El libro nos revela todo un entramado de empresas fantasma y testaferros que dificultó la tarea de rastrear la procedencia de los fondos utilizados, lo que llevaría a las investigaciones judiciales por fraude fiscal.
Por Dani Seixo | 13/01/2025
Entre los recovecos más oscuros de la reciente historia de España, entre el hierro oxidado de castilletes abandonados y galerías hundidas por el tiempo, se esconde una narrativa que nos habla de poder, corrupción y la ruina de un pueblo a la que muy pocos han querido dar voz. Don Vito: Una historia de mafia, política y carbón, publicado por la editorial Akal, desentierra sin miramientos ese pasado soterrado bajo toneladas de olvido y cómplices silencios. Con la pluma precisa y de Cristina Fanjul y Víctor del Reguero, el libro no ofrece la dulce nostalgia de la lucha obrera y la amarga crónica de un saqueo monumental.
Victorino Alonso aparece en sus páginas como el gran protagonista de esta trama. Su figura se proyecta como la de un señor feudal moderno, un empresario siempre orquestando desde la penumbra un complejo imperio de intereses que abarca no solo las cuencas mineras de Asturias, León y Palencia, sino también negocios tan diversos como los cotos de caza y las construcciones civiles. No se trata tan solo de personaje oscuro, sino que supone el eje de una maquinaria corrupta lubricada con dinero público y el firme beneplácito de un entramado político y sindical siempre dispuesto a mirar hacia otro lado.
Durante la crisis del carbón en los años ochenta Alonso inició la adquisición de minas en quiebra como Minero Siderúrgica de Ponferrada (MSP) y Antracitas de Gaiztarro, logrando de este modo expandir su control hasta casi monopolizar el sector privado minero. Detrás de estas operaciones financieras, el libro nos revela todo un entramado de empresas fantasma y testaferros que dificultó la tarea de rastrear la procedencia de los fondos utilizados, lo que llevaría a las investigaciones judiciales por fraude fiscal.
La pluma de Fanjul y del Reguero no pierde la tensión en ningún momento, cada dato está meticulosamente entrelazado con historias personales que humanizan una tragedia que afecta a vidas y traectorias de carne y hueso. Las voces de mineros que vieron desaparecer sus medios de vida se alzan desde estas páginas como un eco que resiste al silencio impuesto por décadas de opresión empresarial.
La elección del título, «Don Vito«, no es para nada fortuita. Como el legendario personaje de El Padrino, Alonso se presenta aquí como una figura todopoderosa que impone su propia ley del silencio en las cuencas mineras. Pero esta obra no se detiene en la denuncia, también es un testimonio de cómo el poder económico y político se aunaron para transformar las cuencas en una caricatura de lo que fueron antaño, para intentar desbaratar la resistencia obrera, siempre firme contra la explotación y la injusticia. El desmantelamiento no fue un proceso natural, sino una operación meticulosamente planeada para despojar a las comunidades de sus riquezas y oportunidades.
Con un estilo narrativo que recuerda al periodismo literario más incisivo, Don Vito mantendrá al lector cautivo entre la indignación y la fascinación. Nos encontramos ante un libro que no sólo informa, sino que interpela al lector y desafía al poder, cuestionando las estructuras de opresivas que permitieron esta tragedia.
Se el primero en comentar