Por Roberto Santos
Ayer Javier Maroto me indigestó el desayuno. Sí, sí, así sin piedad, se plantó ante el micrófono de la SER y soltó la perla del día: “El PP nunca ha tenido un problema con los homosexuales”.
¿Perdona? ¿Cómo tiene los santos bemoles de decir eso? ¿Es consciente de que miente vilmente o realmente se cree las patrañas que suelta?
No hace falta volver a los tiempos de Franco para encontrar homofobia en el Partido Popular, porque no hay un solo año en el que algún representante de este partido no nos haya regalado algún discurso homófobo o hayan tumbado alguna iniciativa de ley a favor del colectivo… Para no tener un problema, la verdad que es un no parar.
Hagamos memoria y recordemos que el PP presentó un recurso ante el Tribunal Constitucional contra la ley que permitía y permite el matrimonio igualitario, aprobada en 2005 por el gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero. Perdieron este recurso, por 8 votos a favor y 3 en contra, pero tuvieron a todo el colectivo en vilo durante más de 7 años. Siete años en los que los ataques fueron constantes y en los que además prometían que derogarían la ley si llegaban al poder, cosa que finalmente no se atrevieron a hacer.
¿Y qué decía Mariano Rajoy del matrimonio igualitario?
Pues nada como recurrir a la hemeroteca, para encontrar frases tan maravillosas de quien hoy preside el Gobierno de España, que salvo que haya dejado de ser homófobo de repente, desde luego en su momento se explayaba a gusto en contra del colectivo.
– “El matrimonio siempre ha sido una institución entre un hombre y una mujer”
– “Una institución entre un hombre y una mujer para la procreación. Eso es y siempre ha sido el matrimonio”
– “Hay un asunto que me preocupa más aún, que es la adopción de homosexuales”
– “Yo no tengo nada claro que un niño se eduque mejor, viva mejor en un matrimonio o en una unión de homosexuales que un niño que tenga un padre y una madre. Yo no puedo estar de acuerdo”
Vamos, esto no lo dijo hace 100 años, si no hace menos de 10 y nunca se ha retractado, ni condenado sus propias palabras, ni mucho menos ha pedido perdón por nada de esto. ¿No se arrepiente Mariano Rajoy de estas palabras o todavía las suscribe? ¿Por qué no le preguntan en ninguna entrevista por estás declaraciones? Sin duda sería interesante ver que contesta ahora.
¿Qué han dicho otros miembros del PP?
El exministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, siendo ya ministro mostró públicamente su homofobia. Fue en 2013, durante un coloquio sobre religión organizado por la Embajada de España en el Vaticano, donde afirmó que “existen argumentos racionales que dicen que ese matrimonio no debe tener la misma protección por parte de los poderes públicos que el matrimonio natural. La pervivencia de la especie, por ejemplo, no estaría garantizada”.
También Esperanza Aguirre, ha manifestado en varias ocasiones que el matrimonio igualitario no debería llamarse así. En marzo del 2015, en un intento de hacerse la estupenda dijo «no estoy a favor de que se llame matrimonio homosexual, pero es una cuestión nominativa, no habría presentado el recurso». Lo dijo en el programa Un Tiempo Nuevo, que emitía Telecinco. «Porque la palabra matrimonio creo yo que es meter el dedo en el ojo a los católicos», manifestó en 2010.
Y cómo olvidar a la exalcaldesa de Madrid, Ana Botella, que nos ha regalado grandes manifestaciones homófobas sin ningún tipo de pudor, explicando de esta manera su oposición al matrimonio igualitario: “Si se suman dos manzanas, pues dan dos manzanas. Y si se suman una manzana y una pera, nunca pueden dar dos manzanas porque es que son componentes distintos. Hombre y mujer es una cosa, que es el matrimonio y dos hombres o dos mujeres serán otra cosa distinta”.
