plan de esas dimensiones solo se podría realizar con la paralización inmediata del trasvase Tajo-Segura, a la que por supuesto se opone el PP, que redujera de forma drástica el nivel de regadíos y de vertidos de aguas ricas en nitratos y fosfatos.
Esta medida por si sola es inviable. En una zona en la que lo habitual es que las grandes empresas hortofrutícolas obtengan el agua de forma ilegal, con la complicidad absoluta del gobierno de la Región de Murcia y del gobierno central, incluso la paralización del trasvase provocaría un aumento de la explotación de los pozos y las desalobradoras ilegales. De hecho en el mes de marzo de este año la Guardia Civil precintó medio centenar de fincas que tenían 42 pozos de captación de aguas irregulares y 60 desalobradoras. Además, la realidad es que muchas de esas denuncias luego ni siquiera son tramitadas por el gobierno de la Región de Murcia.
El ejemplo del Mar Menor es una nueva demostración de que el capitalismo mata el planeta. La producción capitalista es la responsable de esta situación. La única solución viable para implantar un plan de vertidos cero pasa por unir la paralización del trasvase a la expropiación inmediata sin indemnización de las tierras de las proximidades del Mar Menor donde se cultiva de forma irregular, imponiendo sanciones ejemplares a todos los que han generado esta situación.
Esta alternativa es la única forma de garantizar que en un futuro el Mar Menor se pueda comenzar a recuperar y se convierta de nuevo en una laguna llena de vida.
Rodrigo Pasero. Comisión Ejecutiva de Izquierda Revolucionaria
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