Economía | El gobernismo de Tsipras y el erratismo de Varoufakis

Varoufakis recientemente ha respondido a Tsipras por sus contradicciones en la valoración de la labor de su ministerio. Dado lo crítico de evaluar la experiencia y las responsabilidades políticas del fracaso de la experiencia de gobierno de Syriza, creo que merece un breve comentario sobre el papel de ambos.
A Varoufakis le dignifica que propuso un plan B antes de la claudicación de Tsipras, lo que supuso su salida del gobierno. De ahí, así como por su creatividad analítica y propositiva, mi respeto.
Varoufakis ha demostrado varias veces su capacidad de rectificación, aunque tantas otras también su inconstancia e inconsistencia por los numerosos saltos que da cada pocos meses.
Seguirle es fructífero porque es un manantial de ideas. Si bien con DIEM25 ha tratado de subsanar su falta de base social, la trata de construir por arriba con formaciones de un espectro tan amplio que incluye a liberales. Una suerte de nuevo frentepopulismo democrático europeista. Esa operación intelectual política una vez más refleja lo abstracto de su impulso y muestra la razón de su elitismo y avala lo errático de su trayectoria.
Bueno, al caso. Tsipras tomó a Varoufakis para su farol inicial. Y Varoufakis es responsable de aceptar ese ejercicio de ingenuidad tecnocrática que ignoraba que esto es cuestión de programa de acción y de fuerza y no sólo de palabras para la negociación.
Él fue quien aceptó pagar todos los prestamos desde Febrero de 2015, hasta el verano cuando cambió de opinión. Desde el principio comenzó la siembra de la derrota para una lucha de por sí desigual en la que el gobierno griego estaba muy sólo.
Aquella experiencia nos debe enseñar que la desobediencia debió comenzar desde el principio, antes de quedarse sin margen. Abriendo un camino para que otros pudieran seguirlo y ensancharlo.
Hubo una segunda oportunidad cuando Eric Toussaint, como el mismo relata basándose en las palabras del propio Varoufakis, lidera la presentación del informe de auditoría de la deuda griega. Aquel día vinieron los actores principales al Parlamento griego, gran parte del gobierno, el presidente de la República… Durante unas pocas semanas, por lo visto, el gobierno lo tomó con seriedad.
Tras esos días, Tsipras y otros ministros moderados, se echaron para detrás. Con sus reticencias iniciales a una moratoria Varoufakis no fue uno de ellos, lo que vuelve a hablar bien de él. Ahí solo Tsipras y los que se rindieron tuvieron toda la responsabilidad política.
Al igual que con su jugada de hacer un referéndum para perder y que no esperaba ganar de calle. Si hoy sigue en el gobierno, aplicando el programa más austeritario en Europa, tras la firma de los sucesivos memoranda, a pesar de su desplome en las encuestas, simplemente es porque a los poderosos les parece mejor que la izquierda aplique su programa antipopular que no que lo haga Nueva Democracia, la derecha griega.

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