Por Alba Puerto
“La cineasta Cassie Jaye realiza el documental The Red Pill, yendo tras el misterioso y polarizado Movimiento por los Derechos de los Hombres, de Estados Unidos. Explora la guerra de género de hoy y deja caer la pregunta: ¿cuál es el futuro de la igualdad de género?”
Cuando Cassie Jaye viaja a Hollywood con 17 años, quiere ser actriz, pero pronto la encasillan en el papel de rubia tonta. Esa que siempre es la primera en morir en una peli de miedo, y todos deseamos ver cómo la descuartizan. Jaye se da cuenta de que esta situación, machista y misógina, no le gusta; aunque no lo etiqueta así. Decide colocarse detrás de la cámara y hacer documentales. Sus últimos trabajos se han centrado en el derecho de las parejas LGTB a formar una familia o las experiencias de las madres solteras.
Durante el visionado de los primeros 30 minutos de The Red Pill, los activistas por los Derechos Del Hombre se dedican a esparcir datos. Asegurando que son los más damnificados de lo que, las feministas, llaman patriarcado; y que no están contra ellas. Los militares son casi todos hombres y, por tanto, mueren más en las guerras. Hay más hombres alcohólicos, más hombres se suicidan, más hombres son desahuciados o viven en la calle. Ellos son obligados a trabajar para mantener a su familia, e incluso hay mujeres que se casan con ellos por dinero, no porque les quieran. Otra forma de abuso. Estos activistas aseguran que les llaman llorones por señalar estas situaciones. Mientras que Katherine Spillar, directora ejecutiva de Feminist Majority Foundation, les pide que maduren: “porque los tiempos han cambiado, deben adaptarse a la nueva situación y esta es que los hombres ya no deben tener la ventaja.” Esto tampoco quiere decir que las mujeres lleven ventaja, ahí están los datos para demostrarlo, sino que estamos comiéndole algo de terreno a los hombres. Y, mi teoría es que, cuando estos hombres vieron que sus privilegios (respecto a la opresión de otro grupo) disminuían, se levantaron diciendo que eran las mujeres quienes les oprimían. Así se descubren testimonios de mujeres que ejercen maltrato o violan a hombres; al igual que “muchas” madres se quedan con la custodia de sus hijos para darlos en adopción, sin que el padre se entere. Estos activistas aseguran que el patriarcado no es culpable de los roles de género. Pero si los hombres son obligados a ejercer oficios que, generalmente y por construcción social, han sido asignados al hombre; es por los roles de género que ha establecido el patriarcado. Por tanto, el verdadero culpable de las situaciones que señalan a lo largo de la película, no es la mujer “que lleva ventaja” sino el patriarcado que oprime a ambos, aunque en más situaciones a la mujer. Pero, estos hombres, en vez de unirse y aprender de las mujeres, nos gritan que ellos sufren más que nosotras.
El documental continúa con más frases a destacar, algunas son:
“Imagina lo que conlleva ser un político exitoso, a cuanta vida personal tienes que renunciar, cuanto trabajo y privacidad tienes que sacrificar, a cuanta libertad. Hay más hombres que mujeres dispuestos a hacer eso. Además, que los hombres sean los que redacten leyes, no significa que sea en su propio beneficio.” Activista líder del Movimiento por los Derechos del Hombre.
“Parad de decir que estáis oprimidas y somos nosotros quienes oprimen, es una mentira dañina.” Escritor pro-Derechos del Hombre.
Katherine Spillar me convence con el siguiente argumento: “el movimiento de los derechos de los hombres comenzó cuando las mujeres empezaron a conseguir ganancias, y algunos hombres se sintieron amenazados por las oportunidades que se abrieron a las mujeres. Algunos se sienten amenazados, porque ahora deben competir contra mucha más gente por sus trabajos. No pueden entrar en las mejores escuelas, porque hay mujeres con mejores calificaciones” “los hombres no tienen desventaja bajo la ley o en el mundo de los negocios, esto es un hecho.”
Fred Hayward, uno de los activistas, a mitad del documental (cuando casi estaba convenciendo al espectador) dijo lo siguiente: “Si las mujeres son tan diferentes a los hombres, que estos no pueden entender la experiencia femenina y tenemos que escuchar cuando ellas lo describen. Entonces, la experiencia masculina es tan diferente a la femenina, que no podéis entendernos y necesitamos ser escuchados.” “No se puede comparar cómo los hombres y las mujeres sufrimos el sexismo. Si una mujer se queja porque gana un 30% menos que el hombre, bueno, vive 6 años más que el hombre [5 en EEUU, 3 en España]. Y si cree que ha perdido una oportunidad laboral por ser mujer, al menos no ha perdido a su hijo [a la hora del divorcio, la mujer se suele quedar con los niños].”
Uno de los ejes centrales del documental es la conciliación reproductiva. Estos hombres alegan que la mujer elige si quiere tener hijos o no; y, a la hora del divorcio, se los quedan. Al ser el cuerpo de otra persona, no se tiene capacidad de decisión sobre él y no se puede obligar a una mujer crear un hijo que no quiere o puede tener. En ese punto espero que estamos todos de acuerdo. Por tanto, el movimiento feminista asegura que el derecho del padre a formar una familia aparece antes del acto sexual: hablando y llegando a acuerdos sobre los deseos y prioridades de ambos. Ser responsable de tu actividad sexual, así como de tu sexualidad. “Una mujer tiene derecho a decidir sobre su cuerpo, ¿y el hombre no tiene derecho a ser padre?” alegan. Añado la siguiente tabla, que me parece bastante ilustrativa:
Al ser las mujeres quienes más carga llevamos a la hora de la concepción, tanto durante el embarazo (39 semanas de gestación, con cambios físicos, emocionales y hormonales) como después (postparto y lactancia); es lógico que tengamos más opciones.
Una última cosa que también me ha impactado es que haya mujeres apoyando este movimiento. Abogando por que se escuchen las voces de los hombres encontramos, por ejemplo, las Honey Badger Brigade / Brigada del Tejón de la Miel. Las mujeres de esta brigada no tienen un movimiento para que se escuchen sus voces.
Es cierto que la mujer sufre cambios físicos y hormonales antes y después del parto. Pero no habría que tener en cuenta a la hora de abarcar este problema que es duro tener que asumir 18 años de paternidad indeseada? Al hombre se le dice «apechuga, haber usado un condón», pero en el momento en el que esto sucede hay dos personas que han decidido no usarlo.
Y después se le da a la madre un trato de favor con la custodia. Se asume que la mujer es más apta pero hay casos en los que podría no ser así, y esa posibilidad estaría contemplada por la ley si esta fuese igualitaria.
Es un problema realmente complicado y probablemente sin una solución perfecta, pero no por ello podemos girar la cabeza y solo ver una de las partes afectadas.