El periodista publica Heredarás mi reino (2024, Ediciones B), una obra que analiza la grave crisis en la que se encuentra la Corona española.
Por Jayro Sánchez | 23/02/2024
David López Canales (Madrid,1980) es un periodista, guionista cinematográfico y escritor madrileño. Siempre le ha gustado escuchar, conocer y contar buenas historias, así que decidió dedicarse al periodismo de investigación. A lo largo de los años, se ha especializado en los escándalos que envuelven a la familia real española, y ha escrito el guión de un documental y un libro sobre el tema.
En el último de ellos, Heredarás mi reino, hace un repaso de los acontecimientos que provocaron la abdicación y el exilio de Juan Carlos I y reflexiona sobre el futuro de la monarquía en España. Charlamos con él sobre la figura del antiguo monarca y otros temas.
El próximo 19 de junio se cumplirá el décimo aniversario de la abdicación de Juan Carlos I en favor de su hijo Felipe VI. Llevas años investigando y escribiendo sobre los Borbones. A pesar de ello, has decidido publicar tu libro justo en este momento. ¿Por qué?
Creía que hacía falta que pasara algo de tiempo para poder mirar hacia atrás y analizar con reposo lo que ha pasado en las últimas décadas alrededor de la familia real, que es muy escandaloso, llamativo y grave.
Las luchas políticas, las polarizaciones y los debates sobre temas que no tienen verdadera importancia han difuminado estos hechos, y me parecía que merecían un proceso de investigación y una conversación de carácter público calmados.
El gran protagonista de Heredarás mi reino es Juan Carlos, que, por lo que explicas, ha sido más un símbolo que un monarca para muchos ciudadanos. ¿Cómo se construyó su figura?
Con el barniz que, durante mucho tiempo, le han ido dando los partidos políticos y los medios de comunicación. Es indiscutible, ya sea para bien o para mal, que fue un personaje esencial de la Transición (1975-1982). Y por ello se lo empezó a blindar y abrillantar…
De hecho, hasta hace poco, la mayoría de los dirigentes de nuestro país decían que el rey siempre debía estar al margen de la política, por encima de ella. Cuando les preguntaban por qué, respondían describiéndolo como la clave de bóveda que sostenía al resto de edificios del Estado español.
«Si Juan Carlos I ha delinquido durante tantos años con impunidad, eso significa que el Estado ha sido afectado de algún modo por sus actividades»
Durante el verano del 1994, varios altos cargos gubernamentales fueron detenidos por delitos de corrupción. El emérito salió en televisión afirmando que «la ley es igual para todos» y pidiendo ejemplaridad, pero se sabe que él mismo ya estaba ejerciendo actividades cuestionables por aquel entonces. Permíteme que use tu metáfora. ¿Esto significa que Juan Carlos era la pieza fundamental de un sistema institucional podrido?
Sí. Los delitos cometidos por el rey, que han sido reconocidos por él mismo al aceptar regularizar su situación fiscal entre 2020 y 2021, se descubrieron después de desvelarse otros escándalos como: el de los ERE andaluces; el del extesorero del Partido Popular, Luis Bárcenas; o el de la familia Pujol en Cataluña.
El caso del monarca ha sido la gota que ha colmado el vaso, aunque su revelación no ha irritado demasiado a muchas personas porque ya están acostumbradas a oír hablar sobre ese fenómeno intolerable que es la corrupción. No obstante, supongo que al final se darán cuenta de que, si Juan Carlos I ha delinquido durante tantos años con impunidad, eso significa que el Estado ha sido afectado de algún modo por sus actividades.
Tú mismo dices que, desde que se filtró la noticia de su rotura de cadera en Botsuana, nada volvió a ser igual para el rey. ¿El símbolo que representaba quedó destruido en ese momento?
No. Ese episodio fue seguido por un proceso paulatino de derrumbamiento. La caída en Botsuana solo propició que Juan Carlos se quedara sin el velo que lo había ocultado en otros tiempos. Incluso el ABC, que es el medio más monárquico del país, habló del tema.