Pero no se quedó ahí, ya os decía que lo de ella era un no parar, fue una de las máximas oponentes contra el matrimonio LGTBI y la pudimos ver en manifestaciones contra el mismo. Además, nos dejo más declaraciones homófobas y vergonzosas, que claramente le definen como la persona qué es, como estás: “Lo que no se puede hacer es tratar de manera igual lo que en esencia es diferente” o si un niño tiene por “papá y mamá a Pepe y a Juan está en una situación distinta, lo cual le produce más sufrimiento que si tiene de padre a Pepe y de madre a María”.
Y como era una mujer muy inspirada siempre en lo que se refería a este tema: “Para mí la adopción de hijos por homosexuales no es una cuestión moral, sino científica. En lo que todos estamos de acuerdo es que hay que proteger al menor, y, de momento, nadie en el mundo ha dicho que los niños tengan las mismas condiciones dependiendo de quién los adopte. Ahí tienen la palabra los científicos”
Y como no podía ser de otra manera, su marido, José María Aznar, aquel que nos metió en una guerra ilegal en Irak, ese “gran hombre”, también se manifestó en contra del matrimonio LGTBI en su día: “el matrimonio, entendido como unión entre hombre y mujer. Otras realidades son respetables, pero no deben ser equiparadas”.
Pero ya os decía que el PP no ha parado de hacerlo y hay tantos ejemplos que cuesta resumir, así que iré a los más sangrantes, los que más daño han hecho al colectivo y de forma impune.
En mayo de 2012, Cayetano Ros, entonces concejal del PP en Molina de Segura (Murcia), comparaba en Twitter el matrimonio homosexual con la zoofilia en un comentario a la noticia de que Obama respaldaba la regulación en Estados Unidos. “Obama: creo que las parejas del mismo sexo deberían poder casarse… y un hombre con una cabra y una mujer con un perro”.
Luis Fernando Caldentey, alcalde de Pontons (Barcelona), fue uno de los alcaldes que anunció que no casaría a parejas del mismo sexo. Hizo declaraciones absolutamente homófobas, por las que tampoco ha pedido perdón nunca y que teniendo en cuenta que sigue siendo alcalde y representante del partido, no nos queda otra que entender que el PP estaba y está de acuerdo con ellas, pese a que en su día el PP catalán dijo que le expulsarían del partido, cosa que nunca hicieron, tras decir cosas como estás: “Yo entiendo que los gays deben tener los mismos derechos, pero para mí un gay es una persona tarada que nace con una deformación física o psíquica”. Y también afirmó a EFE que no casaría homosexuales porque “son deficientes para procrear y educar”.
“El matrimonio homosexual es como la unión entre dos hermanas, un perro y una señora o una señora y un delfín”. Semejante burrada soltó Montserrat Nebrera, exdiputada autonómica en el Parlamento de Cataluña por el PP, allá por 2007. “Hemos acabado diciendo que es posible cualquier cosa”, añadió.
Otro alcalde que aseguró que no oficiaría matrimonios LGTBI fue José Manuel Cendán, exalcalde de Ares (A Coruña) y lo justificó con estás palabras: “Es una ley contra natura (…) Creo que la naturaleza es sabia y creo que hay que respetar la naturaleza. Yo respeto a todo el mundo, que sea cada uno lo que le de la gana. Pero yo creo que lo que es la pareja es entre un hombre y una mujer, un macho y una hembra. Lo tenemos que respetar, porque es que si no adónde llevamos el mundo”.
También en A Coruña, el exalcalde de Sada, Montxo Rodríguez, cuando en la cadena SER le preguntaron si oficiaría enlaces entre personas del mismo sexo contestó: “Yo creo que aquí, en Sada, pues no va a haber cosas raras. No me agrada, pero ya miraremos a ver qué es lo que se hace. Hay que digerir todo esto, hay que tomar bastante bicarbonato para digerirlo. Me cuesta, claro que me cuesta. Por eso digo yo que hay que recurrir a algún específico o algún producto”.
Para Ángel Acebes “dos homosexuales, dos hombres, no pueden engendrar un niño. No es posible”, así de listo es este señor que llegó a ser ministro de Interior y Justicia en tiempos de Aznar. Según decía, “el matrimonio está reservado, define la unión entre un hombre y una mujer”.
