De cuando España es España

Por Javi Ranvich con viñeta de Omar


Dijimos que no pasarían, y no han pasado. El trifachito no suma y eso es bueno, muy bueno. Han sido unos resultados que sin ser buenos saben a victoria. La extrema derecha no gobernará y eso es siempre motivo suficiente para celebrar el éxito de la democracia. La guerra apenas ha comenzado, pero hemos ganado la primera batalla al fascismo.

Ahora bien, debemos analizar con objetividad y mantener los pies en la tierra. En estos momentos, 24 miembros de un partido de extrema derecha han entrado en el Congreso de los Diputados con pleno derecho. Aproximadamente 2,4 millones de personas decidieron otorgar su confianza al partido de la LGTB+fobia, de la xenofobia y el machismo. El partido del patriotismo ilustrado: todo por España pero sin España. Mucha bandera y poco programa.

La lucha antifascista no acaba aquí. Resignarse a unos resultados que no evitar un posible pacto PSOE-Ciudadanos sería un error. El Partido Socialista ha demostrado sobradas veces seguir los consejos de Maquiavelo y hacer cuanto sea necesario para mantenerse en el poder. Sí, es cierto que Ciudadanos ha reiterado su veto a Pedro Sánchez en varias ocasiones; pero no menos de las que ya lo hizo con Rajoy o Susana Díaz, e incluso el propio Sánchez, para posteriormente incumplirlas todas.

Debemos mantenernos vigilantes y combativas. La filosofía del mal menor no es una opción. El fascismo debe ser erradicado, no tolerado en la oposición. Las elecciones han pasado, pero la lucha contra el discurso del odio no. Ahora es momento de exigir un gobierno fuerte y articulado desde la izquierda, inflexible ante las presiones de los poderes económicos. El domingo España habló y lo hizo para decir un rotundo no a las derechas, a todas. Pedro Sánchez debe obedecer ese mandato y respetar que no es no.

Sí, es cierto que Ciudadanos ha reiterado su veto a Pedro Sánchez en varias ocasiones; pero no menos de las que ya lo hizo con Rajoy o Susana Díaz, para posteriormente incumplirlas todas.

Gracias. Mil y una veces gracias a los millones de personas que el domingo hicieron posible el fin de una mala pesadilla. La amenaza revulsiva de los anacrónicos de Vox movilizó por fin a un electorado aletargado, pasivo ante el secuestro de su voluntad.  El día 28 de abril España fue más España que nunca; la de verdad. Esa misma que tantas veces se dejó abandonar el pasado domingo se reafirmó en que el fascismo no volverá jamás; que no es no. Ese día, esa España, la que dormía, despertó.

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