Lo curioso es que podría haber salido indemne de ello si no hubiera sido por la explosión de un cúmulo de acontecimientos: el asunto de Corinna Larsen, la aparición de las fundaciones y fortunas de los paraísos fiscales, su huida de España, el reconocimiento de los delitos de su padre y la imposición de un castigo por parte de Felipe…
Desde 2014, él es el nuevo monarca y jefe del Estado español. ¿Hasta qué punto es el heredero de Juan Carlos?
Lo es en términos absolutos. No hay ninguna duda. Además, ha convivido con él bajo el mismo techo durante 40 años. Y, por lo tanto, debe de ser testigo de todo lo que ha pasado allí.
Hay temas que a mí me parecen sospechosos y que nunca se han cuestionado, que no están aclarados del todo. Uno de ellos es el de las fundaciones con fondos millonarios en paraísos fiscales. Felipe y sus hermanas figuraban como sus beneficiarios.
La Casa Real afirma que el actual rey se enteró de que su nombre aparecía entre los papeles de esas organizaciones en 2019, y solo porque los abogados de la examante de su padre, Corinna, se lo comunicaron. Se supone que pidió que lo eliminaran como heredero de inmediato.
Pero esto pasó un año antes de que la información se hiciera pública. No tenemos pruebas documentales que demuestren que lo que dice es verdad. Además, estoy seguro de que Juan Carlos tiene mucho más dinero en otros lugares.
Teorizas que Felipe debe actuar como el esparrin de la familia real hasta que su sucesora, la princesa Leonor, pueda reinar…
No sé si el actual monarca cumpliría todas las funciones de un esparrin, aunque está claro que él es el que va a tener que capear el temporal que se ha levantado contra los Borbones. Y, para ello, va a tener que interceptar los golpes que estén dirigidos contra su hija, sufrirlos en sus propias carnes.
¿Es posible que la princesa llegue a reinar?
Es muy probable. Ahora mismo, en España no existe un debate público formal sobre el cambio de la forma del Estado. Es verdad que las encuestas que hacen algunos medios muestran que la opinión de la ciudadanía sobre el tema está dividida, pero la polémica no se ha dado a un nivel constituyente. La mayoría de los partidos políticos protegen a la monarquía y a Felipe.
A los ciudadanos debería preocuparnos que no se lleve el debate sobre el modelo de organización estatal a un terreno más serio. Y también lo que ha pasado con la Casa Real. ¿Hasta qué punto es creíble que Felipe VI esté renovando y modernizando la monarquía, como prometió cuando ascendió al trono?
El pasado mes de noviembre, elDiario.es contrató a la empresa Simple Lógica para que realizara una encuesta sobre el grado de aceptación o rechazo que tendría la celebración de un referéndum con el que decidir si el Estado español debe ser monárquico o republicano. Un 51% de los encuestados se mostraba a favor de constituir una nueva república. ¿Por qué se rechaza la posibilidad de organizar un referéndum?
Yo no diría que se esté rechazando, sino que no existe un movimiento realmente fuerte en la calle que luche por él. La pregunta pertinente es por qué. Todas las encuestas, incluso las de la revista Hola, que es muy monárquica, y las del Real Instituto Elcano, afirman que los españoles están divididos más o menos a la mitad entre la monarquía y la república.
Sin embargo, no hay debate. Ni en el Parlamento ni en las calles. Me sorprende que muchas personas ni siquiera sepan lo que ha pasado, que den a Juan Carlos I por amortizado y que acepten sin más a Felipe VI.
El tema está paralizado. Las polémicas más actuales se centran en asuntos como el de la amnistía, y, si no hay conversación sobre las alternativas a los monarcas, no puede haber una organización poderosa que pida el referéndum. Solo una minoritaria.