Y este mismo año que ya nos deja, la concejal del PP de L’Ollería (Valencia), Gema Borrás, provocó la indignación del pleno del Ayuntamiento cuando dijo en una moción contra la homofobia que “No estoy de acuerdo con que se diga que están locos, por supuesto que no, pero sí que es cierto que los homosexuales tienen trastocadas las hormonas”
También este año, hemos visto al concejal popular Gregorio Serrano, de Sevilla, protestando por una exposición de fotos en la Avenida de la Constitución, que mostraba imágenes de hombres besándose y que él califico como “obscena, de mal gusto y denigrante”.
Y no me quiero olvidar tampoco de Andrea Hermida, de NNGG, y sus repugnantes declaraciones sobre la homosexualidad: “¿Respetar a los homosexuales? Por supuesto. No hacen daño a nadie, solo a sí mismos. A ver si algún día descubren su cura”.
Pero ojo, que les viene de lejos, realmente sí les viene de tiempos de Franco. No olvidemos que su fundador, Manuel Fraga Iribarne, también hizo gala de su homofobia en múltiples ocasiones:
– “La homosexualidad es una anomalía…, las personas que nacen así porque los cromosomas se equivocan tienen derecho a un cierto reconocimiento”
– “Hablar del orgullo gay, creo que es un error social”.
– “Eso es una parte de la política general de destrucción de la familia, como base de una sociedad organizada. Ya sabemos que las parejas de homosexuales no producen hijos, y la adopción por parte de parejas homosexuales está llena de riesgos, pues no sabemos cómo van a vivir esos chicos con padres que tienen afecciones extrañas”.
– “Yo no tengo nada en contra de los homosexuales, si nacen así, pues qué se le va a hacer, pero que no digan encima que están orgullos de funcionar al revés”.
– “Tenemos que acabar con leyes asquerosas”. (En referencia al matrimonio igualitario).
¿Me puede explicar el señor Maroto eso de que su partido no tiene nada en contra del colectivo LGTBI? ¿Cuándo han condenado y pedido perdón por todas estas manifestaciones homófobas? Nunca, de hecho, se siguen repitiendo de forma constante año por año y a las pruebas me remito.
Cuando Javier Maroto dice que el Partido Popular no tiene ningún problema con la homosexualidad miente y lo hace deliberadamente, porque conoce perfectamente todas y cada una de estas declaraciones, porque sabe perfectamente que es justamente su partido el que ha votado en contra de innumerables propuestas de ley a favor del colectivo y quienes hoy, han dejado a miles de transexuales sin tratamiento de hormonas, ya que es imposible encontrar en las farmacias españolas Textex o Meriesta y el ministerio de Sanidad no da ninguna solución, ni parece buscarla tampoco.
Basta ya de querer tratar de ganarse a un colectivo al que han maltratado de forma sistemática y siguen maltratando, ya está bien de dobles discursos. Sí el Partido Popular no tiene ningún problema contra el colectivo LGTBI, que lo demuestren, que se disculpen por todas las barbaridades que han dicho miembros de su partido y por el recurso que presentaron en el Constitucional contra el matrimonio igualitario. Que expulsen a todos los que han hecho declaraciones homófobas del partido, incluido el actual presidente del Gobierno y que empiecen a colaborar de forma activa contra la discriminación e implantando leyes que nos protejan contra la homofobia a nivel estatal.
No basta con que Maroto se erija como representante del colectivo en la derecha y diga que en su partido es todo ideal y aman a la comunidad LGTBI, queremos hechos y medidas concretas y de momento, de eso tenemos poco.
Lo de Maroto es como si un negro se uniera al KKK o un judío se hubiera afiliado al partido nazi, absurdo, pero demuestra que la política en España es una jauría de trepas sin ideología que por lazos familiares o amistades se vinculan a las juventudes de un partido, y después pasan de cargo en cargo durante décadas, por eso una liberalista encubierta como Susana Díaz, que aspira a ser de Iberdrola o de Telefónica cuando se le acaba la única ocupación de su vida, es del PSOE, y a la vez un homosexual casado es del partido que ideológicamente más alejado está de él, y si no es por otros partidos, él no habría podido ni salir del armario.
Pero, a ver, la vida de un político es cojonuda.