Estados Unidos sigue aumentando su presencia militar en toda Europa poniendo en riesgo la paz y la soberanía del continente.
Por Oriol Sabata
El 3 de febrero de 2022, Eslovaquia firmó con Estados Unidos un Acuerdo sobre cooperación en defensa (DCA). Dicho documento, da luz verde al despliegue de tropas estadounidenses en suelo eslovaco y el uso de sus instalaciones militares.
La firma fue realizada en Washington con la presencia del Ministro de Defensa y el Ministro de Exteriores eslovacos Jaroslav Naď e Ivan Korčok, junto al Ministro de Exteriores estadounidense Antony Blinken.
De esta manera, Estados Unidos podrá utilizar los aeródromos militares de Kuchyňa y Sliač y otras instalaciones. Paralelamente, se está produciendo un gasto millonario para la compra a EE.UU de armamentos y equipos de combate (tanques, helicópteros, aviones…).
El país se ha convertido en un campo de entrenamiento de soldados ucranianos y maniobras de guerra de la OTAN, con presencia de militares holandeses, polacos, estadounidenses y alemanes, un hecho que pone en riesgo la integridad territorial y la soberanía del país. Y no se trata de un caso aislado. Estados Unidos cuenta actualmente con más de 450 bases militares repartidas por toda Europa.
A través de la alianza atlántica, Washington sigue profundizando su política militar expansionista. Una dinámica que lleva impulsado desde hace 30 años tras la caída del campo soviético y que ha llevado al viejo continente a un conflicto bélico sin precedentes desde la Segunda Guerra Mundial.
Según un informe de Defense Security Cooperation Agency (DSCA), Estados Unidos aumentó en 2022 sus exportaciones de armas en casi un 50%. Un lucrativo negocio que evidencia los intereses económicos y geoestratégicos que hay tras esta política de confrontación con Rusia en la que los pueblos europeos, y en especial el ucraniano, son usados como carne de cañón.
El pasado 3 de febrero, durante la firma del acuerdo de defensa con Eslovaquia, Antony Blinken hablaba de «intereses compartidos» y de «seguridad y estabilidad en Europa». Los hechos de la historia reciente europea contradicen esta afirmación del Ministro de Exteriores estadounidense. Europa ha renunciado a su soberanía e intereses y está actualmente en guerra.
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