Deadpool 2: Cómo vencer al mainstream desde dentro

Alerta spoiler: Este artículo contiene comentarios y contenido que no repercute en el visionado de “Deadpool” ni “Deadpool 2”. Pero sí contiene un spoiler sobre “Logan” y “Batman vs Superman”. Si no quieren conocer estos datos, no proceda a la lectura.

Hace apenas dos semanas se estrenó en España la segunda parte de la película que Marvel no quería hacer y que hasta el estreno de Infinity War ha supuesto más dinero para la franquicia (y como consecuencia, para Disney).

Más allá del dinero, la primera entrega de Deadpool ya marcó un antes y un después en el cine de superhéroes, ya que rompía con los modelos arquetípicos de “héroe bueno y sin mácula”, lenguaje apto para todos los públicos, ignorar el mundo real para desarrollar toda las situaciones y la trama en elementos fantásticos, situaciones imposibles que desembocan en una lucha contra el bien y el mal… Vamos, pasar del multimillonario con poderes a un Don Quijote con cáncer en traje de sadomasoquista.

 

Escena de los créditos de inicio en “Deadpool 2”

Deadpool, o “Masacre” si eres fan de los cómics, no es una idea brillante que haya venido a revolucionar el cine de superhéroes en sus horas bajas; de hecho es todo lo contrario, es un antihéroe con cómic propio desde hace más de 20 años, que ha conseguido reventar taquillas satirizando a Marvel y a DC, en la edad dorada de las películas de superhéroes. Mientras ambas compañías van expandiendo sus universos cinematográficos, seleccionando con mucho cuidado y entrelazando las historias, Deadpool aparece de un universo ya extinto, los X-Men. Después de tres trilogías y una historia, no parece que Marvel tenga intención de unir a Deadpool con otros superhéroes conocidos y esta misma es una de las críticas internas más recurrentes en el principio. La primera escena revela la muerte de Lobezno en Logan y con ella una serie de rabias y anhelos que ansiaba el propio Deadpool y su círculo de fans.

X-Men sirvió de lanzadera como la primera saga que podía suponer para Marvel un universo interconectado hace ya más de 10 años, sin embargo, después de la trilogía original, la compañía decidió echar la vista atrás y centrarse en los orígenes de los personajes más relevantes de X-Men, aunque esa enterga de “orígenes” se quedó en solo uno: Lobezno. La saga de X-Men fue perdiendo popularidad en favor de la otra apuesta de Marvel para expandir un universo cinematográfico: Los Vengadores que demostró su potencial con las entregas de Iron Man, Capitán América y Thor. Por lo tanto, los guionistas, directores y productores de la saga de X-Men recibieron la orden de disolverse y para ello programaron dos películas X-Men: Primera Generación y X-Men: Días del futuro pasado que proporcionaban un giro argumental que anulaba al resto de las películas de X-Men y dejaba únicamente a Lobezno como inalterable para que muriera con una posición de honor en Logan, después de haber resistido como su única esperanza de volver a conquistar la hegemonía de las películas de superhéroes.

Esta lucha interna en Marvel, no es nada nuevo, ya que entre derechos con las productoras, la financiación limitada entre 2002 y 2012 y las prioridades por anteponer los héroes más conocidos antes que los potencialmente más populares, se han dado situaciones bastante variopintas como tener tres trilogías de tres Spiderman distintos, abandonar Los Cuatro Fantásticos, o no poder hacer más películas de Hulk por derechos de autor, dejando así su historia en el vacío, y cojo el preámbulo de Los Vengadores respecto a este personaje.

Por todo ello, Deadpool manda a la mierda a Lobezno nada más empezar y critica durante toda la película a Marvel, o hace referencias a DC, la gran rival de Marvel en cuestión de cine de superhéroes, al poner como excusa a su novia por llegar tarde, que la madre de los malos a los que estaba matando también se llamaba Martha (motivo por el que Batman y Superman dejan de pelear en Batman vs Superman). No contento con eso, también vacila a Disney al comparar lo curiosamente parecido de las canciones “Hazme un muñeco de nieve” de Frozen y “¿Papá puedes oírme?” de Yentl. Esto, en parte, es una clara referencia a las ya mencionadas dificultades que tuvo Deadpool para ver la luz como película, en parte, la mera base del humor de Deadpool: crítica interna, menciones a la cultura popular sin miramientos (como su banda sonora basada en éxitos de AC/DC, Skrillex o Celyne Dion), o la ruptura de la cuarta pared para lograr una mayor comunicación con el público.

Foto compartida en el Twitter de Ryan Reynolds después de que Disney comprase a Marvel. El texto rezaba “Por lo visto, no se puede explotar el Matterhorn (Atracción de Disneylandia)”

Deadpool se droga, cae en depresión, pasa por un cáncer que casi lo mata, hace continuas referencias sexuales, pero no admite el racismo ni el maltrato infantil, y tiene grandes simpatías, incluso ciertas afinidades con el colectivo LGTB, y quizás por ello representa mucho más a la mayoría público a través de su humor que los todopoderosos e inmaculados héroes a los que nos tienen acostumbrados pretenden hacer a través de la moralidad norteamericana y del antagonismo de “buenos y malos”.

Dos semanas después de su estreno, ya podemos confirmar que Deadpool 2 es un éxito tanto en taquilla como en obra cinematográfica, porque continúa la lógica de comedia contracultural a la que nos ha llevado la crisis económica, el reírnos de todo para superar los problemas porque detrás de la pantalla muchas veces sólo hay ruina y es necesario un poco de serotonina para seguir. En definitiva, romper moldes a través de la comedia frente a la mayoría de productos culturales que solo pretenden contar su historia e ignorar el mundo exterior.

Escena del primer acto de la película con un cuadro de Marx al fondo.

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