«El ecosistema de medios en España es conservador de forma mayoritaria. Y, en consecuencia, tiende a proteger a Felipe e incluso a ensalzar a Leonor»
¿Crees que esto tiene que ver con la protección que se da a la familia real desde los partidos políticos y los medios de comunicación? Porque, por ejemplo, El País, que se supone que es un diario progresista, no se atrevía a criticar la figura del rey hasta hace unos años.
Sí, entiendo que es así. El País tiene la misma postura que el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), el cual considera a la monarquía intocable. De hecho, cualquiera de los dos la protegen como si fueran sus directivos o su secretario general los que llevaran la corona en la cabeza.
El velo que tendieron alrededor de Juan Carlos lo están volviendo a desplegar con Felipe y Leonor. Apenas hay voces críticas que incentiven el debate sobre el modelo del Estado. En todo caso, se pueden encontrar en periódicos como El Salto, infoLibre o elDiario.es.
Aun así, el ecosistema de medios en España es conservador de forma mayoritaria. Y, en consecuencia, tiende a proteger a Felipe e incluso a ensalzar a Leonor como si ya hubiera hecho algo que hubiera que alabar. Parece que solo por el hecho de que no haya hecho nada malo y de que haya cumplido con su deber ya está haciendo algo maravilloso…
Si uno investiga la figura del rey emérito, no puede dejar de lado su largo historial de amantes, entre las que se encuentra la mujer de negocios alemana Corinna Larsen. ¿Fue la relación sentimental y «empresarial» que mantuvo con ella la que motivó su caída?
Entiendo que fue la que accionó el detonador de la bomba que destruyó el símbolo de Juan Carlos. Como bien dices, Corinna no solo tenía una relación sentimental con él. Ese es el relato que se ha querido imponer desde la Casa Real. Yo creo que ha calado, que la gente se ha quedado con la idea de que Corinna no era más que otra de las amantes del rey.
Pero se ha demostrado que también había una relación económica, y no solo por la famosa transferencia del millón de dólares.
«Ha habido acusaciones que no se han podido demostrar por la inviolabilidad que caracterizaba a Juan Carlos cuando era rey o porque los delitos habían prescrito, aunque eso no significa que en su momento no existieran»
En los últimos años, el padre del actual monarca ha sido investigado por los tribunales de varios países. Algunos funcionarios han constatado que ha evadido al fisco grandes cantidades de dinero. ¿Las acusaciones que se presentaron contra él tuvieron que ver con su repentina marcha a Abu Dabi en el verano de 2020?
Las investigaciones eran previas. Cuando él viajó a los Emiratos Árabes Unidos, ya estaban desarrollándose en Suiza. De hecho, él se fue porque sabía que el fiscal Yves Bertossa ya había iniciado las diligencias judiciales.
Con posterioridad, y como decía hace unos minutos, el propio Juan Carlos ha demostrado que ha delinquido al presentar regularizaciones de más de 5 millones de euros en impuestos. Evadió capitales, y eso está probado. Es verdad que ha habido otras acusaciones que no se han podido demostrar por la inviolabilidad que caracterizaba su figura cuando era rey o porque los delitos habían prescrito, lo cual no significa que en su momento no existieran.
Hay muchas personas que pueden pensar que Juan Carlos es inocente, que no hizo nada o que fueron a por él. Sin embargo, él mismo ha confirmado que fue un delincuente, y el castigo que le impuso su propio hijo cuando le quitó su salario en marzo de 2020 y renunció a heredar los fondos de las fundaciones de los paraísos fiscales solo lo confirma.
Estos últimos años, algunas personas han llegado a afirmar que Juan Carlos ha sido un gran rey y un hombre vulgar. ¿Qué opinas de estas declaraciones?
Esa división me parece un trampantojo, una mentira. La intentan difundir para proteger a la monarquía y salvar el simbolismo de la figura de Juan Carlos. Es verdad que tuvo un papel destacado en la Transición. Pero, ¿qué debemos pensar de los 40 años posteriores? ¿Tenemos que olvidar su corrupción, sus delitos? Aunque tuviera sus luces, no podemos querer excusarlo por sus sombras.
Se el primero en comentar