Nadie ya de los doctos historiadores cuestiona que la supuesta civilización que llevaron los colonizadores se forzó a cambio de sangre, sudor y lágrimas y la supuesta libertad se impuso con devastación, saqueo y exterminio, salvo para la ignorancia de Díaz Ayuso.
Por Puño en Alto
Se suele decir que alguien ha confundido el culo con las témporas cuando confunde conceptos distintos y, en consecuencia, adopta conductas equivocadas o formula expresiones erróneas. Siendo muy generoso y dándole el beneplácito de la duda, es lo que le ha pasado a la presidenta de la CAM, Díaz Ayuso, al pretender identificar el indigenismo con el comunismo.
Díaz Ayuso, conocedora junto a sus asesores que su turner por EE.UU. está pasando sin pena ni gloria, se dedica en las ruedas de prensa, en la que tan solo asisten algunos medios españoles y ninguno estadounidense, a decir obviedades y lugares comunes trasnochados y ofrecer titulares como el referido a que el indigenismo es el nuevo comunismo, todo a pesar de demostrar una supina ignorancia sobre ambos conceptos.
Arremeter contra el Papa por haberse atrevido a reconocer las atrocidades cometidas en nombre de la fe cristiana y pedir disculpas a México en nombre de la Iglesia Católica por su comportamiento en la colonización, es otro capítulo más que demuestra su absoluto desconocimiento de la historia. Dijo Ayuso “no entender que un Papa católico que habla español se disculpara con México por las atrocidades llevadas a cabo en la colonización en nombre de la fe cristiana”, cuando, para ella la colonización de esas tierras dejó como legado la civilización y la libertad. Además de demostrar otra supina ignorancia, aprovechó las disculpas del Papa para ofrecer otro titular a la prensa con la que paliar algo la irrelevancia de su visita en tierras norteamericanas y, a su vez, en un intento de competir con el discurso patriotero barato y rancio de su socio de gobierno.
Nadie ya de los doctos historiadores cuestiona que la supuesta civilización que llevaron los colonizadores se forzó a cambio de sangre, sudor y lágrimas y la supuesta libertad se impuso con devastación, saqueo y exterminio, salvo para la ignorancia de Díaz Ayuso.
Hacer gala de la ignorancia solo está al alcance de muy pocos, en el caso de Díaz Ayuso, llega a ese alcance hasta convertirlo en estulticia. Y es que a MAR no siempre le sienta bien los whiskys y cuando la presidenta de la CAM suelta las cosas que le escriben tal papagayo, sin un mínimo de reflexión o solo para obtener un titular, pues eso, todo queda en estultez nivel diez.
Para alguien como Díaz Ayuso cuyo concepto de libertad no va más allá de poder tomarte una caña en una terraza de un bar y quien atribuyó las infecciones por coronavirus en Madrid al “modo de vida de la inmigración”, y para quien se despacha sin despeinarse diciendo “que cuando te llaman fascista, sabes que lo estás haciendo bien y que estas en el lado bueno”, no es de extrañar nada.
Su discurso no es franco y sí oportunista, no es aglutinador y si divisivo rebosado de un populismo rancio, mediocre e insustancial, al mejor estilo de Trump. Por eso, su visita a Estados Unidos hay que encajarla exclusivamente en clave nacional y más concretamente para mercado interno del PP, porque lo de la búsqueda de inversores era solo una excusa dada la irrelevancia que está teniendo en los medios de comunicación estadounidenses.
Sonrojo y vergüenza ajena, oiga.
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